En su cuarto mes de publicación, la secuela de la obra de Millar y Niven llega a su sexto ejemplar, tras la impactante y efectista imagen con la que terminó el episodio pasado, con la visión de Miles Morales acabando con la vida de Steve Rogers.
En la serie principal, Bendis estira de nuevo la historia con 20 páginas entretenidas con diálogos acertados, pero que bien se podría haber explicado en menos páginas. El resultado de este antepenúltimo capítulo, mueve las fichas del juego, humaniza a una excesivamente fanatizada Carol Danvers a lo largo del serial y sitúa como nuevos protagonistas a Miles Morales y Steve Rogers, como piezas fundamentales del tercer acto.
Esto sirve sobre todo a Nick Spencer para saber sacar el mejor partido de un crossover, descubriendo en la serie regular del personaje, que es lo que maquina este nuevo Steve Rogers convertido a través del cubo cósmico en seguidor de Hydra desde su tierna infancia, donde vemos como Rogers ha ido manipulando los acontecimientos de las Civil War a su antojo e insinuando que la muerte de Banner es provocada, al menos indirectamente por Rogers.
Un aplauso también a Gerry Duggan y sus Imposibles Vengadores, que no hacen más que mejorar ejemplar a ejemplar y que aquí aprovecha a este nuevo y mancillado Capitán América para provocar una escisión absoluta en estos Imposibles Vengadores, convirtiéndola en el título Vengador más interesante de la actualidad y si me apuras, de los mutantes.
En definitiva, una saga central que se deja leer pero poco más, donde lo mejor del crossover son el partido que les está sacando autores como Duggan o Spencer.
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