En 1987, tras unas Crisis en Tierras Infinitas y tras renovar a sus dos grandes iconos, Superman y Batman, de las manos, respectivamente de John Byrne y Frank Miller, DC Comics decidió que ya era hora de tratar como se merecía al tercer icono de la editorial, casi tan famosa como sus partenaires masculinos, pero mucho peor tratada en sus vidas en papel.
El autor encomendado a dicha tarea fue el popular George Perez, que aunque había llamado la atención en Marvel Comics, sobre todo realizando a Los Vengadores, se ganó el favor del público y la crítica especializada, con dos trabajos emblemáticos en DC Comics, Los Nuevos Titanes y sobre todo, Crisis en Tierras Infinitas, ambas en colaboración con el guionista Marv Wolfman.
Perez, cuyo arte había destacado y le había convertido en un fan favourite, por su extremado y cuidado clasicismo y por un gusto por el detalle y la acumulación de personajes y entornos en sus viñetas sin perder un ápice de claridad expositiva, se encontró aquí con su mayor desafío hasta la fecha: hacer relevante un personaje que nunca había conseguido destacar más allá de su iconicidad y convertirlo en un título que generara la misma sensación de contemporaneidad y modernidad que habían conseguido los trabajos de Byrne y Miller.
El autor, conocedor de su falta de experiencia como guionista, se sirvió de la ayuda del semi-desconocido guionista Greg Potter (Jem Hija de Saturno) en los dos primeros números de esta nueva serie regular y del veterano y más que competente guionista Len Wein a partir del tercer ejemplar, para desarrollar el rico e interesante entorno mitológico en el que estaba entroncado la creación de William Moulton Marston y que nunca había sido suficientemente explotado, un poco al estilo de lo que hizo Walter Simonson, pocos años antes con Thor el Dios del Trueno.
Tras un memorable primer ejemplar de orígenes, donde Perez y Patterson se acercaron a los orígenes de Diana de Themyscira y sus hermanas amazonas desde un punto feminista y atrevido, donde el abuso sexual hacia las mujeres se puso en primer plano en un tebeo generalista a mediados de los años 80, Perez y asociados, desarrollaron en los primeros 14 ejemplares de su etapa -recopilados en un primer volumen de dos por ECC Ediciones, llamado Wonder Woman-La Mujer Maravilla Grandes Autores de Wonder Woman George Perez- una versión que podríamos considerar definitiva del personaje, donde el entorno mitológico y la mirada femenina se hicieron preponderante.
A través de dos grandes sagas, la primera dedicada a Ares y que ocupa los primeros seis ejemplares de la colección y la segunda "El Desafío de los Dioses", más un interludio de dos episodios para presentar renovada a una villana clásica del personaje como es Barbara Minerva, alias Cheeta, George Perez consiguió redondear casi perfectamente una historia en catorce partes, que ahondaba en el origen mitológico de Diana y su importancia para el mundo moderno, renovando sorprendentemente su relación con Steve Trevor, su amor desde los tiempos de Marston y reinterpretando tanto conceptual como gráficamente el panteón de dioses griegos, sobre todo a un imponente Ares, consiguiendo que una nueva generación de lectores, descubriera un rico y profundo universo, cuyo origen provenía de las historias clásicas y no de un universo comiquero compartido.
De personaje unidimensional y de escaso background, Diana se convirtió en epítome de la inocencia y el feminismo, un halo de luz que podría guiar tanto a una humanidad pesimista y cínica, como a un mundo de las viñetas inundado por aquel entonces de una oscuridad fruto de los estertores de una guerra fría que parecía no tener fin.
Cierto es que el tebeo no es perfecto, comenzando con el brillante trabajo gráfico de Perez en los primeros seis ejemplares y que luego baja de calidad, sin ser en ningún momento deficiente, motivado por un exceso de trabajo que hace que el entintador Bruce Patterson, tenga mayor responsabilidad a medida que pasan los ejemplares del acabado gráfico final de la obra y terminando con una resolución de los abusos sexuales de Hercules hacia las amazonas, que leído de nuevo, se hace difícil de aceptar.
Pero son pequeños detalles de una pequeña gran obra que quizás no pasará a los anales del medio como sus contemporáneas The Dark Knight o Watchmen, pero que si que es una excelente muestra de un tebeo de superhéroes clásico y convencional, que dentro de sus ajustados márgenes se atreve a ir un paso más allá y tratar temas que cualquier sociedad moderna y avanzada debe poner sobre la mesa, eso sí, adornado con aventuras, magia y fantasía que todo buen tebeo de superhéroes debe tener.
No hay comentarios:
Publicar un comentario