Si el mes pasado comentaba que el arranque del evento que enfrentaba a Los Inhumanos contra los mutantes me había sorprendido gratamente, sobre todo porque no daba un duro por él, no puedo decir lo mismo de su segundo mes. La obsesión de Marvel y DC de publicar dos números al mes de sus series más potentes para ahogar tanto al lector como a su competencia, ha hecho mella en esta miniserie, perdiendo ya a partir de su segundo número a un ya muy irregular Leinil Francis Yu, que ya entrega un segundo ejemplar falto de planificación, estilo y épica, para dar paso a un Javier Garrón que no es santo de mi devoción a partir del tercer ejemplar que nos acompañará hasta el penúltimo capítulo de la miniserie.
En cuanto a lo que se nos cuenta, vacío y vulgar. Dos ejemplares que si ya su arte es irregular y mediocre, argumentalmente exprime dos premisas para cobrarte el doble por dos tebeos que no valen ni uno. Tras el interesante concepto, Lemire y Soule demuestran que no saben que contar para estirar el chicle seis ejemplares.
En cambio, los tie-ins pertenecientes a los tres títulos X regulares son en comparación mucho más interesantes y que demuestran que tanto Lemire, Hopeless y Bunn tenían interesantes tramas a desarrollar y que la premura y las prisas de Marvel por rebootear por enésima vez a La Patrulla X se ha cargado por el camino tres series y etapas que intentaban reivindicar y devolver el intimismo de los mejores momentos de la época Claremont.
Empezamos con la serie de Lemire, Los Extraordinarios X-Men donde el protagonismo se centra en una de las figuras más interesantes y más olvidadas de la franquicia, Forja. Aquí y en escasas 20 páginas, Lemire desarrolla el sentir del personaje, su relación con Tormenta -con momentazo Claremontiano incluído que emocionará al fan veterano- y su futuro alternativo de la mano del artista invitado Andrea Sorrentino.
Lo mismo para Cullen Bunn y su Imposible Patrulla X. Aprovechando la idea de bombero de llevarse a Los Inhumanos al Limbo, le sirve a Bunn para avanzar la trama entre Monet y Dientes de Sable, que seguramente será finiquitada tras esta IVX. Buen desarrollo de personajes y caracterización, sorpresas incómodas y un buen trabajo de Ken Lashley a los lápices.
Hopeless y su Nueva Patrulla X quizá quede un punto por debajo de sus series paralelas en un ejemplar que afronta las consecuencias a lo Romeo y Julieta que tiene el que El joven Hombre de Hielo se enamore del Inhumano Romeo y deba decidir entre la lealtad a su raza o el amor. Además, en una doble página, Mark Bagley le saca los colores a Leinil Francis Yu, demostrando como se deben dibujar tebeos de superhéroes, repletos de color, brillo, emoción y épica.
En definitiva, serie central mediocre y sacacuartos y las series regulares relacionadas con el evento, al mismo buen nivel que estaban antes de que los imperativos editoriales den al traste con tres series que llevaban un buen camino y merecían ser desarrolladas para poder explotar su potencial.
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