31 de diciembre de 2016

New Superman de Gene Luen Yang y Victor Bogdanovich: Uno de los tebeos más bizarros y atractivos de DC Rebirth






















De entre todas las novedades que aparecieron hace ya más de seis meses con motivo del nuevo reinicio de DC Comics, llamado DC Rebirth, quizás el tebeo que más me llamó la atención y que posiblemente podía ser el mayor desastre de toda esta nueva línea editorial era este Superman chino que DC se sacaba de la manga de la mano del guionista Gene Lueng Yan, autor famoso sobre todo por su cómic independiente llamado Chino Americano.



Yang no era ajeno al héroe de Krypton, ya que fue el guionista de la serie regular del personaje en ese DC You perteneciente a los estertores de Los Nuevos 52 y que fue ilustrado por Romita Jr. La realidad, no lo leí en su momento porque el Superman de esos Nuevos 52 no era santo de mi devoción.

Ahora, Luen Yang nos lleva a una China casi desconocida por los occidentales y nos muestra un país que sigue en pugna entre los valores de la dictadura comunista enfrentado a la contradicción que es haberse convertido en potencia económica con todos los vícios elevados al cubo del consumismo capitalista occidental más exacerbado.



Es ahí donde nos encontramos a nuestro protagonista, Kong Kenan, un niñato adolescente ciertamente desagradable, ejemplo perfecto del abusón de instituto que por casualidades de la vida, se convierte en objeto de propaganda para el régimen chino convertido en una nueva versión de Superman.



Kong Kenan tiene mucho más de lo que aparenta a simple vista. Drama familiar, inseguridades, que a medida que avanza la historia comienza a convertirse en un personaje atractivo para el lector, además de que Yang adorna el relato de personajes tan atractivos a priori como el padre de nuestro protagonista y una misteriosa Doctora Lan que deja a Amanda Waller como hermanita de la caridad al lado de ella.



Y lo que podía haber dado como mucho para un interesante Elseworlds se convierte tras seis ejemplares que cierran el primer arco de la colección en un tebeo con bastantes posibilidades que deja abierta la trama a arcos argumentales que como mínimo te dejan con el suficiente interés como para continuar su compra.



En definitiva, un tebeo diferente con un sabor único y que va más allá del mero Elseworlds y que entrega un más que correcto trabajo artístico de la pareja formada por Yuang y el dibujante Victor Bogdanovich.

29 de diciembre de 2016

Spiderwomen: Un crossover humilde y eficiente
























El universo arácnido ha cambiado mucho en los últimos dos años. De la preponderancia de un Peter Parker que era capaz de tener el don de la ubicuidad y aparecer en innumerables series regulares al unísono, a dar paso a una legión de héroes y heroínas arácnidos con mayor o menor fortuna, pero que ha hecho crecer la cosmogonía de Peter Parker y abrir su universo más allá de Forest Hills.



En esta ocasión me toca hablar del primer crossover que une a dos nuevas y una antigua conocida arácnida. La última de ellas es Jessica Drew, rescatada por Bendis en sus Nuevos Vengadores y que ahora vive una segunda juventud gracias al trabajo de Dennis Hopeless y Javier Rodríguez en su nueva y flamante serie regular. Las dos nuevas adquisiciones a la mitología arácnida han sido Seda y Spider-Gwen, la primera sacada de un nuevo ejercicio de retro-continuidad que le sirvió a Dan Slott para arrancar la resurrección de Peter Parker tras su incidente con Octopus y la segunda es Spider-Gwen, un personaje que bien podría haber sido una anécdota curiosa y que se ha convertido en un personaje con entidad propia gracias al buen hacer de Jason Latour.



Esta reunión de superheroínas se basa en esa Tierra 615 de la que proviene Spider-Gwen y que da pie a una aventura entretenida pero intrascendente, que se deja leer con gusto y donde el equipo de guionistas (los habituales de sus series regulares) y un puñado de dibujantes más cercanos al cómic independiente le dan un toque diferente y original al resultado final.



