7 de abril de 2016

Intrusos de Adrian Tomine: Seis historias tan mundanas como universales





















La aparición de una nueva obra de Adrian Tomine es siempre un regalo para todos sus seguidores. Y es que la obra de Tomine se ha ido dilatando a lo largo de más de dos décadas cada vez más, sobre todo por los trabajos del autor en revistas como The New Yorker.



Esto es así, que si obviamos "Escenas de un Matrimonio Inminente" -una visión autobiográfica de los preparativos de la obra del autor- no teníamos un nuevo trabajo de ficción de Tomine desde el año de 2008 con "Shortcomings".


Y si "Shortcomings" fue su primer intentona de contar una historia de larga duración en formato de novela gráfica, con resultados estimables, pero que no conseguía alcanzar los resultados de sus historias cortas en recopilaciones como "Sonámbulo" o "Rubia de Verano", aquí en "Intrusos" vuelve a lo que mejor se le da, las pequeñas historias.



Seis historias que de nuevo tocan el tema básico de la obra del autor, las pequeñas tragedias del día a día. Porque Tomine no cuenta grandes dramas, sino historias en las que todos nos podemos ver reflejados, donde hurga en la psique de unos personajes atormentados por decisiones que no tomaron, por la desidia de un día a día gris de los que son responsables o por el recuerdo de un pasado que se antoja más memorable y entrañable de lo que realmente fue.



De un artista frustrado y escaso talento, pasando por el tormento de una adolescente perseguida por un doppelganger ajeno al daño que le está causando, hasta el recuerdo de una infancia desestructurada por los recuerdos de una madre ya ausente, los personajes y los lectores de Tomine deambulan por un mundo donde es más importante aquello que se queda entre las viñetas por las que deambulan unos personajes sin rumbo, que lo que realmente se dice en ellas.



La diferencia entre este trabajo de Tomine con los anteriores trabajos del autor es la suma de estilos e influencias, tanto propios como ajenos que transpira este volumen, que va desde el homenaje plástico y estructural a las comic strips y los sundays, a la influencia de Chris Ware en la forma de plasmar el relato y el uso del color a devolvernos a un Tomine más áspero y amateur en "Intrusos", el relato que cierra un volumen que satisfará a los seguidores del autor y que sirve también como perfecto punto de partida para lectores que todavía no se han dejado atrapar por las terriblemente cotidianas pero profundamente humanas historias de uno de los autores independientes más importantes de las últimas décadas y que sigue estando en plena forma

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