Dos años ha tardado Charles Burns en publicar el segundo volumen de tres de la que quizá es su obra más ambiciosa hasta la fecha, que comenzó con "X'ed Out" y culminará con "Sugar Skull" próximamente. Y la espera ha merecido la pena.
Burns da el salto al formato álbum en su extraña versión del Tintín de Hergé (Doug, nuestro protagonista, aparentemente es un ser desprovistos de alma y esencia, al menos en apariencia, sobre todo en ese mundo que bebe del Almuerzo Desnudo de Cronenberg) demostrando que su uso del color (algo nuevo en su obra) le sirve al autor para transmitir los estados de ánimo de nuestro protagonista.
Además, Burns aporta nuevas capas a la obra, con la inclusión de una nueva realidad y línea temporal con el homenaje retorcido a los tebeos románticos de los años 50 que le sirven para aportar más pistas de lo que le ocurrió a Doug y a su novia y que será desvelado en el volumen final.
Porque hablar del argumento de esta obra es complicado sin saber como se resolverá y del que Burns ha ido aportando pistas a lo largo de cada capa de realidad en la que se mueve la historia. Desde el mundo alucinado en el que vive la mente fugada de Doug, a ese supuesto momento presente y su psicóloga/confesora, el lector se deja llevar por una lectura hipnótica, con un tempo controlado a la perfección por Burns gracias a su dominio de la composición de página, el ritmo cortado por esas viñetas vacías que sirven de perfectas elipsis para movernos entre los diferentes mundos del protagonista y sobre todo unas imágenes marca de la casa Burns, que son a la vez tan turbias como atrayentes.
La espera se hará larga para un tebeo único en el mercado, tan único como su autor, un verdadero oasis de independencia dentro del panorama del cómic americano, cuyo estilo completamente fuera de los cánones establecidos y los largos tiempos que pasan entre cada uno de sus trabajos le hacen merecedor de ser el autor y la obra más importante que se publica actualmente.
Imposible que no haya comentarios efusivos pregonando la pasion que despierta Burns en la retina de cualquier visitante anonimo de su obra, desde la Argentina te envio un cordial saludo y te agradezco por que esto excita entre tanta diarrea cibernetica!
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