Tras dos modélicos especiales que servían como prólogo a Metal, donde Snyder y Tynion demostraban que la fuerza del universo DC se sustentaba en una mirada a su glorioso pasado y a su ingente cantidad de personajes creados tras más de siete décadas, Snyder toma las riendas en solitario del macro-evento DC previo al Doomsday Clock, en dos ejemplares que pueden encontrarse entre lo más divertido que ha publicado la editorial en los últimos tiempos.
Y eso que el arranque del primer ejemplar no augura nada bueno, con ese prólogo mitad Palacio de Jabba de Hutt, mitad Mojoverso de los mutantes, con una forzada escena de acción de una Liga de la Justicia salida de un sueño húmedo de Michael Bay y un Greg Capullo a medio gas.
Pero tras este poco acertado prólogo y la llegada de la Liga de la Justicia a una devastada Gotham City, provocado por la curiosidad que mató al gato de un Batman que debería estar sujetado en corto por sus compañeros de la Liga de la Justicia, comienza de verdad un Metal que continúa lo propuesto por los dos especiales que sirvieron de prólogo a esta miniserie.
Y Snyder, en estos dos especiales, de los que no contaré mucho de su argumento, para no estropear la sorpresa a aquellos que no lo han leído todavía, sabe aunar, tanto todo lo que ha ido diseminando el propio autor en sus trabajos al frente de la franquicia del murciélago, demostrando que sabía lo que se hacía, como realizando excelentes ejercicios de retrocontinuidad con obras tales como la clásica Crisis de Wolfman y Perez, la futura Doomsday Clock de Johns, pero sobre todo los trabajos más recientes de Gran Morrison en la editorial, con El Multiverso, Crisis Final y su longeva y excelente etapa al frente de Batman.
Con la arrogancia y la potencia de la juventud, Snyder fusiona todo aquello que le ha gustado como lector previo de las tres décadas del universo DC que le preceden, sacando del letargo, conceptos tan sugerentes como los Blackhawks o los Challengers of the Unknown, sumado a los personajes más icónicos de la línea Vertigo, sin que chirríen lo más mínimo.
Cierto es, que los conceptos "bigger than life" de Morrison y su capacidad para reventarnos el cerebro a sus seguidores, son vulgarizados por un Snyder que no llega a los niveles de abstracción del maestro escocés, pero sería como pedirle a Star Wars que tuviera las capas y niveles de sugerencia de un Mulholland Drive.
En definitiva, Snyder y Capullo entregan al lector un tebeo acontecimiento de primer orden, sabiendo sacar partido de un rico universo DC, para entregar una historia que seguramente será más interesante aquello que sugiere que lo que finalmente muestre, pero si sigue siendo tan divertida y emocionante como en sus dos primeros ejemplares, me tendrá interesado hasta que termine su publicación en Febrero de 2018.
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