Con la publicación este mes de Octubre de la cuarta y quinta parte de Imperio Secreto, llegamos al ecuador de la saga. Una saga proveniente de la serie regular del Capitán América y que parecía iba a ser un soplo de aire fresco que nos iba a quitar el mal sabor de boca dejado por eventos previos, como por ejemplo Civil War 2.
Pero no ha sido así. Ya que tras un arranque espectacular en su número 0, los tres primeros capítulos de la miniserie nos trajeron de vuelta una infinidad de lugares comunes que empañaron el trabajo de Spencer hasta entonces, siendo el más grave, el descubrimiento demasiado inminente de que este Capitan América no es más que la manipulación del personaje por parte de un Cubo Cósmico.
Por lo tanto, los sentimientos de traición y engaño, y la losa que tendría que haber sido para la comunidad superheróica la transformación de Steve Rogers en fuerza del mal, con todo lo que conlleva, ha derivado de nuevo en un enfrentamiento entre dos facciones de héroes, en busca de fragmentos de un cubo cósmico que alterará la realidad hacia un lado u otro y que deja de lado las implicaciones emocionales del mismo.
Eso no quita para que Spencer entregue un par de números en líneas generales, superiores a los del mes pasado, destacando sobre todo esa inquietante y divertida cena improvisada por Ultrón Pym, que le sirve a Spencer para reírse de si mismo y de la deriva de héroes enfrentados explotada hasta la saciedad en la que se ha convertido la Marvel de los últimos 10 años, repitiendo una y otra vez el mismo chiste, quitándole toda la emoción y gracia al proceso.
Spencer sigue anticipando cliffhangers que no causan el impacto necesario, debido a unas ansias por anticiparlos, en concreto el final del cuarto ejemplar que se descubre en el quinto, pero sigue demostrando su buen hacer en aquellos fragmentos que devuelven a este crossover a los mejores momentos de su etapa al frente de Capi, como esa tensa conversación entre Steve y Henry McCoy, aunque de nuevo, Marvel sigue destrozando a nuestros mutantes favoritos en su representación y en las absurdas acciones de los mismos.
Gráficamente, tenemos de nuevo una ensalada mixta de artistas, algunos de la talla de Andrea Sorrentino o Rod Reis, que se les nota no han tenido el tiempo suficiente para entregar unas páginas a las que se las ve apresuradas, aunque demuestran la altura profesional de los mismos. No puedo decir lo mismo de Leinil Yu, un autor al que nunca le he pillado el punto, y menos cuando tiene que entregar páginas en tres días, como es el caso del cuarto ejemplar.
En definitiva, una demostración palpable de que Marvel necesita un renacimiento creativo y argumental, que esperemos sea ese Legacy, aunque este Imperio Secreto tenga en algunos momentos, breves destellos de genialidad, trístemente lapidado por las prisas y las injerencias editoriales de una Casa de las Ideas que inunda el mercado con historias "bigger than life" de las que ellos mismos no están ni siquiera convencidos.
Yo soy de los pocos tal vez que disfrutó con Civil War 2. Cierto que es una mierda al lado de la original...pero creo que tenía sus momentos. Con esta no me ha picado el gusanillo de ponerme.
ResponderEliminarUn saludo