26 de junio de 2013

Superman Unchained 1 de Scott Snyder y Jim Lee


Aprovechando la llegada de "Man of Steel" a las carteleras de todo el mundo, DC Comics, a sabiendas que Action Comics y Superman, las dos cabeceras del Hombre de Acero que tienen en circulación, están en manos de autores de baja estofa (una de ellas tiene a Scott Lobdell!!) se sacan de la manga una tercera serie regular con un equipo de ventas de gran tirón comercial, el formado por el guionista Scott Snyder (su serie regular de Batman es el best-seller actual de la editorial) y el famoso dibujante de los 90 Jim Lee, actual co-editor junto a Dan Didio de la nueva DC.


En contra de Scott Snyder no tengo nada que objetar, sino todo lo contrario. Su American Vampire para el sello Vertigo de DC Comics me parece uno de los mejores tebeos del actual mainstream americano y su aproximación a la figura del Hombre Murciélago es una de las mejores etapas que ha tenido el personaje en los últimos años. El problema es que Snyder, al igual que ha ocurrido con Geoff Johns, está sufriendo una sobreexplotación por parte de DC Comics, que le acabará pasando factura.

El guionista, en el último año ya está comenzando a demostrar síntomas de cansancio. Su American Vampire está algo parada en el sello Vertigo, su Cosa del Pantano (la cual abandonó para centrarse en este Superman y en su reciente The Wake para Vertigo) fue progresivamente decayendo en interés y su serie regular de Batman está comenzando a sufrir la obsesión de DC por convertirla en un evento "revolucionario" tras otro.

Y aquí se junta con Jim Lee, dibujante encumbrado en los años 90 y que no ha sabido evolucionar su estilo, máxime cuando su estilo se ha quedado rancio y es reflejo de un estilo de tebeo que provoca escalofríos entre los buenos aficionados a la narrativa gráfica. Y además, en los últimos años ha demostrado ser pura kryptonita para todos los guionistas que se han acercado a escribir sus bonitas splash pages. Y si no, que se lo digan a Brian Azzarello y su "Superman: Por el Mañana", a Frank Miller en All Star Batman and Robin (aunque el Miller actual es capaz de destrozar el mismo cualquier proyecto que haga) o al pobre Geoff Johns en los primeros números de la nueva Justice League de los nuevos 52.


Sean Howe ya contaba en su imprescindible "Marvel Comics: La Historia Jamás Contada", como Claremont, patriarca de la franquicia mutante durante 15 años y uno de los autores que más éxitos le ha dado a la casa de Spiderman, fue ninguneado a favor de Jim Lee a finales de su etapa al frente de los mutantes, convirtiéndose en un mero rellena bocadillos a favor del simpático coreano.


Así que no es de extrañar que los trabajos actuales en los que los lápices anquilosados de Lee hacen acto de presencia, ocurra lo mismo o peor, ya que no olvidemos que es uno de los bosses máximos de DC, así que no creo que ningún guionista, aunque sean estrellas como Johns o Snyder, se atrevan a toser al señor que les asegura el pan todos los meses.


Y eso nos encontramos en este primer número de Superman Desencadenado. Un trabajo a la mayor gloria de un Jim Lee artrítico (no hace falta más que echar un vistazo a la portada del ejemplar, donde vemos que Lee ya no es capaz de mantener las mínimas proporciones anatómicas del hijo de Krypton, con ese Superman de brazos cortos en proporción a su minúscula cabeza y talle con cintura de avispa), donde por unos excesivos 4.99$, poca cosa nos cuentan. El resumen, un satélite se cae del espacio y Superman lo tiene que salvar (8 páginas, donde dos de ellas son dos absurdas splash pages reconvertidas en dos miniposters a mayor gloria de Jim Lee y a las arcas de la editorial), se nos presenta al personaje en su nueva situación post-nuevos 52, para todos aquellos lectores que lleguen de nuevas y se comienza a plantear una trama que puede ser interesante pero que se puede quedar en agua de borrajas.

Porque el pobre Snyder aquí es un rellena bocadillos. La trama principal, un superhombre que al parecer tiene el gobierno de los Estados Unidos desde hace 75 años y que ha estado involucrado en todas sus guerras sin que la sociedad lo sepa, es un punto de partida interesante. Pero si de 24 páginas ocupa únicamente 4 y el resto es puro lucimiento de un Jim Lee en horas bajas, acompañado por abusivos y redundantes textos de apoyo de Snyder, pareciendo decir, "Eh, que estoy aquí!!", pues la primera impresión es bastante negativa. Ojalá se vaya Lee rapidito de la serie (no le doy más de seis números) y le pongan a Snyder a uno de sus colaboradores habituales, sea Albuquerque, Nguyen o Capullo y los fans y el propio Snyder lo agradecerán.

