En escasos cinco años, el nombre de Scott Snyder ha pasado de ser un desconocido del mundillo del cómic a megaestrella en un abrir y cerrar de ojos. Comenzar apadrinado por el mismísimo Stephen King y realizar al principio con el maestro y luego en solitario un tebeo tan bueno y estimable como American Vampire para la línea Vertigo de DC Comics no le vino nada mal, pero el salto al estrellato le vino con Batman, primero en una etapa más secundaria como fue la suya en Detective Comics al olimpo del éxito con Batman, la serie regular del personaje que realiza junto a Greg Capullo y que se ha convertido en el tebeo estrella de DC Comics, luchando por el top 1 cada mes con la Justice League de Geoff Johns.
Y es que la carrera de Johns y Snyder tienen muchos parecidos. Ambos grandes aficionados, ambos escritores competentes y ambos, autores exprimidos y quemados por una editorial en poco tiempo. Y este El Resurgir para una línea editorial que ha vivido tiempos mejores es un ejemplo tristemente evidente.
En este nuevo trabajo, Snyder pretende hacer por el terror submarino y la ciencia ficción, lo mismo que ha conseguido con resultados más que óptimos en su American Vampire, fusionando sin pudor el drama post-apocalíptico, el mundo marino, las leyendas de las sirenas y el terror alienígena. Pero todo ello se convierte en un cóctel indigesto, donde la historia y el protagonismo se divide en dos momentos temporales y dos protagonistas femeninas que no tienen tiempo para conocerlas, comprenderlas y quererlas (muy al contrario que su excelente Pearl, protagonista de American Vampire), rodeado de tópicos multigenéricos y secundarios aún más tópicos que huelen a cliché a más de 1000 km.
De nada sirve que tenga ideas interesantes y originales que nunca llevan a ningún puerto, porque el final, aunque posiblemente se podría considerar sorprendente, se torna indigesto por la necesidad de Snyder de explicar en modo listado y sin sutilezas una resolución que a las alturas de las últimas páginas del tebeo ya te da exactamente igual.
Lo mejor del tebeo, sus primeros tres números, donde el misterio y las incógnitas parece que nos llevarán a algo medianamente interesante y sobre todo el trabajo artístico de Sean Murphy, abocado, al igual que en el Joe The Barbarian de Morrison ha trabajar con los autores más destacados de la industria en sus peores obras.
En definitiva, un tebeo que parece sacado del fondo del armario por Scott Snyder, un trabajo más propio de un autor novato, con buenas ideas mal resueltas y no el trabajo de un autor que se encuentra entre los escritores estrella de la actualidad y autor de dos buenos trabajos como su Batman y su American Vampire, entregando su peor obra hasta el momento junto al ilegible Superman Unchained realizado mano a mano con Jim Lee.
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