30 de agosto de 2016

Daytripper de Fabio Moon y Gabriel Bá: Una obra maestra tan humilde como imprescindible


A veces es complicado escribir acerca de una obra que te ha llegado tanto. Trístemente es más fácil criticar sin piedad algo que no te ha gustado y echar toneladas de bilis ante una obra que te ha disgustado. Pero cuando un trabajo de tal magnitud como este Daytripper te deja vacío y a la vez extasiado tras terminar su lectura, las palabras son complicadas de juntar.

Comencemos con lo fácil. Daytripper es un cómic publicado en 10 entregas por el sello Vertigo en el año 2010, realizado por los hermanos Fabio Moon y Gabriel Bá, conocidos sobre todo por su faceta como ilustradores en trabajos tan interesantes como Umbrella Academy de Gerard Way o Casanova de Matt Fraction.

Pero lo que no sabía era que aparte de unos dibujantes excepcionales, eran unos escritores tan inteligentes, tan sensibles y tan sabios. Porque este Daytripper, que ganó justamente el Eisner a mejor serie limitada en el año 2011, es una obra a la altura de los grandes maestros. Un tebeo que intenta explicar de la manera más sencilla y a la vez más compleja, que es la vida y la relación de esta con la muerte.

A través de 10 capítulos que nos cuentan la vida de una persona como cualquiera de nosotros a través de los momentos más importantes de su vida, los hermanos brasileños consiguen un trabajo tan rico y redondo como pueden ser trabajos cinematográficos como la trilogía de Antes del Amanecer o Boyhood de Richard Linklater, es decir, el sentido de la vida a través de los pequeños momentos, situaciones triviales y a la vez universales pero que en el fondo es lo que da sentido a la vida y nos hace humanos.

Con una madurez impresionante para unos autores tan jóvenes y un trabajo gráfico a la vez simple pero repleto de detalles y texturas que dan profundidad y cuerpo al mundo que habita Bras de Oliva, el protagonista de nuestra obra, seremos testigos de las alegrías y las miserias de una vida, los altos y bajos del amor, las relaciones paterno-filiales, las relaciones sentimentales, la amistad y sobre todo, nuestra percepción y disfrute de la vida a través de la aceptación de la muerte.

Bella y emotiva, triste y un canto a la vida, su lectura es un verdadero placer para los sentidos y la mente y su culminación deja al lector con una sensación inusual de vacío y plenitud llena, al llegar al final de un álbum que deja un poso en el lector que le acompañará el resto de su vida y que hará que vuelvas a él de manera periódica repetidas veces a lo largo de su vida. Si eso no convierte a una obra en obra maestra, no se que lo puede hacer. Imprescindible.

24 de agosto de 2016

Hellblazer de Mike Carey 1 (de 2): Fusionando todos los Constantine previos
























La primera vez que leí el arranque de esta etapa a manos del guionista de Lucifer no pude pasar de su primer volumen. Era la época en que Norma Editorial publicaba los títulos del sello Vertigo y no se si fue por el mal sabor de boca que me dejó sus primeros ejemplares de Lucifer o porque la etapa previa de Azzarello me había encantado, pero no pude seguir leyéndola.



Pero aprovechando que ECC está reeditando en una magnífica edición todo el Hellblazer perteneciente a la línea Vertigo, creí que era una buena oportunidad de darle una nueva oportunidad a su larga etapa- recopilada en dos volúmenes en esta nueva edición- sobre todo porque mi estima hacia Carey había subido exponencialmente tras leer todo su Lucifer, un spin-off de Sandman que estaba a la altura de su hermana mayor, Sandman.



Y leído el primer volumen que engloba los dos primeros años de su estancia en el título, he de decir que me he llevado una gratísima sorpresa. Carey devuelve a Constantine a sus raíces sobrenaturales, a su entorno, Inglaterra y al gran elenco que le rodea. Carey crea nuevos personajes, a destacar la nueva pareja de Constantine y le da un protagonismo inesperado y muy inteligente a la sobrina de John Constantine.



Pero lo que mejor se le da a Carey es el largo plazo y aquí, al igual que su Lucifer, aunque las historias duren entre dos y cinco ejemplares, están todas unidas por un hilo conductor que va demostrando lo bien planificada que tiene su historia. Personajes que parecen secundarios en una historia concreta, reaparece de nuevo como némesis principal de otra historia posterior. Y lo mejor, que todo va creciendo en interés, con ideas novedosas, giros inesperados y colocando a Constantine en situaciones a las que nunca se había enfrentado.



Entre la socarronería de Ennis y la sensibilidad de Jenkins se mueve este Constantine de Carey. Brutalidad y momentos gore se fusionan con un Constantine que sin olvidar su mala baba y sus punzantes diálogos, es falible, comete errores y sufre por aquellos que le rodean. Y no olvidemos a Chas, que consigue un mayor protagonismo, sobre todo de su familia, algo que ningún autor anterior había explorado.



