24 de octubre de 2016

El Viejo Logan de Jeff Lemire y Andrea Sorrentino: Recuperando la esencia perdida del mutante más famoso del universo Marvel






















Allá por el año 2008, cuando Mark Millar estaba en la cresta de la ola, sorprendió a propios y extraños con la última historia de Lobezno. Si el escocés ya había conseguido la atención del fandom con su "Enemigo del Estado", devolviendo a Logan la brutalidad y potencia de sus orígenes aquí remataría su excelente etapa en la Casa de las Ideas con un western crepuscular y post-apocalíptico donde demostraba su habilidad actualmente perdida para girar y renovar conceptos ya manidos y entregar un producto tan espectacular como profundo.



Esta magnífica obra no podía quedar en el olvido y esta nueva faceta del personaje dejó a los lectores con ganas de más. La oportunidad perfecta ocurrió tras la muerte del personaje en el universo original y por la llegada de las Secret Wars de Hickman. En ese universo creado por Muerte a través de retazos de todas las tierras paralelas y líneas alternativas que habían ido apareciendo a lo largo de los 50 años de la editorial sirvió para devolver el concepto a las librerías.



Y con Millar alejado de Marvel desde hace años, la tarea le fue encomendada a Brian Michael Bendis en una miniserie de 5 ejemplares que en vez del dibujante original de la historia, Steve McNiven, le fue encomendada a Andrea Sorrentino, un artista que había despuntado por su elegante y arriesgado trabajo gráfico al frente de Green Arrow junto a Jeff Lemire.



Este último ha tomado el legado de Bendis en esta nueva serie regular, donde el personaje, al igual que Miles Morales, ha sido integrado a la continuidad oficial del universo Marvel. Una difícil tarea la de seguir el legado dejado por dos autores como Bendis y Millar.



Lemire, actual estrella del entorno mutante- también es el guionista de la serie top de los mutis, Extraordinarios X-Men- demuestra en las dos primeras sagas publicadas hasta el momento, que Logan sigue siendo un personaje lleno de matices y potente en manos de autores capaces que saben sacar lo mejor de la creación de Len Wein y Herb Trimpe.



En la primera historia dividida en cuatro partes, somos testigos de la difícil llegada de un Logan aturdido a un pasado que cree ser el suyo y sus ansias de venganza como si fuera una Sarah Connor venida del futuro para solucionar los errores y penurias que ha vivido Logan, un superviviente a su pesar con el peso de la muerte de los suyos en su conciencia.



Esta primera historia, además de dejarnos disfrutar de las asombrosas composiciones gráficas de un Sorrentino en plenas facultades, le sirve a Lemire no solo para desvelarnos partes de ese pasado-futuro del personaje, sino sus primeras interacciones con los héroes de esta tierra, como Steve Rogers, el nuevo Hulk o Kate Bishop.



Aún más interesante y muestra de la habilidad para la concisión narrativa es la segunda historia publicada hasta el momento en nuestro país. Una historia en tres actos donde nos encontramos de nuevo con esas fabulosas aventuras de Logan en solitario, en un entorno rural y donde la acción está en igualdad de condiciones con el componente emotivo y sentimental, reafirmando esa dualidad salvaje y emocional que hace que el personaje siga siendo uno de los personajes más queridos de la historia de Marvel.



En definitiva, el mejor tebeo de Lobezno desde los tiempos de Mark Millar y quizás el que es gráficamente el más potente que hemos tenido en toda su historia, junto al arte de Miller en la mítica miniserie escrita por Claremont. Dos autores en estado de gracia que entregan un tebeo emocional y argumentalmente redondo y que devuelve el interés por un personaje que el uso y abuso del mismo lo habían diluido haciéndole perder la importancia dentro no solo de la franquicia mutante, sino de todo el universo Marvel.

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