La extensa etapa de Brubaker cambia su tono gracias a la llegada de Alan Davis, quizá el autor veterano que sigue en activo, cuya calidad no ha bajado ni un ápice desde que comenzara su carrera a principios de los 80. Del oscurantismo de Guice o Epting a la luminosidad y ampulosidad del trabajo de Davis. La colección lo necesitaba. La reseña completa pinchando aquí.
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