25 de junio de 2013

Marvel Comics: La Historia Jamás Contada de Sean Howe


Estando como estamos ya casi en la mitad de este año 2013, si tuviera que elegir seguramente una sola novedad relacionada con el mundo del cómic, no sería ningún tebeo de los que hay muchos, muy buenos y muy mediáticos, sino un libro. Pero un libro sobre cómics y no solo sobre cómics, sino sobre Marvel Comics, la editorial que redefinió he hizo resurgir a los superhéroes en el imaginario colectivo a partir de los años 60 y que los ha convertido en verdaderos iconos de la cultura popular gracias a sus exitosas películas y que pertenecen ya a todos y no solo a los aficionados a un medio y a un género que era mero reducto de unos pocos.


Pero este libro de Sean Howe no es una visión idílica ni autorizada de la creación y el desarrollo del gigante mediático que es Marvel Comics, sino una visión muy pero que muy negra, donde las traiciones, los arribistas, el dinero y el poder están a la orden del día.


Desde los tímidos comienzos de la editorial en los años 40 como Timely Comics a su casi desaparición en la fatídica década de los 50, a su renacer como símbolo y primera editorial del comic de entretenimiento en los años 60, hasta la aparición de las primeras grandes estrellas de los años 80 y 90, hasta el imperio del entretenimiento que es en la actualidad, Sean Howe desnuda y desgrana el día a día en el famoso Bullpen de la Marvel. Un Bullpen que no tiene nada de la visión idílica que presentaba y sigue presentando un Stan Lee que vive en una realidad paralela y que prefiere creer, sino un Bullpen lleno de envidias, puñaladas traperas e intereses comerciales donde lo menos importante es la calidad de sus publicaciones.



Si queréis saber el porqué de la rivalidad y enemistad entre Stan Lee y Jack Kirby, las influencias ocultas en los guiones de Chris Claremont para su Patrulla X, el auge y caída de la generación Image, la patada en el culo que sufrió Jim Shooter o el impacto e influencia que han provocado en Marvel la especulación de los años 90 y el acabar absorbida por gigantes mediáticos, este es vuestro libro. Y seguramente, al igual que a mi, os sorprenderá que detrás de la incompetencia de ejecutivos inútiles y sin escrúpulos y las injerencias de las grandes corporaciones en las decisiones creativas de autores nunca lo suficientemente valorados y respetados, hayan salido y sigan saliendo tebeos tan memorables de la llamada "Casa de las Ideas".

22 de junio de 2013

Man of Steel de Zack Snyder: La polémica está servida. (Cuidado Spoilers)


Quiero empezar esta reseña con una confesión muy importante. Me gusta el Superman de Richard Donner, fue la primera película que vi en el cine con 4 añitos y fue mi punto de partida para enamorarme de los cómics, el cine y sobre todo los superhéroes. Pocas cosas han cambiado mi mundo como ver a Superman volar por primera vez en su Fortaleza de la Soledad, descubrir el mundo de Krypton de  la mano de Marlon Brando, aterrorizarme y fascinarme a la par con esa genial representación de la Zona Fantasma o sufrir el dolor de la muerte de Lois Lane junto a Superman, tras encontrar a esta enterrada bajo los escombros en el terremoto provocado por Lex Luthor.


Pero eso no quita para ver con la perspectiva del tiempo, que el Superman de Donner es muy hija de su tiempo (finales de los 70), que muchos conceptos están completamente demodé (ese Lex Luthor muy alejado del maquiavélico hombre de negocios y científicos que desarrollaron Marv Wolfman y John Byrne a partir de 1986, el bufonesco secuaz de Lex, Otis o ese Krypton de cartón piedra y derivado estéticamente de los excesos del diseño de la hortera década de los 70).


Por eso no entiendo la inquina con la que es atacada esta nueva versión creada por el tándem Snyder/Nolan/Goyer. Y no lo entiendo porque la nostalgia mal entendida está demostrado que no lleva nunca a buen puerto (sino que se le digan a Bryan Singer con su prescindible y blandita revisión/secuela que Superman Returns y de la que nadie se acuerda ya) y que hay que darse cuenta que hemos cambiado, los gustos y la manera de hacer las cosas también y que el mundo en el que vivimos no es el mismo que había cuando se estrenó el Superman de Donner.


