No se vosotros, pero yo estoy harto de Los Inhumanos. Cansado de que Marvel nos los meta hasta en la sopa, con calzador y todo porque ha intentado con muy poca fortuna, que sean los sustitutos televisivos y cinematográficos de sus queridos mutantes secuestrados por Fox.
Y no me malinterpretéis, el concepto de Los Inhumanos, el original, el de Stan Lee y Jack Kirby, me parece muy potente y sus protagonistas principales, Rayo Negro, Medusa, Karnak, Crystal, etc... son muy atractivos visual y narrativamente en manos capaces, como por ejemplo las de Paul Jenkins y Jae Lee en la maxiserie de 12 números publicada bajo el sello Marvel Knights en 1998.
Pero estos nuevos Inhumanos, refrito artificial y escaso de gracia de lo que es la franquicia mutante, no me interesa lo más mínimo. Ni lo que intentó Fraction, ni lo escrito por Soule. La razón, que han ninguneado a los personajes originales y se han centrado en un sinfín de nuevos personajes, con cero carisma y escasa personalidad. ¿Alguien me puede nombrar alguno? Y no me digáis Kamala Khan, alias Ms. Marvel, porque su gracia y éxito no viene de su origen terrígeno, sino por ser un personaje maravillosamente construido al que da igual que sea una niebla terrígena, como si le ha picado una araña radioactiva.
Y tras la inclusión de nuevo forzada de Los Inhumanos y su anticarismático Ulyses en la Civil War Bendisiana para que el resto del universo Marvel se agarre a guantazos, ahora le toca el turno a la pobre franquicia mutante, que aún habiendo sufrido Actas de Registro, Centinelas, Días del Futuro Pasado, Masacres, Infernos, Eras de Apocalipsis, Cismas y Extinciones varias, ahora su gran peligro tanto en el mundo ficticio como en el editorial son unos trepas que intentan arrebatarle el trono de diferentes.
De eso ha tratado Muerte de X, la miniserie de cuatro números que enlaza el final de la etapa Bendis con el inicio de la etapa Lemire/Bunn/Hopeless de los que nos llegan este mes sus dos últimos números, con la esperanza de sorprendernos con la fatídica muerte de Cíclope y su enfrentamiento con Los Inhumanos.
El resultado, quitando la vuelta a la primera plana de Emma Frost, que siempre es bienvenida, aunque el nuevo cariz que toma su personalidad me parece absolutamente forzado para la sorpresa fácil, me ha parecido una mediocridad de tomo y lomo. Un tebeo que incluso con una premisa que no me atrae en exceso, podría haber tenido sus dosis de épica y asombro, pero que ha quedado anticlimático y de nuevo lamentablemente en los mil y un eventos editoriales de la Marvel actual, mero paso previo e infomercial del supuesto gran evento Inhumanos Vs. X-Men que se supone traerá grandes cambios a la franquicia.
Dicha miniserie tan trascendental, comienza con el habitual número 0, que sirve para plantear las bases de lo que será la serie central y que no me ha parecido malo, pero tampoco me ha hecho saltar de alegría. Una parte de mi espera que sea emocionante, épico y acabe de una vez con todas con la expulsión de estos Inhumanos de tercera al lado oscuro de la Luna, que devuelva a Rayo Negro, Medusa y demás Inhumanos originales a su pedestal anterior y que el universo mutante no siga dependiendo para su progresión de estos advenedizos que poca sombra pueden hacer a un universo que antes de la irrupción de la Marvel cinematográfica eran el ojito derecho de la editorial a lo largo de más de tres décadas. Pero permitidme que lo dude.
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