Dos meses me ha costado decidirme a comprar esta serie. Dos meses de incertidumbre, porque mi querida Carol Danvers (nunca podré olvidar la marca que me dejó el Annual número 10 de Los Vengadores) tras su serie original y los cambios que el maestro Claremont hizo en ella en su memorable etapa al frente de la Patrulla X, ha tenido mil y un intento de ser protagonista de su propio serial y nunca sus series han corrido una gran suerte, ni artística ni comercial.
Pero Carol siempre ha estado ahí, en la saga de Korvac de Jim Shooter, en la mencionada Patrulla X de Claremont (Pícara no sería la que conocemos sin Carol) y ha destacado en Los Vengadores y el Iron Man de Busiek o en la etapa de Bendis al frente de Los Vengadores. Un personaje que es uno de los elementos clave del universo Marvel.
Sus series regulares nunca han corrido suerte y esta que nos ocupa ahora mismo es el séptimo volumen, es decir, el séptimo intento de lanzarla al estrellato, máxime cuando hay una película de ella en ciernes para los próximos años.
La guionista, Kelly Sue DeConnick, ya había sido la artífice del anterior volumen del personaje, el cual no he leído, pero tras leer este y su fabulosa Pretty Deadly para el sello Image, ya está en mi lista de pendientes. Este nuevo volumen comienza justo donde lo dejó DeConnick en el anterior, pero esta vez colaborando con el dibujante David Lopez, que entrega su mejor trabajo hasta la fecha, recordando en cada página al maestro Kevin Maguire, pero con un trazo aun más limpio, haciendo de cada página una pequeña obra de arte pop.
¿Y qué hace que esta serie merezca la pena? Podría decir muchas cosas, lo primero, ese ambiente de space opera ligera que transmite el tebeo y que entronca con el espíritu que James Gunn imprimió a su fabulosa Guardianes de la Galaxia y que Bendis no consigue lograr en su etapa al frente de los mismos personajes. Pero también su magnífico retrato de Carol, su relación con James Rhodes, o el reparto de viejas caras (la aparición de los Guardianes es grandiosa, sobre todo Cohete con el gato de Carol) y nuevas caras, representadas en ese grupo de alienígenas que acompañan a Carol en sus nuevas aventuras galácticas y que entroncan con el mejor Star Wars, Firefly o el Saga de Vaughan.
En definitiva, un tebeo brillante y modesto a la vez. Un tebeo que se disfruta de la misma manera que el Spiderman de Slott o la Hulka de Byrne. Tebeos hechos por autores que adoran los tebeos, que conocen a los personajes y el universo en el que se mueven y que aportan valores nuevos pero sin destruir el trabajo anterior y su legado. Y esa es la manera de que algo se vuelva clásico.
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