Dentro de la infinidad de títulos que ofrecen estas Secret Wars, habría que destacar que además de rendir tributo a sus epopeyas más famosas, tales como La Era de Apocalipsis, La Casa de M, Civil War o Días del Futuro Pasado, Marvel ha arriesgado con títulos más alejados del estilo superheróico y que tocan géneros tales como el terror, la fantasía heróica, las artes marciales o el western.
Y es el western el género que toca la novedad más destacada de este bloque de títulos, 1872. Una miniserie de cuatro números desarrollada en el Valle de Muerte y que sabe jugar estupendamente con los convencionalismos y tópicos del western crepuscular, dentro del entorno Marvel. Su artífice, Gerry Duggan sorprende al lector con un título que sabe sorprender aunque recurra a los lugares comunes del western, con el hábil uso de las características de héroes tan reconocibles como Tony Stark, Steve Rogers o Bruce Banner, pero dentro de un ambiente sucio e inhóspito, donde las sorpresas nos encuentran a cada página. Y no puedo dejar de destacar también el extraordinario trazo de Nik Virella, que aporta un aire de álbum europeo a esta localización de Mundo Batalla que se merece un lugar en el universo Marvel post-Secret Wars.
No tan interesante se presenta Maestro de Kung Fú la segunda novedad de esta nueva remesa de títulos. El motivo, que Haden Blackman no es un autor con tanto talento como Gerry Duggan y que aquí no se apoya en artistas de la calidad y la espectacularidad de J.H. Williams o Mike del Mundo, sino que se tiene que conformar con Dalibor Talajic, autor limpio y dinámico, competente desde el punto de vista narrativo, pero que no consigue epatar como los dos artistas anteriormente mencionados, dejando en evidencia el trabajo correcto pero poco inspirado de esta reversión de los mitos de Puño de Hierro y Sang Chi.
Y de Kun Lun nos adentramos en el Reino Salvaje, que en su segundo ejemplar mejora lo planteado anteriormente, aunque aún se queda lejos de los resultados de Aaron en Thor. A su favor, la trama avanza algo, aunque lentamente y Aaron sigue rebuscando entre los personajes y escenarios más olvidados y desconocidos de la historia Marvel. Mike del Mundo sigue entregando un arte con influencias de Frazetta y de Segrelles, con su estilo espectacular y apabullante.
Al contrario, Marvel Zombies de Spurrier y Walker, renueva la confianza de su primer ejemplar, con un tebeo que podría considerarse uno de los sleepers del evento, con una protagonista principal que exuda carisma por todos los costados y sabiendo sacar verdadero oro de una historia que fue explotada hasta la saciedad la década pasada, con un resultado más que correcto.
Finalizamos este repaso con El Guantelete del Infinito, que no deja de mejorar entrega a entrega y que demuestra de nuevo que Gerry Duggan es uno de los guionistas a tener en cuenta en esta nueva Marvel. En este tercer ejemplar el protagonismo lo tiene el Titán Loco, dejando un poco de lado a nuestra familia protagonista, sabiendo Duggan hacer uso de los viajes temporales y presentando nuevos personajes de la rica parcela cósmica del universo Marvel, donde los Guardianes de la Galaxia tienen un papel fundamental, aunque en una encarnación diferente y me hace preguntarme porqué Marvel no le entrega el destino de dichos personajes a Duggan y los aleja de un Bendis que no ha sabido sacar partido de dicha riqueza, en el que quizás sea uno de los peores trabajos que ha hecho en la Casa de las Ideas.
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