Los cambios en personajes con más de 50 años de historia a sus espaldas son habituales y comprensibles, porque tras más de 500 ejemplares a tus espaldas, ¿qué puedes hacer para que los lectores sigamos volviendo mes a mes sin volverte recurrente? Estos cambios, por supuesto temporales, los llevamos viendo sobre todo a partir de los años 80, siendo el primero de ellos Tony Stark, que tras su segunda crisis alcohólica tuvo que ceder el relevo de la armadura a su hombre de confianza, James Rodhes. Posteriormente, y si la memoria no me falla, entre finales de los 80 y principios de los 90, Steve Rogers dejó las mallas de barras y estrellas para convertirse de nuevo en Nómada y el testigo lo recogió un fascista que se reconvirtió en el USAgente, un Capitán América perfecto para los ultraviolentos, exagerados y tremendamente infantiles tebeos de principios de los 90. Otro tanto para el Dios del Trueno, que cedió su legado a Thunderstrike. Por supuesto, los héroes originales volverían al poco tiempo.
Los nefastos principios de los años 90 llevaron al extremo dicha propuesta. En DC Comics, Superman murió y fue reemplazado por no uno, sino cuatro Supermanes, muchos de ellos, despiadados, fríos, rudos y violentos y Bruce Wayne, tras quedar lisiado, al parecer de por vida, por Bane, fue sucedido por Azrael que se convirtió, ¿lo adivináis?, en un Caballero Oscuro violento y sanguinario, como mandaba el canon antiheróico de la época. Posteriormente, y visto que la jugada había salido bien comercialmente, que no artísticamente, se replicó el asunto con las muertes, heredéros y resurrecciones posteriores de personajes tan emblemáticos como Green Lantern y Green Arrow.
Y llegamos a la actualidad, donde las muertes y legados se han llevado con mucha mejor fortuna, gracias a autores en estado de gracia como Dan Slott, Ed Brubaker y Grant Morrison, en series como Superior Spiderman, Capitán América y la epopeya Batmaniana no exenta por supuesto de polémica que se fraguó a lo largo de títulos como Batman, Batman y Robin y Batman Incorporated. La diferencia con lo que ocurrió en los 90, que aunque la muerte, cambio de personaje y posterior resurrección sigue siendo un reclamo meramente publicitario para atraer más lectores a un título o personaje, aquí se hizo con inteligencia y rodeado de autores de calidad que polémicas y opiniones personales aparte, quedarán como etapas memorables de cada uno de los personajes anteriormente mencionados.
Ahora Marvel vuelve a intentarlo con el trío Vengador por antonomasia, Capitán América, Thor y Iron Man. El más necesitado de un cambio era por supuesto Iron Man, el personaje de los tres, que menos suerte y menos calidad ha tenido en sus series regulares, ya que quitando la maravillosa época de finales de los 70 y principios de los 80 gracias al equipo creativo formado por David Micheline, John Romita Jr y Bob Layton, pocas etapas posteriores o previas pueden pasar a los anales de la historieta, si quitamos aciertos puntuales del principio de la etapa de Fraction y Larroca.
En cambio, Thor y el Capitán América han tenido etapas verdaderamente memorables. El primero, sus inicios con el duo en estado de gracia de Lee y Kirby y posteriormente con Walter Simonson como autor completo, o la etapa de Stracinsky. Y que decir del Capitán América, con sus inicios con Lee y Kirby, la breve, intensa e icónica etapa de Steranko, la posterior con Gene Colan, los fastuosos dos años de Waid, Garney y Andy Kubert o su más reciente y más redonda época, gracias al talento de Ed Brubaker, sin olvidar pequeñas etapas como la formada por Roger Stern y John Byrne a principios de los 80.
En la actualidad, el verdadero cambio de tercio creativo se ha provocado en Iron Man, que tras una inane época escrita por Kieron Gillen, intenta reactivar una serie trayéndose un talento muy reconocido por los fans de DC Comics, el guionista Tom Taylor, que ha triunfado gracias a su serie Injustice, basada en el videojuego de DC Comics. Y Taylor, en los dos primeros ejemplares que presenta Panini en el número 50 de la edición española de la colección del Hombre de Hierro, promete. Tony Stark, tras los sucesos ocurridos en el denostado evento Axis, es un hombre sin moral y sin principios, un reverso tenebroso de la compleja personalidad de Tony Stark sin las barreras morales que tenía. Egoista, vanidoso y cruel, se ha erigido en monarca de la ciudad de San Francisco ofreciendo a los habitantes de la bahía un software que les convierte en seres perfectos. Taylor plantea los límites a los que puede llegar un ser superior intelectualmente pero deficiente moralmente, además de introducir casi como personaje secundario a Daredevil, recién mudado a la ciudad del Golden Gate gracias a la pluma de Mark Waid. Lamentablemente, la serie se resiente gráficamente por su apartado gráfico, obra de otro autor que le ha robado Marvel a su Distinguida Competencia, Yldiray Cinar. Pero la serie desde el punto de vista narrativo promete.