Man of Steel no es una película perfecta, ni mucho menos, pero casi ninguna lo es. Pero lo que si que es, es muy entretenida, muy valiente y muy diferente a lo que el público esperaba de una nueva película de Superman, muy al estilo de lo que Batman Begins para el Hombre Murciélago.


De Batman Begins coinciden Nolan y Goyer y el primer acto de la película, el origen del héroe, está narrado de la misma manera que el de Bruce Wayne en Begins, con retales, con retazos que director y guionista dejan que el público rellene por si mismo, porque Superman, al igual que Batman son ya de dominio público. Por eso Snyder nos deja entrever a Lana Lang, pero no profundiza en ella porque no hace falta, no repite el encuentro de los Kent con el bebé y la nave espacial, porque ya nos lo sabemos. Pero si que profundiza más en la sociedad kryptoniana y nos hace entender porqué Zod hace lo que hace y se dirige a la tierra, no como el Zod de Superman 2 y sus secuaces, que lo único que quieren es hacer el mal y dominar a la humanidad BWHAHAHAHA.... No, el Zod interpretado por Michael Shannon tiene una misión y una lógica en sus acciones, aunque las que tiene sean tan terroríficas para el planeta Tierra.


Cierto es, que Snyder no es un director tan hábil en el storytelling como Nolan y el primer acto de la película, aun con aciertos tan geniales como la primera vez que Clark se da cuenta de niño de sus poderes (sacado directamente del Superman: Secret Origin de Geoff Johns y Gary Frank) o la conversación de Jonathan con Clark, salta en el tiempo de una manera no tan fluida como hacía Nolan con el viaje iniciático de Bruce Wayne.


Lo que si hace muy bien este equipo artístico es demostrar la soledad de un ser que vive en un mundo que no pertenece. Olvidados de ese Superman sonriente que es de Krypton como si fuera de Palencia. No, a este Superman le afectan sus orígenes y descubrir que está solo en un mundo al que realmente no pertenece. Y peor, un mundo que le mira con recelo y con miedo, porque no puede controlarle y le teme por ello, como muy bien dice Superman a los militares en la genial escena del interrogatorio con Lois Lane.


Una Lois Lane diferente a todas las que hemos visto, más un apoyo que una damisela en apuros, más cercana a la Lois de John Byrne, compañera del héroe, mujer de armas tomar, aunque deba ser salvada por el Hombre de Acero en una épica escena.


Pero la parte que más palos se ha llevado ha sido ese estruendoso tercer acto que transcurre entre Smallville y Metrópolis donde Snyder se arranca y pone el acelerador para mostrar, como ya hicieron Los Vengadores de Whedon, como se debe representar con los medios actuales una batalla entre superhombres. Y si en el filme de Whedon la épica se mezclaba con ese humor que tan bien se le da al creador de Buffy para aligerar lo que es una matanza indiscriminada de civiles (porque ocurre aunque no lo veamos), Snyder mezcla la épica con la seriedad y la pesadumbre de una América y un mundo post 11-S, porque no es difícil ver en esa Metrópolis apocalíptica tras la batalla entre seres cuasidivinos ecos de una tragedia que ha cambiado la percepción de la sociedad occidental.


Así que no entiendo cuando los críticos más feroces abuchean y tiran por los suelos ese tercer acto del filme porque es muy largo (se me pasó volando y me quedé con ganas de más) y ponen como crítica (al igual que al resto de la cinta) que está exenta de humor??? ¿Desde cuando Superman tiene que tener humor? Si, es cierto que el Superman de Donner y sobre todo el de Lester (ahora va a parecer que la abominable Superman 3 es una buena película de Superman) tenían humor, pero dudo que el público actual y cualquier persona que no tenga más de 10 años de edad, quiera ver a Otis el secuaz de Lex Luthor. O que esperaban, ¿que una invasión alienígena inesperada la iban a recibir los personajes y el mundo en el que viven con ligereza y buen humor?


Y llegamos al punto o puntos que más ríos de tinta han hecho correr entre los críticos más duros con la cinta: la muerte/sacrifico de Jonathan Kent, necesaria para entender al personaje de Clark y la decisión de matar a Zod por parte de Superman al final del filme. Lo primero, es que a Superman no le queda otra, porque Zod es imparable y está decidido a acabar con la Tierra y restaurar Krypton y estamos en un mundo en el que ni hay kryptonita, ni prisión lo suficientemente resistente para encerrar a alguien igual de poderoso que Superman. Y lo segundo, estamos ante un Superman que todavía no es el Superman que conocemos, un novato al que lo que ha ocurrido le ha venido grande y de improviso y que toma una decisión que le traerá consecuencias, de ahí ese grito desgarrador tras hacerlo.


