Por mucho que los "haters" sigan obsesionados en que ya no hay tebeos como los de antes y que las dos grandes solo entregan basura muy alejada de lo que ellos leían en sus años mozos, tebeos como esta nueva aproximación a la Doom Patrol demuestran todo lo contrario.
Uno de los grandes aciertos de este Rebirth deceero es el sello Young Animals, donde su máximo responsable es Gerard Way, cantante de My Chemical Romance, fan absoluto de los mismos tebeos que el que aquí suscribe y autor de uno de los mejores tebeos de la pasada década, The Umbrella Academy y responsable de la nueva línea editorial que pretende traer el lustre los tebeos pre-Vertigo over the de Edge representados en La Cosa del Pantano de Moore, Animal Man de Morrison, Shade de Peter Milligan y por supuesto la Doom Patrol de Morrison.
El componente fundamental de dichos cómics, tan diferentes los unos de los otros, era su deseo de trascender los límites del género, aportarles un grado de sofisticación nunca visto y ser el pie para la evolución de unos tebeos que lo ha conseguido de vez en cuando, aunque la mayoría de las veces haya quedado inundado por un mercado poco sofisticado y editores que poco entienden del arte del medio.
Y aunque Way es el supervisor de una línea editorial que brilla por si sola, se ha encomendado la tarea de ser el guionista de esta nueva Doom Patrol, deudora absoluta del vanguardista trabajo que Grant Morrison realizó hace ya casi 30 años y que no solo sirvió para inmbuir de dadaísmo y surrealismo el mundo superheróico, sino que fue su primer paso para su obra magna, Los Invisibles.
Way en los primeros cuatro ejemplares publicados hasta el momento, entrega al lector un tebeo que disfruta en su cripticismo, que va dosificando la información con cuentagotas, pero sin perder en ningún momento de vista a su máxima baza, Casey Brinke, carismática y encantadora heroína a su pesar, que oculta en su interior mucho más de lo que aparenta y que sirve a Way para trascender los límites entre realidad y ficción y la relación entre creación y creador.
Por supuesto, las sólidas bases de esta nueva Doom Patrol que está de nuevo en proceso de unificación, por sucesos que se irán descubriendo sin prisa pero sin pausa, se asienta en las ideas, conceptos, planteamientos y líneas argumentales que desarrolló Morrison en su visionaria etapa, así que es recomendable leerla, no solo porque es magistral, sino porque el lector puede quedar algo abrumado en un principio, aunque Way es lo suficientemente hábil como para no perder al lector no iniciado.
La guinda del pastel la pone Nick Derrington, un autor de trazo limpio y claro, con gran habilidad para la plasmación de escenarios y personajes, que consigue transmitir el complejo y fascinante relato de Way a través de una belleza plástica a la vez simple y sofisticada.
En definitiva, un tebeo que sigue con maestría los pasos de la etapa de Morrison, a la espera de que la colección evolucione a lo mejor hacia caminos diametralmente opuestos con un arte de Nick Derrington delicioso rematado por un color elegante y pop de la mano de Tamra Bonvillain.
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