18 de diciembre de 2015

Star Wars Episodio 6: El Retorno del Jedi. Decepcionante final de trilogía


































Me parece sorprendente e inaudito comprobar cada vez que revisito la saga de Lucas y llego al episodio VI, como los seguidores cargan contra las precuelas con un salvajismo digno de un linchamiento y en cambio aprueban con tibieza un capítulo tan mediocre y poco inspirado como este Retorno del Jedi que nos ocupa.

Porque digámoslo sin miedo, El Retorno del Jedi es una película tan poco lograda como lo puede ser La Amenaza Fantasma, quizás con momentos puntuales mucho más logrados que el primer capítulo de las precuelas pero igualmente insatisfactorio dentro del conjunto de la saga, no como buen cine de entretenimiento.



Si Lucas acertó entregándole las riendas de la secuela a Irvin Kershner, que potenció y aumentó los logros conseguidos por Lucas en la obra original, aquí el director elegido, el malogrado Richard Marquand, está completamente como pez fuera del agua, en una película que Lucas tuvo que intervenir tanto en el rodaje como en la post-producción para poder salvarla, como bien cuenta el imprescindible libro The Making of The Return of The Jedi de J.W. Rinzler, un libro al igual que sus predecesores, imprescindible y completamente disfrutable para todo fan que quiera indagar en el proceso de creación de la trilogía original.



En primer lugar, Marquand no está preparado para trabajar con unos efectos especiales revolucionarios para la época, por lo que la obra es la que peor ha envejecido de las tres originales, demostrado en la cantidad de insertos y arreglos digitales en su mayoría desafortunados que Lucas acometió en 1997, 2004 y 2011 respectivamente.

Pero lo peor no solo es eso, sino que también es el peor Star Wars visualmente hablando. Todo lo que nos presentan ya está visto en anteriores entregas y el único nuevo planeta que aparece, Endor, es de una pobreza visual inaudita para una saga que nos había hecho volar. Lo mismo decir del trabajo de fotografía del largometraje, falto de una unidad, no solo en el filme como conjunto, sino en una misma escena que parece haber sido fotografiada deprisa, corriendo y mal, sobre todo en la parte del bosque de Endor, acercando a la saga a los abismos de la serie B apresurada, tanto en forma con en fondo.



Porque tampoco el guión de este cierre de saga se salva de la criba. Porque exceptuando el genial pero excesivamente largo prólogo en el palacio de Jabba y el enfrentamiento final entre Luke, Vader y El Emperador -esto si, entre lo mejor de las seis películas- el resto es de un rutinario y previsible que echa para atrás.

El motivo, que exceptuando Luke y Vader, el resto del reparto no solo no evoluciona, sino que involuciona. Han Solo sobre todo está a verlas venir y nada queda del socarrón mercenario de anteriores entregas. Aquí el personaje nada tiene que hacer y su destino es ser mero comparsa de unos osos de peluches que adoré en mi infancia, pero que ahora convierten el visionado de su historia en una tortura, no por estar dirigidos al público infantil, sino por la pobreza de su arco. Lo mismo para Leia, Chewbacca, R2D2 y C3PO. Nada tienen que hacer aparte de aparecer porque el fan de la saga los reclama, pero Lucas no sabe que hacer con ellos.



Y el motivo es otro error de gran calibre, poner a los mandos del Halcón Milenario a Lando Calrissian. Porque la batalla contra la Estrella de la Muerte, la mejor batalla en términos narrativos y visuales de toda la saga, queda lastrada porque quien pilota la aeronave no nos importa lo más mínimo, ya que quien debía haber pilotado esa nave eran Han y Chewie y seguramente alguno de ello o los dos, morir en el intento, como Harrison Ford le pidió a Lucas encarecidamente durante la preparación del filme.



Por lo que al final de una finale con tres frentes abiertos, nos quedamos con uno magistral, otro visualmente apabullante pero falto de garra dramática y un último frente pobre tanto en el aspecto visual como en el narrativo. Por supuesto que este capítulo tiene sus puntos positivos, en especial ese Emperador interpretado por Ian McDiarmid que roba la pantalla en cada una de sus apariciones al igual que en las precuelas o el palacio de Jabba, pero que no es suficiente para un episodio que tenía que haber dejado sin respiro a los seguidores de la misma.



En definitiva, un episodio perezoso y desganado -¿en serio otra vez una Estrella de la Muerte?- que cierra la saga de manera irregular pero que por supuesto tiene momentos dignos del universo creado por Lucas.

2 comentarios:

  1. Te va a encantar El Despertar de la Fuerza. No digo nada más.

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  2. Lo que no me gusto como los Ewoks vencían a los soldados imperiales de forma tan patetica. Lo bueno fue el traje esclava de Leia y el duelo final entre Vader y El Emperador. También la escena del Sarlacc en donde Luke debuta con su nombre sable de luz verde.

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