Por supuesto que el filme no es perfecto, desde ese primer acto que no está montado y contado con la brillantez de un Nolan, al exceso de información y apariciones de esa entidad con los recuerdos de Jor-El, pero donde lo positivo gana con gran mayoría a lo negativo, desde el excelente prólogo de Krypton, al preámbulo del apocalipsis que es el mensaje de Zod al planeta tierra a una batalla final que te deja sin aliento o ese epílogo de la infancia de Clark con la capa roja (un Snyder imbuido del espíritu de Terrence Malick) o la primera aparición del alter ego del Hombre de Acero. Ya tendremos tiempo de indagar en el Daily Planet, en Metrópolis, Lex Luthor y demás elementos característicos de la leyenda, pero este primer paso es un grandísimo acierto y una revolución para un personaje que para el público se había convertido en una reliquia de la prehistoria. Y por cierto, Henry Cavill ES Superman.

21 de junio de 2013

Superman: Cuatro Estaciones de Jeph Loeb y Tim Sale: Los 10 tebeos de Superman que tienes que leer antes de ver The Man of Steel (10 de 10)


Superman: Cuatro Estaciones de Jeph Loeb y Tim Sale (Superman For All Seasons 1-4 USA)

Para terminar el especial del Hombre de Acero que llevo realizando estos 10 últimos días con motivo del estreno hoy de la nueva y esperadísima versión del Hombre de Acero, he decidido que el último tebeo imprescindible de esta selección es la reinterpretación del origen del personaje que llevaron a cabo el tándem creativo formado por Loeb y Sale, tras el éxito de ventas y artístico que fue Batman el Largo Halloween.


Jeph Loeb es un guionista muy irregular y muy dependiente de su compañero a los lápices, existiendo una diferencia abismal entre los trabajos que ha realizado con Tim Sale, que los que realiza con dibujantes mucho menos competentes como Joe Madureira (The Ultimates) o el tristemente fallecido Michael Turner (Superman/Batman).


Pero releyendo esta enésima versión de los orígenes del héroe de Krypton, me he dado cuenta de una cosa, que el verdadero maestro de este laureado tebeo es Tim Sale, porque sin él, la historia que nos cuenta Loeb no es nada del otro jueves.

Cierto es que este Superman es uno de los más humanos y entrañables que nos hemos encontrado, que los mayores aciertos se encuentran en Smallville, sobre todo en las conversaciones y los miedos de Jonathan y Martha Kent, las de ellos con Clark, y la relación de este último con su querida Smallville y la interacción con sus amigos de la infancia, en especial con Lana Lang.


Pero Loeb no inventa nada que no estuviera ya planteado en la que es ciertamente la versión cuasi definitiva del personaje, que fue la de John Byrne en los años 80. Lo único, que Tim Sale es un artista más elegante e impactante de lo que puede ser John Byrne, sobre todo para la sofisticación de las audiencias actuales.

Sale desborda las páginas del cómic con bellas composiciones, herederas de esa América soñada salida de las pinturas de Norman Rockwell, o de esos impactantes planos generales de la obra de John Ford. Pero el guión de Loeb no trae ninguna novedad al origen del personaje y sus primeros pasos, únicamente que la historia está contada en las cuatro estaciones del año, por cuatro puntos de vista diferentes: Jonathan Kent, Lois Lane, Lex Luthor y Lana Lang. Pero el desarrollo de los acontecimientos, cambiando una coma por aquí, incluyendo un personaje nuevo y quitando otros, es lo mismo casi, que lo que planteó Byrne en su mítica miniserie Superman: El Hombre de Acero.



Recomendable sobre todo para disfrutar de un Tim Sale pletórico, quizás uno de los mejores trabajos en la excelsa carrera del dibujante y un buen punto de partida para aquel que nunca se ha acercado a un tebeo de la creación de Siegel y Shuster, pero al que le falta un mayor grado de atrevimiento u originalidad para poder superar otras interpretaciones mucho más novedosas o inteligentes. En el fondo, el trabajo de un buen artesano, al que le faltan arrestos o talento para atreverse a llegar más allá.

