Si existe una serie de DC Comics en la actualidad, que está pasando desapercibida relativamente entre los aficionados es Batman y Robin. Las razones, el exceso de títulos centrados en la figura del hombre murciélago y su cohorte de colaboradores y la segunda, que todos los esfuerzos de la editorial se han centrado en promocionar la estimable pero sobrevalorada Batman de Snyder y Capullo, pero eso dará pie a otro post que escribiré una vez termine la redefinitiva historia del Joker que está escribiendo Snyder en el título principal del Caballero Oscuro.
Porque si Snyder intenta en cada una de las sagas que ha ido entregando hasta el momento el complicado "más difícil todavía", intentando epatar a cada número y cada saga, tratando siempre de escribir la "más grande historia del personaje jamás contada", Tomasi y Gleason "solo" han pretendido algo muy difícil en una actualidad plagada de megasagas, macro-eventos, etc.... escribir un buen tebeo.
Y lo consiguen totalmente, desde sus inicios en el primer volumen de este Batman y Robin, con la carga de ser los sustitutos de un Grant Morrison para el que el título fue creado y que se pasaba a Batman Inc., con una pequeña historia que transcurrió entre los números 21 al 23 del anterior volumen y que dejaba ya vislumbrar por donde iban a ir los tiros de este duo creativo que tantas alegrías había dado a los seguidores de Green Lantern, en Green Lantern Corps.
Pero su prueba de fuego llegó con los Nuevos 52, donde se centraron en la relación de padre e hijo entre Bruce y Damian, a través de una primera saga de 8 números donde veíamos las dificultades de un padre para enderezar a un hijo díscolo que le ha venido de sorpresa, con la excusa de una némesis sacada de los años perdidos de entrenamiento de Bruce Wayne.
Tras esta notable primera historia, la colección y sus autores debieron lidiar con los eventos de la colección madre (La Noche de los Búhos y Muerte en la Familia) provenientes de la serie madre, el Batman de Snyder. Tomasi y Gleason realizaron un estimable trabajo en entre los números 9 al 17 de la colección, pero las consecuencias eran que los tramas y subtramas que ellos querían desarrollar (la relación Bruce/Damian, la evolución de ambos de almas solitarias a la necesidad de cariño y afecto entre padre e hijo) quedaban lastradas por unas historias metidas con calzador en eventos que no necesitaban de historias satélite.
Todo cambió a partir del número 18, Réquiem, un epílogo de ¿adivináis?, la otra gran historia Batmaniana que se estaba publicando en paralelo, el último volumen de Batman Incorporated, donde terminaba la opus magna de Grant Morrison al frente del hombre murciélago. La diferencia, que esta historia si que afectaba directamente a esta colección, ya que en ella, Damian Wayne moría sacrificándose por salvar a los suyos y a la humanidad, convirtiéndose a ojos de el que aquí suscribe, en el mejor Robin de toda la historia.
Este número, magistral en su ausencia de textos y potenciado por el arte de Gleason nos muestra a un Bruce Wayne intentando aceptar la muerte de su vástago. Un ejemplar emotivo, dramático y muy potente que se convierte por méritos propios en uno de los mejores tebeos de Batman en toda su historia.
A partir de aquí, la colección comienza una marcha ascendente en calidad, mostrándonos el proceso de duelo de un Bruce Wayne más bajo de moral que nunca. Pero lo grandioso de esta serie, es que con todo lo dramático que resulta y lo oscuro que se nos presenta (sobre todo en estos momentos) el alter ego de Bruce Wayne, este Batman es el más humano que nos podemos encontrar en los cómics del personaje en mucho tiempo, algo que parece que se les ha olvidado a la mayoría de los autores contemporáneos del personaje, que se centran más en el icono que en el hombre.
Y la serie no deja de reinventarse, porque el lector descubre que la serie se sostiene sin la presencia física de Damian, que no la espiritual que impregna la serie en cada uno de los números, convirtiéndose a partir de aquí y hasta el número 33, en un Batman Team Up donde Tomasi y Gleason demuestran su conocimiento y amor por la editorial y su universo, juntando a Batman con personajes que van desde los secundarios típicos del personaje, como Batgirl o Red Hood a personajes más ajenos a su mundo como Frankenstein, Wonder Woman o Aquaman, perfectamente integrados en la saga "The Hunt for Robin" que desembocará en el arco final de la serie "Robin Reborn", sin olvidar ese pequeña joya que es la saga coprotagonizada por Dos Caras, donde Tomasi y Gleason redefinen el origen de Harvey Dent para una nueva generación de aficionados en una historia que transcurre entre los números 24 al 28 de la colección y que recuerda a esos pequeños clásicos de los 80 firmados por Alan Grant y Norm Breyfogle en las series de Batman y Detective Comics.
Y llegamos al gran arco argumental de la colección, "Robin Rises" que transcurre entre los números 33 al 37 de la serie regular, precedidos y finalizados por dos especiales fuera de colección, donde los autores dan todo su talento en una historia que comienza con Ras al Ghul y termina en Apokolips con Batman enfrentado a Darkseid, y que en su tramo central está coprotagonizado por invitados del universo DC tan alejados del mundo de Batman en los últimos 30 años, como Lex Luthor, la Justice League o Cyborg, en la historia de un padre que iría hasta el mismísimo infierno para recuperar a su hijo.
La historia termina con la resurrección de Damian y como estos últimos ejemplares no han aparecido todavía en nuestro país, solo decir que Tomasi y Gleason cierran con broche de oro las tramas de su etapa, las cuales se han centrado siempre en valores universales como la familia, el amor paterno/filial, utilizando como excusa el género superheróico y demostrando que se pueden seguir realizando grandes obras sin necesidad de pretensiones rupturistas. En definitiva, un magnífico tebeo, lleno de calidez y humanidad y donde los momentos íntimos son tan o más importantes que los momentos de acción y épica desatada, de los que el tebeo tampoco está falta.
Poco más os puedo decir, salvo que no dejéis pasar una de las mejores etapas que ha tenido el personaje en sus más de 75 años de historia y una demostración más de que no hay que mirar con el mismo rasero a lo que está publicando en la actualidad DC Comics, porque sino correréis el riesgo de perderos una joya como esta. Estáis avisados.
No hay comentarios:
Publicar un comentario