Brian Michael Bendis. Guionista amado y odiado a partes iguales. Un autor que después de más de 15 años en Marvel Comics, ha cambiado la Casa de las Ideas, tanto para bien como para mal. Y si, es cierto que en los últimos años y sobre todo por el número de páginas y series regulares que escribe mensualmente, en muchos momentos no ha estado a la altura de las circunstancias.
Pero lo que nadie le puede quitar a Bendis es que cuando acierta, acierta de pleno. Y si no me creéis, leed Alias, Su Ultimate Spiderman o su Daredevil junto a Alex Maleev. De lo mejorcito que ha tenido la Casa de las Ideas a lo largo de su ya larga trayectoria.
Lo cierto es que en los últimos años, exceptuando su magnífico Miles Morales/Spiderman, el número de errores o desinflamientos ha sido mayor que sus aciertos. Como ejemplos, su fulgurante arranque con la Patrulla X, pero que fue languideciendo a lo largo de su etapa, aunque nos dio un epílogo memorable, o su insulsa etapa al frente de los ahora exitosos Guardianes de la Galaxia, donde sus tics de escritor y su tendencia a la descompresión narrativa llegaba a límites insospechados. Y por supuesto, Civil War 2 fue un descalabro de proporciones infinitas.
Aún con todo eso, a mi, personalmente, siempre me llama la atención cada trabajo que entrega el guionista más importante de la Marvel del siglo XXI. Y su Iron Man no iba a ser una excepción, sobre todo si le acompañaba David Marquez a los lápices. Y su primera iteración, donde Bendis dio la vuelta a este Iron Man post-Secret Wars, solucionando de la mejor manera posible, la absurda revelación de Kieron Gillen de que Howard y María Stark no eran los padres biológicos de Tony, en un cierre de primera temporada emotivo.
En Civil War 2, Tony Stark fue protagonista predominante del conflicto contra Carol Danvers, quedando este en estado vegetativo tras su combate con su antigua aliada. Pero Bendis tenía un plan desde el principio de su etapa al frente del Vengador Dorado, con la aparición de un Victor Von Muerte que quería enmendar su aciago pasado y una adolescente afroamericana llamada Riri Williams que tenía el mismo talento para la ciencia y la tecnología que el propio Tony.
Es así, en el panorama post-Civil War 2 que las series del vengador dorado dan un giro de tuerca, con dos series regulares que viajan en paralelo y que aunque se puedan leer por separado, se disfrutan mucho más si las lees ambas. En ellas, Bendis les da el protagonismo a un villano con intención de redención, pero que toma el legado de Tony Stark sin este habérselo ofrecido y a una chica afroamericana que desde ya, se convierte en uno de los mejores personajes salidos de la mente de Bendis, Riri Williams, a la que el lector le coge cariño desde el primer ejemplar, con su triste y emotiva historia de origen, donde de nuevo la responsabilidad y la pérdida de seres queridos se implanta en la génesis de la heroína.
Bendis está acompañado en las tareas gráficas por un antiguo aliado, Alex Maleev, que le da el tono sombrío y más sobrenatural que necesita la serie de Muerte y para las aventuras de Riri Williams, a un Stefano Caselli que ha evolucionado, y de que manera, entregando unas páginas que son una pura maravilla.
El guionista no olvida a los personajes introducidos en su primera etapa con Tony Stark al frente, en concreto los diferentes personajes femeninos, los cuales son la especialidad del escritor. En primer lugar, tenemos a Amara Perera, otro de esos personajes Bendisianos a los que coges cariño desde el primer momento y que están repletos de carisma, que tras sus escarceos con Tony, se ve enredada en una extraña relación de amistad/atracción con Victor von Muerte, que puede dar grandes momentos al serial. Y por supuesto no podemos olvidar la introducción al universo del vengador dorado de Mary Jane Watson, que junto a la madre biológica de Tony y la siempre bienvenida Pepper Potts, servirán de apoyo logístico a Riri Williams y serán la trinidad que mantendrá Industrias Stark a flote frente a tiburones de los negocios despiadados, hasta que Tony vuelva de su letargo.
En la serie protagonizada por Victor Von Muerte, además de la interesante Amara Perera, tenemos a otras dos mujeres de armas tomar, como son la ex-directora de Shield, María Hill -otro acierto y creación de Bendis- y el regreso de entre los muertos de la madre de Victor Von Muerte, que introduce al universo tecnológico en el que se mueve esta parcela de Marvel, un componente sobrenatural que queda realzado por el trazo sombrío y desgarbado de Alex Maleev.
Cierto es que como siempre con Bendis, la narrativa tarda en arrancar y se necesita de varios ejemplares para poder disfrutar la serie como se merece. Pero una vez pasado este trance, nos encontramos con dos series frescas y diferentes, con el toque Bendis, con dos protagonistas que tienen mucho potencial y un reparto de secundarios, némesis y tramas y sub-tramas que si Bendis no abandona pronto y la desarrolla con tiempo, pueden darnos unos nuevos y diferentes Iron Mans, un soplo de aire fresco en una franquicia que pocas veces ha tenido la oportunidad de brillar y ser aprovechada como se merece.
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