Daniel Clowes no es un autor para todo el mundo. Sus intrincadas piruetas estructurales, unos personajes que sirven de reflejo la mayoría de las veces como reflejo nada distorsionado de lo peor de todos nosotros y una visión muchas veces negra de la existencia humana puede provocar el rechazo de los lectores que solo buscan un entretenimiento ligero para pasar la tarde.
Pero lo que destaca sobre todo en la obra de Clowes es la intención del autor de no quedarse nunca estancado, de abrir nuevos territorios inexplorados para que su obra siga siendo igual de fresca que cuando publicó su primera,interesante e irregular obra, Lloyd Llewelyn.
Y aunque Clowes ha jugado con los géneros en algunas de sus obras pasadas, nunca había tocado la ciencia ficción como base de uno de sus proyectos. Por supuesto, en manos de Clowes, el trabajo no es una obra de ciencia ficción al uso. La razón, que el trasfondo de la ciencia ficción sirve a Clowes para hablar de lo que mejor se le da: las relaciones personales, la mezquindad de todos los seres humanos, los secretos que no dejan avanzar y el amor por un ideal.
A través de un ejercicio de estructura impecable en cuatro tiempos y un mismo espacio, seremos testigos de una odisea a través del espacio tiempo con ecos Ditkianos pero a la vez profundamente íntima, donde conoceremos a través de dos puntos de vista, la historia personal y de pareja de Jack y Paciencia, uno el protagonista activo del relato y la segunda, que da título a la obra, protagonista espiritual y motivador de nuestro co-protagonista.
180 páginas visualmente bellas, deudoras estéticamente de los cómics de los años 50 y 60 (que grande habría sido que el color hubiera sido con tramas, sobre todo en la parte de 1985) que una vez comienzas a leer no puedes abandonar para alcanzar un clímax inevitable que ha llegado a través de varios giros argumentales tan perfectamente planteados que incluso el autor a través del protagonista del mismo, chafa los deseos de un lector que pretende ir unos cuantos pasos por delante del autor, cuando este va kilometros por delante de él.
En definitiva, un tebeo imprescindible en tu tebeoteca, quizás la obra de Clowes que más me ha gustado de manera visceral, rematado por una edición apabullante de mano de Fulgencio Pimentel, que obviando algunos errores tipográficos, raya la absoluta perfección.
Hola! Comparto gran parte de tu opinión sobre Paciencia. Con dudas, también comparto tu valoración como posible mejor obra de Clowes. Te invito a que visiteis mi blog, donde hemos publicado la reseña sobre el libro:
ResponderEliminarhttp://niundiasinlibro.blogspot.com.es/2016/03/paciencia-daniel-clowes-fulgencio.html?m=1
Un saludo.