Le ayuda a Carey el trabajo de Marcelo Frusin, discípulo de Eduardo Risso y dibujante principal de esta primera mitad de etapa, que con su narrativa limpia y fluida hace de la lectura de este tebeo un verdadero disfrute. No se quedan atrás los dibujantes invitados de la etapa, como Steve Dillon, que acompaña a Carey en su primera historia, un primerizo Jock o Leonardo Manco, el autor que se encargará de continuar la segunda mitad de la etapa del guionista de Lucifer.



En definitiva, una de las etapas más dinámicas e interesantes del personaje. Un tebeo que no puedes dejar de leer y de maravillarte al ver como Carey enlaza una historia tras otra, convirtiéndolas en un gran todo y devolviendo la esencia de un personaje que quizás aunque brillante como etapa en manos de Azzarello, quizás había perdido esa esencia que le hacía único.

8 de agosto de 2016

Escuadrón Suicida de David Ayer: Tan bipolar como sus enloquecidos y carismáticos protagonistas






















Al igual que sus predecesoras, Escuadrón Suicida ha llegado rodeada de polémica. Una polémica exagerada para el tipo de película que nos encontramos en las salas de cine. Mucho más lógico pudo ser la atrevida e irregular interpretación de las dos películas previas, El Hombre de Acero y Batman V Superman, cuyos puntos fuertes de ambas (de Batman V Superman me refiero al montaje extendido, no al destrozo del montaje cinematográfico) son muy superiores a sus pequeños defectos.




En cambio, Escuadrón Suicida es una película menor, aunque su campaña promocional haya querido vendernos lo contrario. Y por supuesto, vuelve a poner en la palestra los conflictos de un autor ante los designios de una gran compañía que quiere producir películas como si Big Macs de McDonalds fueran.

La "obra" de David Ayer a lo largo de todo su metraje lucha constantemente entre la visión de Ayer y los designios de un comité ejecutivo. Y es en el primer acto donde vislumbramos a lo largo de un montaje enloquecido pero tremendamente sugerente a las intenciones del director. Una presentación de un universo sórdido donde conocemos a nuestros antihéroes y deja entrever un mundo donde la sombra del abuso, el acoso y el maltrato, tanto físico como psicológico está a la orden del día.



Es de aplaudir la manera que Ayer tiene de presentar a un variopinto elenco de personajes en tan solo cuarenta minutos. Es cierto que a veces necesita pisar el freno y la locura se adueña de una película con un soundtrack que quizás no sea lo más conseguido de la misma pero que por lo menos no te hace apartar los ojos de la pantalla.

La película comienza a languidecer a partir de su convencional amenaza y su segundo acto, con momentos de puntual brillantez, gracias al buen hacer de Will Smith y Margot Robbie, el primero demostrando de nuevo que es una estrella por méritos propios y la segunda comiéndose la pantalla e imbuyéndose del espíritu caótico y peligroso de Harley Quinn, la cual a lo mejor habría necesitado de unos diálogos y momentos más certeros para brillar aun más.



El resto del Escuadrón no desentona, pero no es capaz de brillar, aunque el personaje de El Diablo ha sido una agradable sorpresa, al igual que la inmensa Viola Davis como la pérfida Amanda Waller. El problema, que la excesivamente plana y convencional trama principal no deja que los personajes se desarrollen como se merecían tras el buen primer acto.

Lo mismo habría que decir del sobrepublicitado Joker de Jared Leto, donde el actor da una de cal y otra de arena. En algunos momentos de su escaso metraje (el que me esperaba por cierto) está brillante y recuerda a ese repulsivo y huidizo Joker escrito por Grant Morrison y dibujado por Frazer Irving. En otros momentos, Leto se va de madre y parece una imitación barata de Johnny Depp en sus momentos más histriónicos. Pero en líneas generales tengo ganas de saber y ver más de este Joker y ponerle frente a frente con el grandioso Batman de Affleck.



Pero la gran losa de la película es la vulgaridad que se hace dueña de la película en el segundo y tercer acto. Una villana desaprovechada, muy "cheesy" como dirían los yanquis y que además se desarrolla de manera tanto narrativa como visual al estilo de la producción de serie B menos imaginativa, desembocando en un final donde el intento de agradar al gran público con unos personajes más entrañables y "humanos" provoca que no te creas la reacción de la gran mayoría de los miembros del Escuadrón.



En definitiva, una oportunidad perdida. Una película que se ve entre el agrado y el bostezo ocasional, donde destacan un inspirado casting, un primer acto memorable pero que descarrilla al vulgarizarse en sus siguientes actos. No es la aberración que muchos quieren hacer ver y por supuesto no es la película definitoria de este universo cinemático. Y si la visión de Ayer es la que vemos en su primer acto, deseo que en un futuro próximo, al igual que Batman V Superman de Snyder, tengamos un Ultimate Cut que podamos disfrutar.
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