Ni nuevas Star Wars, última temporada de Juego de Tronos o nuevos estrenos Marvel y DC. El gran acontecimiento de la cultura pop de este 2017 que se acerca, para el que aquí suscribe, es el estreno de la largamente esperada nueva temporada de Twin Peaks, el serial que cambió mi manera de entender las series de televisión y que me abrió al extraño, diferente y surrealista universo de David Lynch.
Pero aunque la gran mayoría de los espectadores y los medios hablan siempre de Twin Peaks como la obra de David Lynch, hay que aclarar que el serial fue obra del genial autor de títulos como Terciopelo Azul y Mulholland Drive, pero también de Mark Frost, novelista y guionista de televisión que en los 80 brilló con luz propia por su celebrada Canción Triste de Hill Street.
La dupla creativa dio como resultado una obra única e inclasificable, donde las inquietudes de ambos creadores daban como resultado un trabajo que ha trascendido los límites de la pequeña pantalla. Pero en honor a la verdad y viendo la trayectoria de ambos autores, hay que decir que los mayores aciertos del serial y que reafirmó Fuego Camina Conmigo, la secuela-precuela estrenada poco después del fin de la serie, eran en su gran mayoría gracias a David Lynch.
Cuando a mitad de la segunda temporada, descubierto en apariencia quién mató a Laura Palmer y la desidia de un Lynch al que el medio televisivo de por entonces le limitaba creativamente, hizo que el director nacido en Missoula se apartara del serial y dejara la serie en manos del otro 50%, Mark Frost, la serie decayó y mucho, siendo salvada por un David Lynch que cerró con broche de oro la atropellada segunda temporada con un episodio que era 100% Lynch y que recuperaba el lustre que había perdido.
Ese lustre perdido fue consecuencia de que la mano de Frost fue más importante que la de Lynch. Y aunque Frost y Lynch juntos hacen un magnífico equipo, es cierto que Frost en solitario no es ni la mitad de talentoso que un Lynch que demostró que no necesitaba de su media naranja para entregar un filme que llevaba aún más allá los aciertos de los mejores momentos de la serie de televisión.
Y actualmente, mientras Lynch está enfrascado en el montaje de la nueva serie, Mark Frost entrega como regalo adelantado a los fans un libro de bella factura y original contenido que sirve para avanzar levemente lo que llega y ahondar en el pasado de la icónica localidad y sus habitantes.
Desde el siglo XIX americano a la época actual, Frost entrega un libro-juego que es un compendio de informes acerca de algunos de los múltiples misterios que el pueblo fronterizo con Canada ha vivido a lo largo de su historia. Frost acierta de lleno, ahondando en personajes tan queridos por los seguidores de la serie como Ed, Nadine o Norma Jennings, nos desvela el destino de algunos personajes que se quedaron colgados con la season finale de la segunda temporada, como por ejemplo Audrey Horne o nos descubre nuevos puntos de vista de personajes tan icónicos como Lady Leño.
Quizás Frost no acierta tanto en hacer demasiado universal los acontecimientos de una población que funciona mejor en su localismo provinciano. Poner en paralelo acontecimientos como el misterio de Rosswell o la implicación del mismísimo Richard Nixon con los extraños acontecimientos que ocurren en la localidad de Twin Peaks quizás sea llevar demasiado lejos los preceptos del serial. Sin olvidar que hacer protagonista casi de este conjunto de informes desclasificados a un personaje ya no secundario sino terciario del serial es rizar el rizo de manera algo rebuscada.
Pero si amas la serie y el universo Peaksiano dejas de lado esos elementos Frostianos y te adentras en ese misterio que el lector vive en paralelo con una nueva agente del FBI de la que desconocemos su nombre hasta el final de libro, que nos abre a un nuevo misterio que seguramente pueda que sea como comienza la nueva temporada y durante unas cuantas horas vuelves a oler los abetos Douglas, el aroma del café de la Doble R y puedes casi paladear la tarta de cereza mientras escuchas las cascadas del Gran Hotel del Norte, mientras escuchas el ulular de los árboles de Sicamoro de los bosques de Ghostwood.
No hay comentarios:
Publicar un comentario