Las tres heroínas tienen su lugar y sus momentos en la aventura. El tebeo se deja leer con agrado, aunque es cierto que la primera mitad es más sugerente que la resolución final y que esta aventura no va a revolucionar el medio ni el género. Pero en conjunto es un tebeo desarrollado por buenos artesanos y está protagonizado por tres de los personajes más atractivos e interesantes que te puedas encontrar en el universo Marvel. ¿Qué más se puede pedir?

27 de diciembre de 2016

Vertigo Quarterly:CMYK. Interesante antología basada en los colores de impresión


























Soy muy fan de las antologías. Me gustan, porque de un vistazo sirven para llevarte una primera impresión del enorme talento que pulula por el medio del cómic y que es muy difícil encontrar en series regulares. Así, entre principios de 2014 y principios de 2015, Vertigo editó una miniserie de cuatro ejemplares, cuyo tema principal son los cuatro colores substractivos de impresión.



Esos cuatro colores, les sirven a los autores encargados de la antología para entregar mini-historias de entre 6 y 8 páginas autoconclusivas que tocan géneros como la fantasía, el costumbrismo, el terror o la ciencia ficción, donde el color sirve tanto como paleta de color, como metáfora de sentimientos y sensaciones.



Como toda antología tiene relatos mejores y peores. En conjunto, el nivel está por encima de la media y dentro del cuadro de autores, nos encontramos con primeras espadas como Fabio Moon, Bill Sienkiewicz, Teddy Kristiansen, Francesco Francavilla o Jock en el apartado gráfico o guionistas tan potentes como Steve Seagle, Tom King, Peter Milligan o Gerard Way, junto a otros artistas y guionistas menos conocidos o directamente desconocidos que pueden ser futuras estrellas en los años venideros.



En definitiva, una obra antológica muy recomendable, donde la estética y el fondo están muy cuidados y a la par y que demuestra lo que fue y debe seguir siendo la línea Vertigo de DC Comics, un crisol de vanguardia y modernidad necesaria para que el medio siga siendo un pionero de la vanguardia artística contemporánea.

22 de diciembre de 2016

El Más Allá con Archie de Roberto Aguirre Sacasa y Francesco Francavilla: Un tebeo espeluznantemente divertido y perturbador


























Si hace un año me hubieran dicho que uno de los tebeos de los que estoy disfrutando en la actualidad sería de Archie, habría creído que me estaban tomando el pelo. Pero hace menos de dos meses disfruté como un enano del reboot de Archie de la mano de Mark Waid y Fiona Staples, un tebeo fresco y divertido que se ha convertido para mi en una de las series imprescindibles en la actualidad.



Rizando el rizo, si me hubieran dicho que una mezcla entre Archie y Zombies habría dado como resultado un tebeo magistral directamente habría dejado de hablar a esa persona. Pero la realidad es que Roberto Aguirre Sacasa y Francesco Francavilla, los autores implicados en el proyecto lo han conseguido con creces.

EL origen de la obra, según cuenta Roberto Aguirre Sacasa en los extras que acompañan al primer arco argumental que ha recopilado Norma Editorial en un volumen de impecable factura, fue una portada alternativa realizada por Francavilla para el número 23 de la serie Life with Archie. Casualidades de la vida, dicha portada dio pie a una obra que aúna sin reparo lo mejor de la mezcla de géneros de la cultura pop contemporánea, con un estudio de personajes digno de elogio.



Todo cabe en los guiones de Sacasa, repletos de guiños al terror clásico y al contemporáneo, pasando desde Nosferatu a La Noche de los Muertos Vivientes original de Romero, sin olvidar a clásicos del slasher como Freddy Krueger u obras más actuales como Los Muertos Vivientes de Kirkman.



Sacasa se atreve a pervertir el sueño americano representado en Riverdale donde ataca al conservadurismo reflejando a una Veronica que exuda sensualidad y sexualidad, relaciones homosexuales y una visión tan interesante como madura de unos personajes que aun siendo los mismos han evolucionado y han sido punto de arranque para la aproximación de Mark Waid.



