4 de octubre de 2019

Escuadrón Suicida vol.5 Apokolips Now: Kirby, Reagan y Moore



Tras La directriz Jano -irregular crossover en el que participó la serie regular del Escuadrón Suicida para potenciar las ventas de series inferiores como Capitán Atom, Manhunter y Jaque Mate- y que sirvió de eje del serial (publicado en el cuarto volumen de esta recopilación editado por ECC Ediciones) la serie vuelve a recuperar el pulso con Apokolips Now, quinto volumen de la edición española, que recoge los volúmenes cinco y seis de la edición original: Apokolips Now y La estrategia Fénix

Esta particular decisión de ECC sirve de manera completamente casual para reflejar vivamente las múltiples capas, tonos y estilos que la serie de John Ostrander recoge en su interior. Un tebeo de una pureza y sencillez inconsciente, que consigue sin mucho esfuerzo homenajear el pasado (Jack Kirby) ser hija de los tiempos (esos 80 reaganianos repletos de conspiranoia) y a su vez ser punta de lanza tanto de los excesos cinéticos de los tebeos de los 90 y espejo de la vuelta contemporánea a la nostalgia kitsch (Copra de Michel Fiffe). 



Considerado tebeo común y de calidad media-baja en unos finales de los 80 liderados por trabajos mayores y aparentemente más innovadores como Batman: La broma asesina, Animal Man, Doom Patrol, Watchmen o Batman: Año Uno, lo que distingue a este Escuadrón Suicida de sus compañeros de década es la orgánica habilidad de Ostrander para aunar locura lisérgica en el segmento de Apokolips Now -en un trabajo del que estaría orgulloso el propio Jack Kirby- repleto de escorzos, splash pages e inmensas onomatopeyas, para sin temblarle el pulso y la caligrafía, volver al tono de John Le Carré o Tom Clancy en La estrategia Fénix y entregar un relato de espías de guerra fría, protagonizado por una Amanda Waller que representa perfectamente las líneas grises entre la bondad y la maldad, que comenzaron a fusionarse en estos fundacionales años 80. 

Como guinda del pastel, una coda de escasos dos ejemplares que acercan a la serie al número 50, donde Ostrander se atreve a ahondar en el reciente trauma de la Barbara Gordon/Batgirl de Batman: La broma asesina, introduciendo un relato hasta el momento fuera de continuidad que cambiaría el bat-universo para siempre. Muchas cosas, en definitiva, para un tebeo en apariencia menor que esconde bajo su tosca pero impactante factura, un tebeo que vale muchos quilates. 



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