El término Moonshine que sirve de título para esta nueva colaboración de Azzarello y Risso, tiene una doble interpretación que sirve para describir en esta nueva obra de los creadores de la mítica 100 Balas. El primero de ellos, sería la definición del alcohol fabricado de manera casera y vendido de manera clandestina en la época de la ley seca, lo que podríamos definir como garrafón. En segundo lugar y de una manera más literal, sería el destello o reflejo de la luna llena.
Ambas acepciones describen un tebeo que aúna la época de la ley seca, es decir, los años 20 en Estados Unidos, con un entorno rural de América Profunda, donde los mitos y las leyendas de esa América oculta al progreso y a la civilización, tratan esta vez sobre la maldición de la licantropía.
Esta mezcla de géneros, tan opuestos como cercanos, les sirven a Azzarello y Risso para ahondar de nuevo en el género noir pero llevándolo al terreno del terror, género que ambos autores no habían tenido oportunidad de tocar, hasta este momento.
El resultado, un tebeo donde todos los ingredientes por separado parecen funcionar a la perfección. Azzarello entrega una historia atractiva, cercana en muchos aspectos a El Corazón del Ángel del director Alan Parker, con personajes atractivamente estereotipados y diálogos acerados e ingeniosos, mientras Risso demuestra una vez más que es un maestro de la composición y de la creación de atmósferas, trasladando a imágenes la sensación de duermevela pesadillesca y de atmósfera pegajosa, donde cuesta distinguir que hay de verdad y que hay de ficción en la realidad que vive el protagonista y en consecuencia los lectores a través de sus ojos.
El problema, y es algo que les viene ocurriendo a Azzarello y Risso en el resto de obras tras 100 Balas donde han compartido tareas creativas, es que el conjunto de elementos no cuaja como deberían. El relato avanza, pero de manera muchas veces atropellada, siendo complicado seguir la narración de aquello que nos están queriendo contar, no por lo compleja o críptica de la misma, sino porque la narración no fluye como debiera, como ya les ocurrió en su Batman: Ciudad Rota.
Pero incluso con esos pequeños defectos que llevan arrastrando Azzarello y Risso tiempo, el tebeo atrapa también por esa incertidumbre de aquello que nos están contando, por el arte de Risso, tan tenebroso como erótico y porque la fusión de América Profunda, Gangsters y Licantropía, es un cóctel que si ambos autores, en especial Azzarello, consiguen afianzar en próximos volúmenes, seremos testigos de uno de los tebeos más interesantes del panorama actual. Seguiremos informando.
Parece atractivo pese a ese defecto que nombras...si, ya pasó con Ciudad Rota.....que me dejó un poco frío.
ResponderEliminarUn saludo