La buena ciencia ficción, desde sus orígenes, ha servido para explicar y entender la realidad contemporánea que vivimos. Obras como Un Mundo Feliz, 1984, Farenheit 451 o más recientemente, películas como Matrix, Blade Runner o Moon, por poner algunos ejemplos, nos señalaban de lo que estaba ocurriendo en la actualidad de cada momento y nos advertían de los peligros del futuro más inmediato.
Omega Men de Tom King, es un ejemplo perfecto de todo ello. En un mundo contemporáneo, donde el terrorismo, las políticas encubiertas de los gobiernos occidentales y el fantasma del fascismo resurgiendo, tras una crisis económica que ha separado aún más la distancia entre ricos y pobres, King, acompañado por el dibujante Barnaby Bagenda, nos muestra una zona cuasi desconocida del universo DC, para plantear una historia donde los héroes son supuestos villanos y los puntos de vista y la información de la que se dispone, son claves para entender las motivaciones de unos personajes que se mueven en una zona de grises.
También le sirve esta obra a King, para recuperar a unos personajes olvidados de principios de los 80, creados por Marv Wolfman, en una operación, que salvadas las distancias, es parecida a lo acometido por Alan Moore con los héroes de la Charlton en la seminal Watchmen. Incluso la estructura de la obra y la división de paneles en cada página del serial, bebe, y mucho del experimento casi matemático del trabajo de Moore.
Y aunque los Omega Men son los titulares de la obra, el héroe redimido de la misma es el Green Lantern también conocido como Kyle Rayner. Un Green Lantern aparecido en los años 90, cuando DC Comics no sabía que hacer con sus personajes cuasi centenarios e intentó revitalizarlos con nuevos rostros, algo parecido a lo que está ocurriendo en el universo Marvel, con más fortuna por parte de estos.
Así, Rayner, héroe a su pesar, en su momento más bajo, cae presa de un en apariencia, grupo terrorista, sanguinario y sin escrúpulos, para a partir de ahí, convertirse en la única luz de decencia de un universo y un entorno, donde los héroes de una sola pieza, poco pueden hacer, por muchos anillos de poder que posean.
Como puntos negativos, solo destacar un par de ellos. El primero, la horrible decisión de ECC, de titular el volumen con un Green Lantern presenta, pareciendo que estamos en la época de Novaro y demostrando que no tienen ninguna confianza e idea del producto que están entregando a los lectores españoles. Porque es un tebeo del guionista más en alza del panorama americano de la actualidad, Tom King.
También fue el tebeo que dio a conocer a King. Y ahí viene el problema. Debido al retraso en su publicación en castellano, ya nos han llegado los siguientes trabajos de un guionista que no hace más que mejorar a cada trabajo que entrega, como atestiguan El Sheriff de Babilonia, La Visión y la nueva y fulgurante etapa de la serie regular de Batman. Y como el listón está muy alto, la lectura de este más que estimable tebeo, queda algo dilapidada por el hype precedente.
Pero eso no quita para que nos encontremos con una de las novedades editoriales imprescindibles del panorama actual. Una buena muestra de ciencia ficción política, con personajes atractivos y planteamientos arriesgados y polémicos. Os aseguro que no os dejará indiferentes.
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