Pero quien destaca sobremanera y convierte al tebeo en un must absoluto del cómic contemporáneo es su dibujante y colorista, Francesco Francavilla, que aporta con esas páginas bitono un ambiente y una textura enfermiza a la obra, que aterroriza y encandila a partes iguales, repleta de páginas a enmarcar con composiciones tan arriesgadas como magistrales, por supuesto apoyado en un guión sin fisuras de Sacasa que les convierte en una de las parejas creativas más interesantes de la actualidad.



En definitiva, un tebeo que atrapa desde la primera a la última página, que crea adicción, con una pareja creativa en estado de gloria y que sobre todo hace que la espera hasta el próximo volumen se haga eterna.

19 de diciembre de 2016

Batgirl y Batgirl and the Birds of Prey: El irregular arranque de Barbara Gordon en el Renacimiento de DC Comics


Una de las mejores obras que salieron de los últimos estertores de la castigada línea Nuevos 52 de DC Comics fue la Batgirl del equipo creativo formado por Cameron Stewart y Brendan Fletcher como guionistas y Babs Tarr como dibujante, donde a lo largo de casi 20 entregas, redefinieron a un personaje ahogado en la pesadumbre de los años 80 desde entonces y que aquí se acercaba más a los preceptos del Scott Pilgrim de Bryan Lee O'Malley que a los góticos callejones de Gotham City.


Con la llegada del Renacimiento DC, el equipo creativo de las nuevas aventuras de Barbara Gordon se fueron a Image Comics a probar fortuna, pero por el camino dejaron trabajos tan recomendables como la miniserie de doce números protagonizada por Canario Negro o la única serie que sigue en circulación, la deliciosa Gotham Academy.

Pero Barbara se había ganado el corazón de toda una nueva legión de lectores y la editorial no iba a abandonar la oportunidad de hacer caja, duplicando las apariciones de la hija del Comisario Gordon en dos títulos, Batgirl y Batgirls and The Birds of Prey.


La primera de ellas, Batgirl, está formada por un equipo creativo de auténtico lujo. Por una parte, Hope Larson, la escritora y dibujante independiente que aquí solo hace las labores de escritura y en el apartado artístico Rafael Albuquerque, uno de los mayores talentos del panorama actual que lamentablemente solo nos acompaña en los primeros cinco ejemplares de la colección.

Por ello, al apartado artístico no se le puede poner ninguna pega. Albuquerque borda su trabajo entregando arte secuencial en estado puro, sabiendo aportar dinamismo y recursos estilísticos únicos a las escenas de acción pero sin olvidar los momentos más tranquilos y reposados.


En cambio, el guión de Larson es cumplidor pero no brilla en conjunto, entregando una aventura a lo largo y ancho de Asia, con toques de cine oriental que se deja leer con agrado pero que se queda muy por detrás de lo que consiguió el equipo creativo anterior. Habrá que ver en los próximos meses como se le da la vuelta de Barbara a Burnside, hogar de la etapa Stewart/Fletcher.


Por otra parte tenemos el team-up formado por Batgirl, Canario Negro y La Cazadora, salidas las dos primeras de su resurgimiento en las homónimas etapas de Stewart y Fletcher y Helena Bertinelli rescatada por Tim Seely en la aplaudida Grayson. Las artífices de este Renacimiento son Julie y Shawna Benson como escritoras, siendo el dibujante principal de la colección Claire Roe.


El resultado, un tebeo con buenas intenciones, centrado en la aparición de una nueva Oráculo que está manchando la imagen de la anterior encarnación de Barbara y que patina en su intento frenético de acción non-stop que convierte una historia sencilla y que debería ser dinámica, en farragosa y escasa de interés.

