Una de las grandes alegrías, sino la que más, que deparó a lo largo de los 15 años que duró el universo Ultimate, fue el Spiderman de Brian Michael Bendis. Cierto es que el título que no solo definió a la línea sino la manera de escribir tebeos de superhéroes a principios del siglo XXI fueron Los Ultimates de Millar y Hitch, pero me gustaría ver si el fuelle de ese tebeo icónico habría mantenido el lustre si hubiera continuado a lo largo de 200 ejemplares como si lo hizo el Spiderman de Bendis.
Entre muchos logros que el paso del tiempo y la lectura continuada y en bloque de la colección ha hecho evidente, destacaron varios highlights: La perfecta integración de Bendis y Bagley y la posterior concatenación de artistas que dieron lo mejor de si mismos como Stuart Inmonen, el atrevimiento y la emocionalmente desgarradora muerte del Peter Parker del universo Ultimate y por supuesto la creación y primeros pasos de Miles Morales, el sucesor de Peter Parker, un chico afroamericano y latino que podía haberse quedado en mero golpe de efecto y que se ha convertido por méritos propios en uno de los mejores personajes de la nueva Casa de las Ideas junto a Khamala Khan, también conocida como Ms. Marvel.
A lo largo de unas 50 entregas, Bendis demostró que Miles era mucho más que la sombra de Peter Parker, un personaje con entidad y personalidad propia que en poco tiempo parecía que había estado con nosotros, los lectores, toda la vida. Sorprendente también era atestiguar que mientras el resto del sello Ultimate seguía languideciendo, el mini-universo arácnido seguía demostrando una salud envidiable, donde Bendis no solo no renqueaba sino que mejoraba a cada número que pasaba y el equipo artístico que le acompañaba, David Márquez y Sara Pichelli aleatoriamente, estaban a la altura de autores como Bagley o Inmonen.
El golpe de gracia al personaje y la demostración fehaciente de que Miles había venido para quedarse fue la importancia del mismo dentro de las Secret Wars Hickmanianas, por lo que el siguiente paso de unificación dentro de las Crisis en Tierras Infinitas marvelianas fue integrarle en Tierra Primordial, la única tierra del universo Marvel y donde los conceptos de Tierra 616 se fusionaban con algunos personajes y elementos del fenecido universo Ultimate.
Y es aquí donde nos encontramos, en la primera saga de Miles en su serie regular y su primera toma de contacto con este universo Marvel que a la vez es nuevo y diferente para él. Ocho meses han pasado entre los acontecimientos de las Secret Wars y este nuevo universo Marvel y todo parece normal, hasta que Bendis nos va dando pistas de que no todo es lo que parece, con Maria Hill y el padre de Miles como personajes fundamentales de esta nueva etapa del personaje.
Del universo Ultimate se trae Miles la frescura y agilidad de la serie y el personaje, en un tebeo que se disfruta con verdadera voracidad, donde el tono superheróico y el casual se mezclan de manera absolutamente orgánica, dando importancia a ambas partes y equilibrándolas con maestría.
En esta primera saga, Bendis planta las bases del nuevo camino que se le abre al personaje, su presentación ante los héroes Marvel, la bendición de Peter Parker, sus divertidos problemas familiares, la introducción de uno de los mutantes creados por Bendis en su etapa al frente de los títulos X y la reacción de las antiguas némesis del arácnido original representado en Felicia Hardy, también conocida como La Gata Negra.
Un tebeo que sirve como contrapunto al Spiderman de Slott. Si Peter ya no puede seguir jugando eternamente en el instituto, mintiendo a su familia y amigos, etc... convertido en un héroe global, tenemos a Miles, que devuelve la juventud y los problemas de dicha edad al mito, pero sin ser un refrito o un reboot sin gracia del personaje creado por Lee y Ditko. Bendis y Pichelli (maravilloso su trabajo gráfico al frente de la serie regular) demuestran que todavía se pueden remodelar viejos conceptos de manera original, fresca y novedosa y que en el nuevo universo Marvel hay lugar suficiente para dos trepamuros, tan parecidos como diferentes y a la vez complementarios.
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