20 de junio de 2013

Superman Kryptonita de Darwyn Cooke y Tim Sale: Los 10 tebeos de Superman que tienes que leer antes de ver The Man of Steel (9 de 10)


Superman: Kryptonita de Darwyn Cooke y Tim Sale (Superman Confidential 1-5 y 11 USA)

Dentro del puñado de tebeos de Superman que han ido apareciendo en esta selección personal, puede que este sea el menos conocido de todos ellos y quizás el menos ambicioso en cuestión de revolucionar los cimientos del personaje. Pero no nos llevemos a engaños, porque Superman: Kryptonita es un tebeo de altísima calidad con un equipo creativo de auténtico infarto, Darwyn Cooke y Tim Sale.


Darwyn Cooke, en su primer trabajo solo como guionista, se alía con Tim Sale, excelente y personalísimo dibujante, asociado en el imaginario popular con el guionista Jeph Loeb, para entregarnos una historia con regusto clásico y noir, reinterpretando el número 61 de Superman aparecido en 1949.

Dicho ejemplar es importante, porque aunque la kryptonita apareció por primera vez en el serial radiofónico de los años 40, su puesta de gala en la mitología comiquera del personaje fue en dicho ejemplar, al igual que el descubrimiento por parte de Superman de sus orígenes extraterrestres y de la existencia del planeta Krypton.


Por lo tanto, en Superman: Kryptonita nos encontramos a un Superman/Clark Kent en sus inicios como héroe. Un héroe que se cree indestructible y que tiene que comenzar a afrontar que sus poderes tienen límites, que la muerte es una opción para él y que debido a esto y como todos los grandes héroes mitológicos, eso lo hace aún más grande.

Pero además de conocer la existencia del meteorito que puede acabar con su vida y sus orígenes extraterrestres, Superman y Lois Lane (nunca ha sido tan bella como en esta representación de Tim Sale, el cual reconoce haber sido influido por el trabajo gráfico del propio Cooke) deben replantearse su relación amorosa y el último hijo de Krypton descubrir que es mejor que intente conquistar a la mujer de su vida a través de su entrañable, patoso pero muy humano alter ego.


Un guión clásico pero inmortal, un trabajo artístico de 10, un momento de la historia de Superman imprescindible y una ambientación moderna pero a la vez noir, para un tebeo que no puedes dejar pasar, no solo si eres fan del Hombre de Acero, sino también si eres fan del medio.

19 de junio de 2013

Superman: Identidad Secreta de Kurt Busiek y Stuart Inmonen: Los 10 tebeos de Superman que tienes que leer antes de ver The Man of Steel (8 de 10)

Superman: Identidad Secreta de Kurt Busiek y Stuart Inmonen (Superman Secret Identity 1-4 USA)

Si hace un par de días comentaba el All Star Superman de Morrison y Quitely, publicado entre 2005 y 2008, ahora llega el turno del otro gran tebeo del personaje publicado en la primera década del siglo XXI, en el año 2004, Superman Identidad Secreta, que sirve como contrapunto perfecto a la obra de Morrison, ya que no puede ser más diferente en forma y fondo, pero que juntas dan la mejor interpretación global que haya podido tener el personaje en sus 75 años de historia.

Si la obra de Morrison lleva hasta el extremo los conceptos de ciencia ficción implícitos en la naturaleza del personaje y su condición de héroe cósmico por excelencia, Busiek juega a la Nolanizacion del héroe, antes de que Nolan lo instaurara en su famosa trilogía del Caballero Oscuro.


Todos sabemos que uno de los grandes aciertos y virtudes que atesora Kurt Busiek como guionista de cómics de superhéroes es su conocimiento enciclopédico de dicho universo y esta miniserie de Superman tiene sus raíces en un desconocido número de la colección DC Comics Presents, en concreto su número 87. 


La base de la historia original y que Busiek desarrolla junto a Stuart Inmonen es como punto de partida muy interesante. El mundo que plantea es el nuestro, no el del Universo DC, sino el real, donde existe Superman como héroe de ficción y conocemos a un chico llamado Clark Kent, residente en un pueblo de Kansas, que es la mofa y la befa de sus compañeros de instituto por llamarse igual que el héroe del cómic, pero que en su adolescencia descubre que tiene los mismos poderes que Superman.


Los paralelismos de este Clark Kent, más parecido a Peter Parker que a su homónimo, desarrolla en paralelo la vida del Superman de ficción, pero despojado de todo el componente fantástico y alienígena que tiene el original. Busiek da a entender que estos poderes son fruto de un experimento científico de los servicios secretos norteamericanos, pero sin necesidad de desarrollarlo, porque eso no es lo importante.

