Los nuevos tebeos de Watchmen siguen viento en popa, luchando contra sus críticos más acérrimos y haciendo disfrutar a los que como yo, sabemos que el Watchmen original de Moore y Gibbons es una obra completamente insuperable e inimitable, pero que estas aproximaciones al pasado de los personajes son en líneas generales algunos de los mejores tebeos mainstream que se pueden encontrar en las librerías.
Comencemos por ejemplo, con la que es la mejor serie de las aparecidas, los Minutemen de Darwyn Cooke. Una colección que comenzó de manera titubeante, pero que poco a poco ha ido haciendo suya Cooke y que en su número 4 se parte en dos, cargándola de dramatismo con su deconstrucción de la Golden Age, y reforzando su doble significado gracias al estilo limpio y cercano al cartoon de Cooke, además de profundizar de manera espléndida en personajes que en el original no eran más que esbozados como la maravillosa Silhouette (uno de los mejores personajes femeninos de los últimos tiempos).
Y si hablamos de comienzos titubeantes, lo mismo se podía decir del Doctor Manhattan de Stracinsky, cuyo primer número solo destacaba por el espléndido arte de Hughes. Este segundo ejemplar da un salto cualitativo gracias al as en la manga que es el juego con las dos realidades que sufre el personaje de Manhattan y el tono melancólico que transmite la obra, además de seguir disfrutando del superlativo Hughes. Quizá menor es el trabajo de Stracinsky en la serie dedicada a Búho Nocturno, pero eso no quita para que sea un tebeo entretenidísimo, continuemos averiguando más cosas del triste pasado con las mujeres de nuestro protagonista y sobre todo del team-up entre él y Roscharch que solo intuíamos en la obra original.
Y hablando de Roscharch, decir que con el segundo número de la serie dedicada en exclusiva al personaje, me reafirmo en decir que es la más prescindible de todo el paquete, ya que la historia ideada por Azzarello no aporta nada nuevo, ni nuevas capas, a un personaje del que ya lo dijo todo Moore. Eso no quita para que el trabajo de Bermejo no sea destacable, ya que vuelve a transmitir esa sordidez y pesimismo que ya consiguió en anteriores trabajos con Azzarello como la novela gráfica dedicada al Joker o la miniserie de Lex Luthor.
Finalizamos el repaso a los últimos ejemplares publicados de este Before Watchmen a la serie de Ozymandias, la cual destaca por el estiloso trabajo de Jae Lee a los lápices y el acierto de Len Wein de ir siendo testigos de como un joven idealista se acaba transformando en un verdadero monstruo, al descubrir la verdad tras la humanidad.
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