Tras un 2016 que ha sido un verdadero renacimiento para la longeva editorial, la casa que vio nacer a Superman y Batman, aumenta su oferta editorial con tres nuevos títulos que comienzan su andadura, provenientes tanto de eventos editoriales de desigual fortuna artística y comercial, pero que todos han sido importantes para el devenir de los primeros siete meses de este nuevo arranque de una editorial que afronta el 2017 con la misma energía y fuerza con la que terminó el 2016.
Supersons.
De los tres nuevos títulos que han aparecido en los pasados meses, destaca sobremanera este Supersons que reúne a la mejor pareja formada del universo DC actual, Jonathan Kent, hijo de Superman y Lois Lane, alias Superboy y Damian Wayne, hijo de Batman y su amada/odiada Thalia al Ghul, creado por el sinpar Grant Morrison en su nunca suficientemente laureada etapa al frente del Caballero Oscuro y reforzado por el trabajo de Peter Tomasi en su etapa al frente del título Batman y Robin.
No es casual que la reunión de ambos personajes se diera en las páginas de la actual serie de Superman, realizada por el equipo creativo de Peter Tomasi y Patrick Gleason, que han conseguido el mejor título de Superman en mucho tiempo y que demuestra lo que ya decía de su anterior trabajo juntos, la mencionada etapa al frente de Batman y Robin, que es que son la pareja creativa que mejor entiende como devolver la grandeza a la editorial, con una fusión perfecta de tradición, modernidad y respeto por el trabajo previo. Ahora, Tomasi se reúne de nuevo con Jorge Jiménez, dibujante de algunos de los mejores números de la actual etapa de Superman, para entregarnos por el momento dos ejemplares que equilibra a la perfección todo lo que nos gusta a los aficionados a los buenos tebeos de superhéroes: un guión que acierta tanto en los momentos personales como en los de acción, con un dibujo espectacular, una pareja protagonista carismática y una integración perfecta dentro de lo que es el rico universo de la editorial.
Batwoman.
Kathy Kane vuelve a tener serie regular tras su magnífica reintegración dentro de los mitos de Batman en la imprescindible etapa actual de Detective Comics. Y lo hace con un equipo artístico de auténtico lujo, formado por Marguerite Bennet y James Tynion -actual artífice del éxito de la nueva Detective Comics- y dibujos del maestro Steve Epting.
Y en los dos primeros ejemplares publicados hasta la fecha, el tebeo promete un tebeo de espías con clase y estilo, una protagonista de la que me enamoré desde su creación por parte de Greg Rucka y J.H. Williams en las páginas de Detective Comics hace ya casi 10 años, donde los autores, tras resumir modélicamente el origen de la heroína en 20 páginas, nos adentran en un año perdido de su vida que se nos había escamoteado y que tendrá una importancia fundamental en los acontecimientos que está viviendo nuestra protagonista, consecuencia de los hechos acaecidos en el mediocre crossover batmaniano de reciente publicación llamado "La Noche de los Hombres Monstruo".
Justice League of America.
Lo único que sacamos en claro los que nos leímos el sacacuartos que fue el primer crossover de la nueva Justice League y El Escuadrón Suicida aparecido la pasada navidad, es que Batman iba a montar una nueva Liga de la Justicia con los pies más en la tierra. La propuesta, atractiva de partida lo formaba un equipo sugerente formado por Batman, junto a la reinsertada en sociedad Killer Frost, Lobo, Canario Negro, el nuevo Atom y El Rayo.
Lo que nos entrega el guionista Steve Orlando en los tres primeros ejemplares es un número de arranque modélico pero sin sorpresas de presentación y formación del grupo y dos primeros ejemplares en los que el nuevo grupo se encuentra con su primera amenaza, salida de los tebeos de la Liga de la Justicia Europa y deja vislumbrar que veremos disputas grupales al estilo de la añorada Liga de Giffen y deMatteis, pero sin el humor descacharrante. Ivan Reis, el dibujante principal de la serie, da lo que promete un tebeo de superhéroes blockbuster, pero como pega decir que tras solo dos números nos tenemos que comer a un dibujante de relleno Felipe Watanabe, que por supuesto no le llega ni a la suela de los zapatos al trabajo de Reis.
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