De un tiempo a esta parte, Thanos ha recuperado su status de villano máximo del universo Marvel, que la creación de Jim Starlin no tenía desde principios de los años 90 con la ya clásica El Guantelete del Infinito. No es casual que su resurgimiento venga dado por sus apariciones estelares en el universo Marvel cinemático y su futuro rol de villano absoluto en la próxima Vengadores: La Guerra del Infinito.
Pero razones cinematográficas y económicas aparte, el amante de La Muerte ha estado presente en los últimos años en varios títulos de la Casa de las Ideas como han sido Los Guardianes de la Galaxia de Bendis, Los Vengadores de Hickman y su spin-off/evento Infinito o la nueva iteración de Los Ultimates de Al Ewing. Sin olvidar la miniserie de Jason Aaron y Simone Bianchi, titulada Thanos Rising, que aún tengo pendiente de comprar y leer.
Y como el Doctor Muerte reconvertido en Iron Man en la etapa actual del Vengador Dorado a manos de Bendis, Marvel ha decidido darle una serie regular al villano más icónico de la Marvel actual, con un equipo creativo de lujo formado por Jeff Lemire y Mike Deodato.
Y el resultado tras leer el primer arco argumental de seis episodios titulado El Regreso y que ha sido recopilado con mimo y gusto por Panini en su colección 100% Marvel HC, es más que destacable. Lo primero, porque Lemire introduce al lector en los rincones más recónditos y más olvidados en los últimos tiempos del universo Marvel galáctico, con el mismo detalle que en su obra maestra Descender, para el sello Image y lo segundo, pero no menos importante, porque vuelve a devolver esa magia perdida de los tebeos de la editorial de finales de los 70 y principios de los 80.
Lemire lo consigue devolviendo dos elementos olvidados o en desuso en los tebeos de superhéroes contemporáneos: El uso del narrador omnisciente, representado en los abandonados bloques de texto de apoyo y los bocadillos de pensamiento de los personajes, aquí representados como diálogos del personaje para si mismo.
Además, Lemire le da un ambiente de space-opera sucio y palpable, realzado por el arte de un Mike Deodato más potente que nunca, llenando las páginas y las viñetas de detalles y ritmo que le da un empaque a la obra que la relaciona y pone en paralelo con las obras maestras de la bande desinee de ciencia ficción.
Lemire trae de vuelta a personajes infrautilizados o directamente olvidados como StarFox o el hijo de Thanos, Thane, manipulado por un viejo conocido del protagonista principal de nuestra obra, para narrar el eterno conflicto entre padres e hijos, pero rodeado de furia, violencia y escenas espectaculares.
El único pero de esta serie abierta es el abandono de la editorial por parte de Jeff Lemire y la salida de Deodato del segundo arco argumental de próxima publicación. Una pena, porque las semillas plantadas en este primer volumen podrían haber dado como resultado uno de los mejores tebeos de superhéroes puro y duro de la historia reciente de la editorial. Pero Lemire ha recalcado que al igual que sus trabajos en Caballero Luna y El Viejo Logan, le dará el cierre que se merece y previsto a esta serie regular protagonizada por uno de los villanos más poderosos y carismáticos de la historia Marvel. Esperemos que así sea.
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