El dibujo de Claire Roe no ayuda a poner fácil las cosas al lector. Con su mezcla de cartoon y realismo superheróico no consigue definirse por ninguna de las dos partes, además de que su diseño de página con multitud de viñetas e intentos de virtuosismo narrativo le hace flaco favor al irregular guión de las Benson.

En definitiva, dos títulos centrados en la figura de Barbara Gordon que no consiguen hacer sombra a la impecable etapa anterior, donde el título de Larson y Albuquerque gana por goleada al de las hermanas Benson, pero que todavía le queda un largo trecho para convertirse en un título indispensable como el entregado por Fletcher y Stewart.

17 de diciembre de 2016

Star Wars: Rogue One de Gareth Edwards. Gracias por hacerme creer de nuevo en Star Wars


























Que sorpresa tan agradable me he llevado con Rogue One. Porque pocas esperanzas tenía en esta nueva entrega del universo Lucasiano tras los pobres y cobardes resultados artísticos que fue El Despertar de la Fuerza hace exactamente un año. Los problemas que aparecieron a mediados de este año con el director volviendo a rodar gran parte de su metraje y los múltiples cambios auguraban un desastre al estilo Suicide Squad, es decir, un monstruo informe, montado a hachazos que no tendría ni el sello de la distribuidora ni el sello del artista.



Pero nada que ver. En 10 minutos de metraje, Gareth Edwards consigue introducirte de nuevo en el universo Star Wars, expandiéndolo y presentando nuevos elementos que enriquecen la historia de la saga original. Y lo hace con un mimo y un cariño por la creación de Lucas que se transmite en cada plano, en cada localización, en cada uniforme o diseño de criaturas. Y es que Edwards tiene una tarea complicada, que es darle cuerpo y mente a un grupo de individuos que son mencionados en los minutos iniciales del Episodio IV y que sirven de Mcguffin para el arranque de la historia.



Esa tarea la consigue Edwards a medias y quizás es el punto más débil del largometraje, hasta cierto punto. El equipo de rebeldes es atractivo y Felicity Jones lo mejor del grupo, pero Edwards, al igual que en su anterior trabajo, Godzilla, no consigue insuflarles a los personajes esa magia y carisma que a lo mejor necesitarían para convertirlos en iconos del universo Star Wars. Pero es que tampoco tienen que serlo, ya que en este spin-off que recuerda tanto a una partida de rol de Star Wars o a los cómics que están entregando Aaron o Gillen para el sello Marvel, estos personajes serían elementos de fondo de la saga original, lejanos en su estrellato a los protagonistas de la saga.



Por eso esta película es un canto a los elementos secundarios y personajes que pueblan un universo tan rico. Y Edwards tira de su conocimiento y cariño por el universo para entregarnos diseños descartados del pasado de los títulos originales, con elementos de cosecha propia, haciendo nuevo lo conocido y aunque utilice el recurso del homenaje, en ningún momento es vulgar o evidente como J.J. Abrams. Edwards demuestra que es un fan pro con un cariño excepcional por la saga a lo largo de sus 40 años. J.J. Abrams sacó todo su fanboyismo del álbum de cromos de la trilogía original.



La película arranca con un prólogo cautivador y desarrolla su primer acto con un ritmo excepcional, llevándonos de una localización a otra y reforzado por un correcto trabajo de Giachinno a la sombra del maestro Williams que sabe aunar elementos y temas de las precuelas y secuelas para convertir esta película en un perfecto nexo donde los verdaderos fans somos recompensados con elementos que no son fundamentales para comprender la saga original, pero que amplifican el universo y dan nuevas explicaciones de elementos icónicos de la saga.



Quizás el segundo acto se le atraganta a Edwards y el nivel de implicación como espectador se pierde un poco en un nudo donde la película se queda algo estancada. Pero da igual en el momento que las piezas se ponen en su sitio y arranca el maravilloso tercer acto. Un tour de force que mezcla épica, cine bélico, drama y terror y que deja extasiado a cualquier seguidor de la saga galáctica.



