Si existe un autor contemporáneo en el mundo del cómic, capaz de aunar el horror innombrable de un Lovecraft con la paranoia psicótico de Philip K. Dick, ese es Grant Morrison, como pueden atestiguar trabajos como Los Invisibles o su menos conocida El Asco.
Pero Morrison es un autor irregular, con una imaginación y unos conceptos desbordantes que en trabajos de corta duración como Seaguy, Vinanarama, Joe el Bárbaro o su más reciente Happy, no alcanza la magnificencia de sus trabajos mayores como los mencionados en el primer párrafo, u obras como Animal Man o su Doom Patrol.
Por eso acogí este Nameless -una miniserie de seis ejemplares bajo el sello Image- con recelo y con miedo, porque aún teniendo una premisa intrigante y un arte tan repulsivo como atrayente, de la mano de un Chris Burnham que entrega su mejor trabajo, temía que el tebeo se quedara en una obra menor del autor escocés.
Craso error el mío, porque este Nameless aúna todas las filias y fobias del autor en 120 páginas aproximadamente, reventando el cerebro del lector en el proceso y convirtiendo este Nameless desde ya, en una de las obras cumbres de un guionista que tres décadas después de que arrancara su andadura, sigue demostrando que su trabajo sigue siendo igual de fresco, innovador e irreverente como en sus inicios.
¿Y qué es Nameless? Es terror, es ciencia ficción, es un estudio de nuestras creencias religiosas y de lo que significa ser humano y lo real, un terreno que trabaja Morrison con la misma pericia que David Lynch, obligando al lector a detenerse en cada página, en cada viñeta, en cada diálogo y volver atrás en la lectura para descubrir y disfrutar de cada uno de los apuntes y matices que la obra atesora.
Nameless incomoda, aterroriza y fascina a partes iguales. Y cuando lo terminas de leer te deja ese poso maravilloso que solo consiguen las obras maestras y te invita a volver una y otra vez a sus páginas para seguir indagando y descubriendo un tebeo que parecía un trabajo de paso, una obra menor y que acaba convirtiéndose en uno de los mejores tebeos de los últimos años y obra fundamental de un guionista que esperemos le siga quedando cuerda para rato, si sigue entregando trabajos tan fascinantes y apasionantes como este Nameless.
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