La Patrulla X siempre fue un tebeo de superhéroes alternativo, al menos desde el punto de vista del mainstream. En su primera aparición en los años 60, dentro de una hornada de iconos creados por Stan Lee y Jack Kirby, los hijos del átomo fueron una rara avis dentro de la génesis de iconos como Los 4 Fantásticos, Spiderman, Hulk o Los Vengadores. Cancelados tras 66 ejemplares y traídos de vuelta una década después -esta vez con gran éxito- de la mano de Len Wein, Dave Cockrum y sobre todo Chris Claremont, los homo superiores del universo Marvel se convirtieron en un tebeo que se atrevía a ahondar en el racismo y la intolerancia, a través de un serial donde los sentimientos, las emociones y las relaciones, eran casi más importantes que sus épicas batallas.
Convertidos en el tebeo más vendido de los años 80 y parte de los 90, los mutantes llevan 50 años de historia, donde las incoherencias editoriales y autorales hacen muy complicado el concatenar unas historias con otras y poder aparentar una verdadera sucesión de continuidad. Es ahí donde entra un autor tan ajeno a Marvel Comics como podría ser Ed Piskor.
Ed Piskor, autor proveniente del cómic alternativo y underground, heredero y admirador de autores como Robert Crumb o Harvey Pekar, fue también en su infancia seguidor de los superhéroes Marvel, en especial de Spiderman. Pero Piskor no solo admira a los padres del cómic alternativo o los superhéroes made in Kirby, sino como buen autor posmoderno, sus influencias también se encuentran en el manga, la historieta franco-belga o los grandes clásicos del cómic americano como Windsor McCay. Como bien dice el propio autor, le interesa hacer tebeos pastiche.
Acostumbrado a trabajar con un gran reparto de personajes, como atestigua su Historia del Hip-Hop publicado en cuatro partes, su siguiente tarea fue poner orden y concierto a la extensa historia de los X-Men. El resultado en esta miniserie de dos ejemplares, con futura continuación ya anunciada, es apabullante en su concreción, bello en su reformulación formal basada en los preceptos formales del cómic alternativo y fascinante en su manera de englobar pasado y presente, infinidad de autores y épocas en un todo que parece haber sido creado así de primeras.
Piskor comienza su monumental tarea a partir de los primeros 66 números que tuvo el primer volumen de los X-Men en los años 60, aunando los trabajos de Stan Lee, Arnold Drake, Roy Thomas y el trazo de autores como Kirby, Heck o Adams, apuntalando y reconfigurando las posteriores aportaciones al canon mutante de Claremont y herederos. El resultado para el lector, una obra diferente y única, que aporta nuevas texturas y sabores a unos tebeos revisitados en múltiples ocasiones con mayor o menor fortuna y que en manos de Piskor, dan la apariencia de encontrarnos frente a una historia y unos personajes novedosos y frescos, demostrando la capacidad de estos universos de ficción para mutar una y otra vez, manteniendo su universalidad pero aportando nuevos puntos de vista, por supuesto en manos de autores tan habilidosos y brillantes como Ed Piskor.
Nunca he leído nada de la Patrulla X, por alguna razón los grupos numerosos de superhéroes no me atraen.
ResponderEliminarUn saludo