10 de agosto de 2015

Misión Imposible Nación Secreta de Christopher McQuarrie: La mejor misión hasta el momento























La franquicia de Ethan Hunt y su equipo es una de las más longevas e irregulares franquicias que tiene el Hollywood actual. De cuatro entregas realizadas, la primera entrega dirigida por Brian de Palma está muy por encima del resto, ya que la secuela del otrora alabado John Woo es infumable, la tercera parte, dirigida por JJ Abrams es un entretenimiento de primera a la que solo se le puede reprochar que es un episodio agigantado de la serie Alias y la cuarta, dirigida por Brad Bird, a la espera de un revisionado, me dejó muy frío en su estreno en 2011.



Así que la quinta entrega de las aventuras del FMI no era un estreno esperado por mi, ni mucho menos. Pero el buen recibimiento que había obtenido me hizo darle una oportunidad y mi sorpresa fue mayúscula al encontrarme con un largometraje que no solo iguala al original de De Palma, sino que en muchos aspectos lo supera.

El artífice de este resurgimiento de la franquicia es Christopher McQuarrie, guionista de las primeras obras de Bryan Singer y que dio el salto a la dirección en la estimable Jack Reacher, una mezcla de cine de acción y noir interpretada por Tom Cruise.



¿Y qué nos encontramos en esta nueva entrega? Pues una vuelta a los orígenes. Una cinta de espías que sabe aunar lo nuevo, con ese regusto a espías de la vieja escuela que la saga había perdido. Y como el original, basa toda su estructura en unas cuantas set pieces que quitan el hipo, destacando la escena de la ópera, la subacuática y el espectacular, breve e intenso prólogo. 

En dichas escenas, McQuarrie demuestra su hábil manejo del espacio y el tempo narrativo sin necesidad de efectismos y florituras visuales bañadas en CGI, dotando al largo de un aspecto atemporal y muy necesario en una época en la que la falta de talento se tapa gracias a fuegos de artificio.



Pero no solo de acción vive el aficionado al cine de espías, ya que si la trama que la acompaña no está a la altura (posiblemente el único defecto del original de DePalma) la película puede caerse como un castillo de naipes. Y en este aspecto vuelve a triunfar McQuarrie, algo no de extrañar siendo el guionista de la ópera prima de Bryan Singer, Sospechosos Habituales. Una premisa interesante, un villano a la altura, giros de guión inesperados pero inteligentes, atrapan al espectador en un espectáculo de 2 horas de duración al que nada se le puede reprochar.

Por supuesto, Tom Cruise da todo su talento, rodeado de un magnífico elenco en el que destaca Simon Pegg como alivio cómico, Alec Baldwin y la gran revelación, Rebecca Ferguson, la actriz que interpreta a esa misteriosa femme fatale y espía que entrega algunos de los mejores momentos del largometraje.



En definitiva, un blockbuster de calidad e inteligente. Una muestra de que el cine comercial no tiene que ser un fast food indigesto, sino que puede y debe entregar productos tan sólidos y respetuosos con el espectador como esta nueva Misión Imposible que le da nuevas alas a una franquicia que no tiene visos de estar acabada a corto plazo.
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