Justo antes de las Secret Wars, los tres pilares de los Vengadores se encontraban en situación irregular los unos con los otros. Iron Man finalizaba una en principio prometedora etapa, Iron Man Superior, que se desinfló en cuanto Tom Taylor comenzó a profundizar un poco en ese Tony mezquino y malvado. Rick Remender no conseguía que su etapa al frente del Capitán América cuajara, fuera con Steve Rogers o con su nuevo sustituto, Sam Wilson. Al contrario, Jason Aaron había revuelto los cimientos del Dios del Trueno y había epatado y maravillado a los lectores con esa Thor femenina que ocultaba a una Jane Foster enferma terminal de cáncer. Era el único título de los tres que realmente merecía la pena seguir con fruición mes a mes. El objetivo de Marvel, que tras las Secret Wars, los tres títulos fueran un "must-have" para el lector.
El primer acierto ha sido el equipo artístico de campanillas formado por Brian Michael Bendis y David Marquez para el Hombre de Hierro. Si ya habían demostrado que eran un fantástica pareja artística en el imprescindible Ultimate Spiderman protagonizado por Miles Morales, aquí y solo en dos ejemplares hasta el momento publicados, demuestran que son la pareja artística necesaria para elevar al Iron Man de los cómics y colocarlo en el mismo lugar de importancia que su contrapartida cinematográfica. Fresco, inteligente, divertido y sorprendente son los adjetivos que definen estos primeros ejemplares, con un Tony Stark más Tony que nunca, con nueva armadura, un nuevo desafío amoroso e intelectual, donde Bendis demuestra su habilidad para crear personajes femeninos. En definitiva, un tebeo que apetece leer.
La gran sorpresa es la nueva etapa del Capitán América por Nick Spencer y Daniel Acuña. Me apetecía por el dibujo de Acuña, uno de mis autores contemporáneos favoritos, pero no esperaba que Spencer lo hiciera tan bien. Y es que la verdad, la etapa de Remender me había dejado frío, con un guionista que no sabía que hacer con Sam Wilson y que solo disfruté parcialmente por el dibujo de Inmonen en los últimos ejemplares de la era Remender. Spencer, que ya hizo un magnífico trabajo en la etapa previa a Ales Kot en Vengadores Secretos, convierte al Capi y a Sam Wilson en concreto en un tebeo y héroe social y político, tratando temas candentes e impopulares en una América que deriva peligrosamente hacia el terror del radicalismo y la ultraderecha más peligrosa. Un héroe del pueblo que representa lo que debe ser el Capitán América como símbolo y que convierte a Sam Wilson, esta vez sí, en digno heredero del escudo y los ideales del héroe que representa lo mejor de América. Y por supuesto, cualquier tebeo con Misty Knight tiene un plus de calidad.
Terminamos con la segunda temporada del Thor de Aaron y Dauterman. Solo decir que sigue en plena forma y que es uno, sino el mejor tebeo que publica Marvel en la actualidad. Igual de acertado en la parte de Jane y su lucha contra el cáncer, que Aaron refleja con una dureza brutal en las primeras páginas de este nuevo capítulo y que es igual de interesante que la épica narración cercana a los tejemanejes de Juego de Tronos que se está forjando en los Reinos de Asgard. Aaron ha nacido para escribir a Thor y su ya larga etapa es muy posible que acabe superando la hasta el momento imbatida era de Walter Simonson.
No hay comentarios:
Publicar un comentario