En definitiva, un molde con algunos elementos que pulir que debe servir a Disney para entender como debe continuar su saga galáctica, consiguiendo mezclar elementos del pasado pero con la ambición de traer estilos, tonos y elementos nuevos a una saga que siempre debe estar en absoluto crecimiento, de la misma manera que su creador original la comenzó y continuo a lo largo de 30 años.

16 de diciembre de 2016

The Discipline de Peter Milligan y Leandro Fernández: Sexo, Mitología y Exploitation






























Peter Milligan es un guionista tan peculiar como irregular. Nunca ha tenido el éxito y sobre todo el reconocimiento de coetáneos suyos como Gaiman o Morrison, pero fue uno de los escritores anglosajones que revolucionaron el mainstream americano con tebeos tan inclasificables como su genial Shade El Hombre Cambiante.



Quizás su paso como autor a sueldo en tebeos tan corporativos como X-Men a mediados de la pasada década, o su más reciente Justice League Dark, donde su personalidad y estilo brillaban por su ausencia, han eclipsado trabajos tan redondos como Enigma o Blanco Humano bajo el sello Vertigo o propuestas tan contundentes e irreverentes como sus X-Tatix junto a Michael Allred, quizá el tebeo más arriesgado que ha publicado jamás Marvel Comics junto al Elektra Asesina de Miller o Sienkiewicz o Howard el Pato de Steve Gerber.



Su última obra, publicada bajo el sello de Image Comics, hogar de los mejores autores americanos del panorama actual es The Discipline, un tebeo de horror y sexo, donde junto al fantástico arte de Leandro Fernández fusiona el terror urbano de obras como La Semilla del Diablo de Polanski, con la exploitation del terror de los 70 y unas pinceladas de la famosa novela erótica Historia de O.



Y el resultado es tan atractivo como irregular en algunos tramos. El arte de Leandro Fernández, nos absorbe desde la primera página, con ese uso del claroscuro y las luces y las sombras, realzado por la paleta de Cris Peter y su fascinante mezcla de erotismo y horror.



Narrativamente, la propuesta de Milligan es atrevida y arriesgada, donde el sexo es parte importante de la historia que nos narra, pero que es un fin para una revisión de nuestra historia y nuestra relación con los mitos y leyendas con los que convivimos habitualmente y que han dado forma a nuestra cultura. Quizás, Milligan precipita la evolución de nuestra protagonista, la bella y taimada Melissa Peak, porque quiere arrancar cuanto antes su a primera vista ambiciosa narración.



Esa anticipación y urgencia debilita la relación y desarrollo de unos personajes atractivos y con potencial. Milligan se guarda ases bajo la manga, dejándonos vislumbrar partes de un todo leído el primer volumen recopilatorio que contiene los seis primeros ejemplares de la serie regular.



El resultado, una obra no redonda pero atractiva, donde destaca sobremanera el arte de Fernández y la arriesgada propuesta del guionista, que aunque no puede considerarse perfecta, si que tiene los suficientes elementos y atmósfera enrarecida para que vuelva a adentrarme en este universo tan excitante como perverso.

15 de diciembre de 2016

Animales Nocturnos y A Single Man: El bello y perturbador universo de Tom Ford


Una de las grandes sorpresas de los últimos años en materia cinematográfica ha sido el descubrimiento de que Tom Ford, el famoso diseñador de moda, es igual de talentoso como director de cine. Cierto es que he tardado seis años en descubrir su maravillosa obra, gracias a Animales Nocturnos y así he podido descubrir su ópera prima, Un Hombre Soltero, que aunque conocía, no había tenido ocasión de disfrutarla.



Ambas obras son auténticos retratos de la pérdida. Una pérdida que puede ser física o emocional, pero pérdida al fin y al cabo, donde nuestros protagonistas centrales, Colin Firth en Un Hombre Soltero o Amy Adams en Animales Nocturnos, viven en un estado donde el futuro no existe, el presente se estanca y el pasado es una sombra que no les deja avanzar.