Los cambios en Thor provienen de otro evento denostado, Pecado Original, donde el Dios del Trueno, tras escuchar una frase dicha al oído por un Nick Furia con la visión del Vigilante, pierde la capacidad de ser digno y levantar su martillo Mjolnir, por lo que un nuevo candidato reclama el martillo. La diferencia, que es una mujer y está enmascarada, por lo que el misterio está servido. Las razones para confiar en este título, su guionista, Jason Aaron, el autor que lleva ya un par de años narrando las aventuras del Dios del Trueno convirtiendo su etapa en una de las más interesantes en los 50 años de historia del personaje. Tras leer los tres primeros números de esta nueva etapa, decir que no me ha impresionado como los primeros ejemplares de su primera saga al frente de la colección, ya que lo contado por ahora, que es muy poco, más centrado en atar cabos sueltos de su etapa previa en el personaje que en quién es la persona tras la máscara, tampoco ayuda mucho para poder dar una valoración de lo que puede dar de si esta nueva singladura de la colección. A destacar eso si, al dibujante de la misma, Russel Dautman, que con un estilo que recuerda a una mezcla entre Arthur Adams, Frank Quitely y Nick Bradshaw, promete convertirse en uno de los autores a seguir en los próximos años.
Y terminamos con el héroe de las barras y estrellas, el Capitán América, que tras la laureada con motivos etapa de Ed Brubaker, fue continuada por un Rick Remender que aunque con aciertos puntuales, no ha conseguido, al menos en mi opinión, realizar hasta el momento, y a la espera de una relectura, un trabajo tan redondo y revolucionario como el conseguido por Brubaker. Su golpe de efecto en el primer arco de su trabajo, Steve Rogers ha perdido el suero del Supersoldado, por lo que ha envejecido y ha dejado de ser el Capitán América, ha provocado que pase el testigo a su antiguo compañero de aventuras, el Halcón. Por lo que tenemos en esta nueva etapa un nuevo status quo, con el Halcón como nuevo Capitán América, con la complicación de ser capaz de llevar encima del hombro un legado tan importante, además de seguir teniendo a Steve Rogers, reconvertido en jefe de campo de este nuevo Capitán América. Los dos primeros números publicados en España dentro del número 50 de la edición de Panini, esboza lo que nos encontraremos en la misma, con un resurgimiento de la organización de Hidra, el regreso del Barón Zemo y un potpurrí de villanos que es un quién es quién de la historia del personaje. Remender tiene la suerte esta vez, de tener a un dibujante a la altura, Stuart Inmonen, quizás el mejor dibujante de superhéroes de la actualidad, que en estos dos números lo vuelve a demostrar con creces.
Una nueva época para tres personajes que han pasado por mil y una iteraciones y donde sus autores deben demostrar lo más importante. Que tras los trucos de magia, las campañas de marketing y las renumeraciones para vender más ejemplares en un momento puntual y acabar con tu competencia, al final lo único que nos importa a los lectores es algo muy sencillo, pero a la vez muy complicado, una buena historia. Anteriormente, autores como Brubaker, Morrison o Slott lo han conseguido, recibiendo los aplausos de crítica y aficionados. ¿Lo conseguirán Taylor, Aaron y Remender? El tiempo lo dirá...
A mi personalmente me resulta un poco injusto que el Capitán América de Remender no esté recibiendo más atención, cuando la radiografía que está realizando del personaje me parece mucho más mordaz que la mostrada por Brubaker, cuya principal adición fue el cambio de tono para el personaje.
ResponderEliminarAun así de las tres la que más estoy disfrutando es el Thor de Aaron, que aparte de lo que pueda ayudar el dibujo de Dauterman, me encanta todo el entramado que esta creando alrededor de los Nueve Mundos.
De la que ando más desconectado es el Iron Man de Taylor, aunque los números que leí tampoco me disgustaron, siendo bastante agudo que le dan al tema de la inversión, además del cruce con Daredevil. Hasta el dibujo estilo The Boys me parece bastante apropiado, aunque en lo negativo creo que Taylor a veces abusa de la pirotecnia y -de las tres- quizás sea la que menos me ha acabado de enganchar.
Eso sí, bajo mi punto de vista, los tres personajes viven una gran etapa desde que se reimaginaron tras los acontecimientos de Desunidos. Y si bien es cierto que las etapas de Gillen y Taylor en Iron Man no están destacando o han destacado en demasía -aunque tampoco me parecen para nada malas, mejor lo de Gillen que lo de Taylor-, todo el tramo que va desde Extremis de Warren Ellis hasta el final de la etapa de Fraction, pasando por el Director de SHIELD de los Knauf puede considerarse una de las etapas históricas del vengador dorado
Hola Daniel. Lo primero de todo, gracias por comentar. Es cierto que el Capitán América de Remender pueda estar pasando un poco inadvertido, pero creo que quizás ha pasado eso porque aun teniendo aciertos puntuales y atreverse a llevar al personaje a territorios inexplorados, Remender no ha sabido rematarlo de manera tan efectiva como lo conseguido en Imposibles Vengadores o su etapa en X-Force. Culpa, también la de los dibujantes con los que le ha tocado lidiar. Primero, un John Romita Jr, en baja forma y un Carlos Pacheco desaparecido bajo el entintado. Espero que con un grande como Inmonen levante el vuelo.
EliminarCon el Thor de Aaron estamos de acuerdo. Desde Simonson, el personaje no había tenido una etapa tan interesante y rica en contenidos como la actual. Y en cuanto a Iron Man, la verdad es que todas las etapas que ha tenido tras Vengadores Desunidos las he ido abandonando. Extremis no me llenó, la etapa de los Knauf la comencé a leer pero la acabé abandonando (aunque espero en algún momento recuperarla), la de Fraction me pareció interesante en sus inicios, sobre todo "El Hombre Más Buscado del Mundo", pero a partir de ahí me parece que Fraction perdió el empuje inicial, a lo que no ayudaba el trabajo de Larroca, que cada vez me parece peor dibujante. Ya iré contando lo que me va pareciendo la etapa Taylor, que con solo dos números es difícil poder valorarlo de manera justa.
De nuevo, gracias por escribir Daniel. Un abrazo muy grande.