Aunque el metraje de Fuego Camina Conmigo, la precuela/secuela con la que Lynch puso punto final al universo de Twin Peaks allá por 1992 tenía una duración de dos horas y cuarto, el cineasta había rodado más, mucho más. Tanto, que se rumoreaba que la obra en sus orígenes y antes de su montaje final alcanzaba las cinco horas de duración.
Mi primer contacto con estas escenas eliminadas fue tras la lectura del guión original a finales de los años 90. Tras leerlo ávidamente, fui consciente de que había mucho más que se nos había escatimado. Y como yo, mucha gente debió pensar lo mismo, porque durante casi dos décadas hubo mil y un intentos a través de peticiones y firmas de fans para que este metraje que se nos había escamoteado fuera distribuido y montado, ya fuera como director's cut de la película o por lo menos como escenas eliminadas.
Y en 2014 se obró el milagro, ya que la gran sorpresa de la edición restaurada del serial y la película con multitud de extras y una calidad de imagen y sonido que no imaginábamos ni en nuestros mejores sueños, traía en su interior la guinda del pastel. Un contenido que por si solo convertía en un "must" la compra de la edición. Esa guinda era "Twin Peaks: The Missing Pieces", hora y media de contenido inédito, perteneciente al metraje nunca visto de Fuego Camina Conmigo, totalmente restaurado y editado por el propio Lynch.
Esa hora y media se dividía en 30 escenas de mayor o menor interés, donde podíamos vislumbrar la idea original del largometraje y también entender el porqué muchas de ellas se quedaron en la sala de montaje.
Montadas de manera cronológica y fácilmente integrables para todo seguidor acérrimo de la película y el serial, esta hora y media contiene escenas supérfluas pero que traen de vuelta a personajes que no veíamos desde el serial como Lucy, Andy, Hawk, el Sheriff Truman, Josie o Pete Martell, pero que una vez vistas, entiendes el porqué de su exclusión del montaje final. Son escenas 100% Twin Peaks, donde el humor y la melancolía hacen acto de presencia, pero que rompían el via crucis de los últimos siete días de Laura Palmer.
Otras en cambio, aunque prescindibles, son fascinantes, como la bella y melancólica escena entre Ed y Norma en el interior de un coche escuchando el embriagador tema principal de la película. Otras escenas son muy interesantes como la versión contraria a la escalofriante cena en familia de los Palmer vista en el filme, donde un Leland cariñoso enseña a su mujer e hija a hablar en Noruego, enlazando con la subtrama con la que comienza el serial de los negocios de Benjamin Horne con el bosque de Ghostwood.
Aún más interesante es la escena en casa de los Hayward, donde el Doctor Hayward reconforta a una Laura en el punto de ruptura y con un final dramático y abrupto provocado por la llamada de Leland a su hija. Nunca una mirada como la del doctor Hayward a su mujer Eilleen dice tanto con tan pocos recursos.
También hay escenas prescindibles como la de Laura y el camionero amigo de Leo o la de Laura y su madre sobre los cigarrillos, pero son bienvenidas para todos los amantes del universo Peaker, porque es una última oportunidad de ver a dichos personajes.
En cuanto a la primera parte de la obra, la relacionada con el caso de Teresa Banks, también hay mucha tela que cortar. A destacar, la escena donde interactúan Cooper y Sam Stanley tras la desaparición del Agente Desmond y que enlaza con el piloto de la serie. Pero sobre todo la extensión de la trama de Philip Jeffries, el agente especial del FBI y viajero espacio temporal interpretado por el fallecido David Bowie y que aquí se extiende sacando a la obra de su microuniverso llevándonos a un hotel en Buenos Aires y ayudándonos, con una versión extendida y de diferente montaje, a ser testigos de esa reunión de los seres de otro lugar en el almacén de oportunidades, enlazando de nuevo la película con la primera visión/sueño de Cooper en la primera temporada del serial.
La guinda final es el epílogo que le da a la obra, un salto al final de la segunda temporada, donde vemos esbozos del futuro de Annie Blackburn, el fatídico anillo y el destino del Agente Cooper y que abre la puerta a acontecimientos que muy posiblemente veremos en la ansiada nueva temporada.
En definitiva, el que creímos regalo de despedida a los fans del serial más de culto de la historia de la televisión en Agosto de 2014, se convirtió dos meses después en el prólogo de una nueva temporada de Twin Peaks. Casi tres años después de dicho anuncio, quedan pocos días para que comience de nuevo el serial más importante e influyente de la historia de la televisión, donde volveremos a una localidad donde lo bello y lo siniestro se dan lo mano, donde las lechuzas no son lo que parecen, los pájaros cantan una bella canción y siempre hay música en el aire. Laura Palmer ya se lo dijo a Cooper y a los fans, "En 25 años nos volveremos a ver". La promesa se ha cumplido y aquí estoy yo, mordiéndome las uñas.
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