Ford saca lo mejor de un reparto de campanillas en ambos trabajos. Si Firth está impecable y magnético en Un Hombre Soltero, no se queda atrás la cada vez más fabulosa Amy Adams, en un personaje de múltiples capas que le sirve a la actriz para posicionarse como favorita a mejor actriz del año tanto por este trabajo como por La Llegada de Villeneuve.



Ford adereza su trabajo con actores en papeles secundarios de gran envergadura, siendo destacables en Un Hombre Soltero una Julianne Moore que con solo dos escenas eleva la obra o el joven Nicholas Hoult, redentor del torturado personaje interpretado con convicción por Firth. En Animales Nocturnos, el casting no se queda atrás con unos inconmensurables Michael Shannon, Jake Gylenhaal o Aaron Johnson.



Y aunque las dos obras transcurran en dos momentos del tiempo distintos, Un Hombre Soltero en la esquizofrénica y en apariencia apacible América de principios de los 60 con su miedo nuclear, el rechazo al diferente y sus vallas blancas de atmósfera Lynchiana y Animales Nocturnos en la terrorífica América con la sombra de Trump y sus secuaces al acecho, ambas hablan de lo mismo, del nihilismo.



 Un nihilismo que se muestra en el personaje de Adams y que queda reflejada en esa novela llamada Animales Nocturnos y que sirve como reflejo distorsionado pero tremendamente real de la acartonada y surreal vida de Adams, que choca con el retrato abrumador y crudo de esa América que las agencias de viaje no quieren vender y que se esconde tras ese Sueño Americano fatuo y podrido que refleja tan bien Ford en Un Hombre Soltero con cuatro retazos.



 En definitiva, un director con un discurso personal, único y muy potente. Un autor que escribe diálogos acerados y punzantes, donde cada palabra y cada expresión se paladean por un reparto en estado de gracia y que se muestran ante el espectador con una parsimonia que embelesa y que magnetiza a todo aquel que se queda atrapado en ese mundo bello, terrorífico y tan personal que ha entregado Ford en este díptico que solo hace vislumbrar lo que nos puede deparar su obra en un futuro.

14 de diciembre de 2016

Chewbacca de Gerry Duggan y Phil Noto: Una miniserie para incondicionales del Wookie























Tras las miniseries protagonizadas por Leia y Lando, le ha llegado el turno al compañero leal de Han Solo y uno de los personajes más queridos e icónicos de la saga creada por George Lucas, Chewbacca, guionizada por Gerry Duggan y dibujada por Phil Noto.

El resultado, un tebeo entretenido que profundiza levemente en la vida y la raza del Wookie fuera del entorno de la rebelión y el Halcón Milenario y que se sitúa entre los episodios IV y V de la saga original. Duggan aprovecha para entregar un tebeo de aventuras ligero, donde Chewbacca entabla relación con Zarra, una encantadora niña de un planeta cercano en estética al Tattooine de Luke Skywalker y que sirve a Duggan para desarrollar una aventura tan entretenida como intrascendente.



 De lo mejor de la miniserie, la entrañable relación entre el Wookie y Zarra y el tono intrascendente de la misma, saliéndose de lo épico y no tomándose del todo en serio a si misma, en una aventura que junta esclavismo, cazarrecompensas y delincuentes del borde exterior junto a imperiales de medio pelo y perfil bajo. 



Eso no quita para que el tebeo tenga sus momentos sentimentales y entrañables, sobre todo en las últimas páginas del serial, donde volvemos a visitar un Kashyyk medio vislumbrado en el tercer capítulo de las precuelas.



Pero la verdadera estrella de la serie es el dibujante Phil Noto que le da un tono de película de animación y para todos los públicos que puede servir para que los más pequeños se aficionen a la lectura de cómics.



 En definitiva, un tebeo correcto que sabe tocar las teclas adecuadas, por supuesto nada imprescindible pero que se deja leer con agrado y que hará las delicias de los seguidores de la saga galáctica, en especial a los fans acérrimos del mejor amigo de Han Solo.
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