Lo importante es la emotiva vida de Clark Kent, el cambio que provoca en su vida la aparición de sus poderes y como va evolucionando y madurando como ser humano. También conoce a una Lois, que no Lane, con la que se casa, comparte sus secretos y se casa y envejecen juntos, incluso teniendo una pareja de gemelas.

El acierto de Busiek, acentuado por uno de los mejores trabajos artísticos que ha realizado el dibujante Stuart Inmonen en toda su carrera, es contar toda la historia desde el punto de vista de Clark, narrado en primera persona a través de sus diarios personales, un estilo que Busiek ya había demostrado que dominaba en su imprescindible Marvels, el tebeo que le dio a conocer y que fue el primer paso del rescate del cómic de superhéroes americano en la década de los 90.


No esperéis a Lex Luthor, Kandorianos, Kryptonianos o Kryptonitas de millones de colores. Este es un tebeo de Superman diferente, pero que da la interpretación del héroe creado por Jerry Siegel y Joe Shuster más original, diferente y respetuosa jamás realizada. Un tebeo con mayúsculas.

18 de junio de 2013

Superman: Para el hombre que lo tiene todo de Alan Moore y Dave Gibbons: Los 10 tebeos de Superman que tienes que leer antes de ver The Man of Steel (7 de 10)

Superman: Para el hombre que lo tiene todo de Alan Moore y Dave Gibbons (Superman Annual 11)

De nuevo aparece el nombre de Alan Moore relacionado con el Hombre de Acero. Porque Moore, durante su etapa al frente de La Cosa del Pantano en los años 80 y poco antes de embarcarse en su gran obra, Watchmen, realizó una serie de colaboraciones para el personaje insignia de DC Comics que quedaron grabados en fuego en las mentes de los lectores de los 80 y que no han sido superadas por casi nadie.

"Para el hombre que lo tiene todo" reúne y demuestra de lo que son capaces un equipo artístico tan bien engrasado como Moore y Gibbons, y que luego explotaría en ese Watchmen tan conocido y por el que el tiempo ha pasado inmejorablemente. Moore realiza aquí un "What If" encubierto, que nos muestra que hubiera pasado si el planeta Krypton nunca hubiera explotado. La excusa, en el cumpleaños de Superman, el kryptoniano es visitado por Batman, Robin y Wonder Woman para celebrar su cumpleaños. Cuando los tres héroes llegan a La Fortaleza de la Soledad, encuentran a su amigo paralizado y con una extraña planta alienígena pegada a su torso. Esta planta es un regalo de uno de los enemigos de Superman, el alienígena Mongul y lo que esta planta hace es alimentarse de manera simbiótica con la forma de vida a la que domina, dándoles a cambio aquello que más anhelan.

Superman lo que más anhela es que su planeta de origen nunca hubiera desaparecido. Pero el sueño se convierte en pesadilla. Kal El aquí no es un héroe, es un científico, al igual que su padre, hastiado de la vida y al que le falta un propósito en la vida, una ilusión, un interés. Está casado y tiene tres hijos, pero nada de esto le reconforta, porque sabe que algo no va bien.


En las escasas páginas en las que transcurre el "What If", Moore es capaz de enseñarnos lo que habría sido la sociedad de Krypton. Un mundo en decadencia, con disturbios sociales y religiosos, con fanáticos seguidores de Jor-El, un científico despreciado y objeto de burla por sus predicciones apocalípticas incumplidas y que en el fondo hubiera casi deseado que Krypton hubiera explotado.


El resto del ejemplar, una vez Superman es despertado de dicha ilusión, es un combate fastuoso entre Superman y Mongul, realzado por el fantástico arte de Dave Gibbons, con un Superman clásico pero a la vez más grande que la vida, acompañado de los otros héroes icónicos del universo DC.

En escasas 48 páginas, Moore y Gibbons se adentraron en conceptos tan interesantes y filosóficos como el concepto de realidad y que parte de lo que percibimos es real y como es posible distinguirlo, la decadencia de las civilizaciones paralelas al progreso tecnológico o la falta de objetivos en el individuo, en un tebeo que no olvida lo que es, un tebeo de superhéroes y que es capaz de satisfacer tanto al lector de tebeos de toda la vida, como al lector casual, con una historia universal, donde Moore nos demuestra de nuevo que hay que tener cuidado con lo que se desea, ya que el sueño casi siempre se convierte en pesadilla.
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