Hace tiempo que Detective Comics, la legendaria cabecera y hogar de la primera aparición del Hombre Murciélago, se había convertido en un título de segunda, salvo en contadas ocasiones, donde los acontecimientos e historias que se contaban en ella poco hacían para avanzar la mitología de un personaje cuyas aventuras imprescindibles se narraban en la serie regular de Batman o en aquellas que movidas por el hype se convertían en los títulos imprescindibles para todo seguidor del murciélago que se precie como Batman y Robin, Batman Incorporated, etc...
El asunto fue aún más grave a lo largo de los 52 números de Los Nuevos 52. Un segundo volumen de la colección que nunca llegó a alcanzar unos niveles medios de calidad. Tony Daniel como autor completo en el primer año de la colección demostró nuevamente que aunque puede ser un dibujante competente no estaba preparado para guionizar un serial. La llegada de John Layman, guionista de Chew, junto al dibujante Jason Fabok parecía traer una nueva edad de oro a la colección, pero exceptuando unos primeros ejemplares prometedores, cayó poco tiempo después en el abismo de la intrascendencia. Lo mismo con la llegada de Bucellato y Manapul, un duo artístico que había demostrado su buen hacer en el Flash de los Nuevos 52, pero que aquí, con escaso margen de maniobra para hacer algo memorable en la era del Batman de Snyder, entregó trabajos de factura correcta pero escaso poso en la mente del lector. Y de los relatos del Batman Gordoniano que cerraron el serial poco puedo añadir.
Con la llegada del nuevo "Rebirth" y devolviendo igual que a Action Comics su larga numeración, había que decidir que hacer con uno de los títulos más importantes de la historia de la editorial, publicado ininterrumpidamente a lo largo de casi 80 años. Las riendas de la misma se le encomedaron a James Tynion IV, protegido a la sombra de Scott Snyder y responsable final de las dos series semanales alrededor de la figura de Batman que se han publicado en los dos últimos años "Batman Eternal" y "Batman y Robin Eternal", además de apoyar en relatos de complemento la etapa Snyder&Capullo.
Por supuesto en este "Rebirth" donde la atención estaba centrada en otros títulos ha hecho que poca gente prestara atención a esta nueva iteración del señero título. Craso error, pues nos encontramos con uno de los tebeos más potentes de este nuevo reinicio. Un team up formado por un elenco de personajes secundarios del universo Batmaniano, una Liga de la Justicia de Gotham donde personajes olvidados como Tim Drake o tan interesantes como la Batwoman de Rucka se unen a un equipo imposible donde el mismísimo Clayface tiene una oportunidad de redención.
Tynion entiende a sus personajes, sus motivaciones, sus miedos, sus amores y lo refleja en un tebeo donde el interés por lo que ocurre proviene de las interacciones de unos personajes perfectamente definidos, ahondando en el parentesco entre Kathy Kane y Bruce Wayne, devolviendo a la primera línea a Tim Drake uno de los personajes referentes del Batman de los 90 y que estaba durmiendo el sueño de los justos, además de sorprendernos con la evolución de Eddy Barrows, un dibujante que desde hoy se convierte en uno de los talentos más prometedores de la industria, entregando un trabajo gráfico sobresaliente donde aúna la espectacularidad de un Bryan Hitch en plena forma, junto a una composición gráfica heredera del mejor J.H. Williams.
En definitiva, un "must have" de DC Comics. Un tebeo honesto, sincero, sin pretensiones pero que debido a eso se convierte en una de las compras más satisfactorias no de DC Comics sino del conjunto general de las series actuales. Divertida, emocionante, llena de giros argumentales de los buenos y que sirve para ahondar de manera excelente en rincones y personajes del universo Batmaniano que debido a la acumulación y sobresaturación de títulos relacionados con el mismo no pueden brillar como se merecen.
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