Daredevil: La Sonrisa del Diablo de Mark Waid, Paolo Rivera y Marcos Martín

Daredevil: La Sonrisa del Diablo de Mark Waid, Paolo Rivera y Marcos Martín (Daredevil vol.3, 1 al 6 USA)

Con precisión infalible llega a las librerías españolas el primer tomo de la laureada nueva colección del Hombre sin Miedo. Y a precisión infalible me refiero, porque ha salido publicado menos de una semana después de ganar varios premios Eisner.

Y no es para menos, porque la nueva colección del defensor de la Cocina del Infierno es una de las sorpresas más agradables de los últimos años y uno de los mejores tebeos mainstream que nos podemos echar en la cara en la actualidad. Y encima va a contracorriente, convirtiéndose en un verdadero "back to the basics".

Con esto último me refiero a que Waid se ha alejado del patrón Miller instaurado desde mediados de los años 80 (exceptuando la etapa de Karl Kesel de los años 90 que debería ser recuperada) y que había convertido a Daredevil en un personaje trágico y en muchas ocasiones antipático.

Eso no quita para que las etapas de Bendis y Brubaker no fueran excelentes (más la de Bendis), pero es que ya era imposible hacerle tocar más fondo al personaje, que le pasaran más desgracias y se le murieran más amigos y novias o esposas. Se llegaba a un punto en el que lo dramático tomaba un cariz cómico.

Algo que chocaba con los orígenes del personaje, ya que Stan Lee lo planteó en un principio, junto con Wally Wood, como la alternativa madura y adulta de su exitoso Spiderman. Pero la verdad es que hasta la llegada de Miller no tuvo éxito.

Pero Waid ha realizado la maniobra perfecta y esa es no olvidar el rico pasado del personaje. Y de la manera más inteligente, ya que no se queda en un simple cambio de tono y de estética superficial, sino que el paso de las sombras a la luz sale del propio personaje e impregna su entorno. Matt Murdock sabe que las ha pasado putas. Pero en vez de amargarse y seguir siendo un alma en pena por las calles de Nueva York, da un salto de fe creyendo que las cosas podrán mejorar y solo lo podrán si él es el primero que pone de su parte. Un optimismo que nos viene muy bien en los tiempos que corren.

Así vemos sonreír de nuevo a este diablo burlón, comenzar una nueva fase de su buffete de abogados, con cambios inteligentes y muy comprometidos y olvidamos a los ninjas, Manos, Kingpins y demás fauna, para reencontrarnos con villanos de toda la vida como Klaw pero remozados, forzudos sacados de rings mexicanos de lucha libre y posibles intereses amorosos que no tienen nada que envidiar a los del Peter Parker de la época dorada, convirtiendo a Foggy y a Matt en los trasuntos adultos de Harry Osborn y Peter Parker.

La guinda de un tebeo perfecto y fundamental en tus compras actuales es el equipo artístico rotatorio formado por Paolo Rivera y Marcos Martín. Dos dibujantes y narradores excepcionales que dan su do de pecho en una colección que te engancha desde su primera página con su estilo limpio, elegante y tremendamente sofisticado en el fondo, pero sencillo en la forma. Una delicia para la vista que redondea una obra a la que le deseo una larga etapa en las librerías.