Tras un especial de reinicio tan modesto como inane, llegan a nuestras librerías los tres primeros títulos de esta nueva resurrección mutante: X-Men Oro, X-Men Azul y Arma X.
¿Y qué tiene este nuevo reinicio del universo mutante que no han tenido los incontables intentos anteriores de reverdecer los laureles de una franquicia que en los años 80 y 90 era la niña de los ojos de la editorial y ahora ha quedado sepultada por el resto de la línea editorial? Supuestamente un retorno al heroísmo frente a la supervivencia y un retorno a la luz frente a la oscuridad de los últimos años.
¿Desde cuándo la Patrulla X ha sido ligera?¿Desde cuando ha sido un título donde la superficialidad y los chistes fáciles han sido marca de la casa? ¿No es cierto que los momentos más celebrados de la saga, sobre todo en manos de Chris Claremont, han sido las situaciones más dramáticas?
El problema de la franquicia en las dos últimas décadas no ha sido la progresiva oscuridad que se ha apoderado de su universo y sus personajes, sino la falta de evolución y crecimiento de los personajes y las tramas en la gran mayoría de sus etapas.
No olvidemos, que desde que Claremont abandono la franquicia en 1991, -de sus dos intentos de retorno en el año 2000 y en 2004 aproximadamente correré un tupido velo- ha habido autores y reinicios que están a la altura de lo conseguido por Claremont. A las etapas de Grant Morrison, Joss Whedon o más recientemente Jason Aaron me remito.
Estos tres ejemplos dan buena prueba de que los mutantes, en manos de autores excelentes y con manga ancha por parte de la editorial, son capaces de seguir haciendo relevantes a unos personajes que siguen manteniendo una base de fans, entre los que me incluyo, por su carisma y su interesante y complejo pasado.
Y no olvidemos que tanto las etapas de Bendis, Fraction o Gillen tuvieron sus buenas ideas y potentes arranques, pero que fueron dinamitados por ese miedo a seguir haciendo avanzar a un universo que bien demostró Claremont, solo podía funcionar si seguía hacia delante. No es raro que Claremont abandonara el barco que el construyo con mimo, cuando tras 15 años los intereses editoriales estaban por encima del padre de la criatura.
Es por eso que el debate no es si la Patrulla X es oscura o luminosa, sino que si las historias de los últimos años han sido interesantes. Y ha habido intentos, pero siempre se han quedado a medio gas, o han sido directamente lamentables, como el reciente evento, Inhumanos Vs. X-Men.
Ahora, Marvel nos intenta vender un “retorno a la grandeza” con la nostalgia mal entendida de los equipos azules y oro de principios de los 90. Será un intento de retorno a la grandeza de las ventas basadas en la especulación de dicha época, porque si tenemos un poco de memoria, los tebeos de los equipos oro y azul, son de lo peor que ha tenido la franquicia en sus más de 50 años de historia.
Un retorno a la grandeza fue tener un equipo como Morrison y Quitely, Whedon y Cassaday, Aaron y Bachalo, e incluso a Bendis y Márquez y esos fascinantes primeros ejemplares de La Nueva Patrulla X. No intentar convencer a los lectores que equipos creativos formados por Marc Guggenheim y Ardyan Siaf o Greg Pak y Greg Land, son el no va más de la actualidad comiquera del mercado americano. Un punto por encima se encuentran Cullen Bunn y Jorge Molina, pero ni con esas pueden compararse con los cuatro equipos creativos de anteriores reinicios que he mencionado al principio de este mismo párrafo.
Centrándonos en las tres series publicadas por Panini este mes, comenzamos con X-Men Oro, la serie central de este “Resurrexion”, guionizada por Marc Guggenheim y dibujada en su primer arco argumental por Ardyan Siaf. Guggenheim es un escritor competente pero no brillante y el trabajo de Syaf, aunque meritorio, no va con lo que yo considero un dibujo que haga que vaya corrriendo mes a mes a por el ejemplar siguiente, siendo una evolución del estilo recargado y detallado de los adoradores de Jim Lee, que no va conmigo.
Leídos los dos primeros ejemplares de estos X-Men Oro, decir que el intento de provocar el optimismo y la ligereza es tan desesperado que en algunos momentos da verguenza ajena, sobre todo al ver a tus personajes favoritos como Logan, Tormenta, Kitty o Coloso, actuar tan fuera de personaje. Un apunte, el intento precipitado de traer de vuelta la relación entre Kitty y Peter hay que construirlo lentamente para que la cosa sea creíble. Lo mismo para los partidos de beisbol.
En cambio, X-Men Azul, formada por el equipo creativo de Cullen Bunn y Jorge Molina es una sorpresa agradable. Nadie está inventando la rueda con esta nueva reunión del equipo mutante original comandado esta vez por una carismática joven Jean Grey, pero al menos, quitando el forzado humor del primer ejemplar, se deja leer con agrado y la inclusión de un Magneto nuevamente intentando seguir la senda del bien, aunque guarde sus trapos sucios, me tiene lo suficientemente intrigado para querer saber más. Y me encanta el arte de Jorge Molina.
Terminamos este primer repaso con Arma X, escrita por Greg Pak y dibujada por Greg Land. La nueva X-Force de este Resurrexion, con un equipo de “badass” y “fan favourites” como Logan, Dientes de Sable, Domino, Dama Mortal y Sendero de Guerra, enfrentados a un nuevo y mejorado proyecto Arma X, que no espanta, pero tampoco emociona, teniendo en cuenta que las anteriores iteraciones de mutantes armados y peligrosos han sido mucho más memorables en sus arranques, como La Imposible Patrulla X de Bunn y Land, los X-Force de Remender y Opeña o los X-Force de Christopher Yost, por poner los primeros ejemplos que me vienen a la cabeza.
En resumen, un arranque tibio para lo que han intentado vender como un retorno a la grandeza. Habrá que ver si lo que le falta a esta etapa es calentamiento y a medida que pasen los meses la cosa se pone interesante. Pero lo que es su arranque, muy por debajo de la gran mayoría de intentonas de los últimos 20 años de franquicia mutante.
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