30 de septiembre de 2010

Arkham Asylum: Madness de Sam Kieth. Reseñas comiqueras de actualidad


Arkham Asylum: Madness de Sam Kieth.

Sam Kieth es un autor inclasificable. Aunque comenzó su carrera únicamente como dibujante (fue el artista que dibujó los cinco primeros números del famoso "Sandman" de Neil Gaiman), pronto se dedicó a proyectos más personales y únicos, como las novelas gráficas de Épicuro el Sabio, mano a mano con el guionista William Mesner Loebs y sobre todo con su mejor y más personal obra para el sello Image, "The Maxx".

Las obras de Kieth mezclan con mayor y menor acierto, un tono siniestro mezclado con un humor negrísimo, donde pueden empezar contándonte "A", para acabar en "B" de la manera más insospechada. Su estilo gráfico es una mezcla de autores pictóricos como Dave Mckean o Simon Bisley, pasado por un toque caricaturesco y grotesco, que podría ser una combinación del ilustrador Edward Gorey o el propio Tim Burton.



Su nuevo trabajo en el universo Batman, tras la estimable mini-serie "Batman: Secrets", se centra en el asilo Arkham. El toque novedoso es que en esta ocasión, los protagonistas de la historia son los anónimos trabajadores de Arkham, fantasmas anónimos sin rostro, que por primera vez se les pone nombre, rostro y voz.

La protagonista de la historia es una joven enfermera que odia su trabajo, pero aguanta por su marido e hijo, ya que necesitan el dinero y porque tiene la suerte de trabajar en el turno de día del manicomio. Pero en esta ocasión, se ve obligada a realizar el temido turno de noche.



La historia transcurre en 24 horas. Veinticuatro horas donde Kieth nos muestra un Arkham que como ya hicieron Morrison y McKean en la magistral "Arkham Asylum" es más una casa encantada proveniente de un relato de Poe, que un hospital psiquiátrico. Para Kieth, el edificio tiene vida propia y los psicópatas que residen dentro de él tienen una conexión especial con él, como si fuera un ente vivo que siente y respira, absorbiendo la personalidad y la maldad que alberga dentro de él. Los funcionarios que trabajan en él también se sienten parte de ese ente, que más que albergarles, les absorbe como si de una prisión para ellos también se tratase.

Por supuesto, la galería de villanos tienen un papel preponderante. El Joker (en una interpretación gráfica por parte de Kieth escalofriante), Harley Quinn, Poison Ivy, Harvey Dent y Killer Croc tienen su espacio, sobre todo el Joker que es el co-protagonista y fuerza opositora negativa que pretende apagar la luz de la joven enfermera, extraña "heroína" a su pesar de la historia.



La novela gráfica no llega al nivel de excelencia de otras obras que se centran en el asilo más famoso del cómic, como la ya mencionada "Arkham Asylum" de Morrison y Mckean (de la cual bebe) o de otras historias centradas en la psique del Joker, como "La Broma Asesina" de Moore y Bolland" o la más reciente pero excelente "Joker" de Azzarello y Bermejo, y aunque su desarrollo no está a la altura de su intrigante inicio y su interesante final, si que es una novela gráfica recomendable, ya que da una visión diferente y personal de lo realizado por otros autores. Gustará más o menos, pero como siempre, Sam Kieth no te dejará indiferente.

29 de septiembre de 2010

The Event: ¿la nueva Perdidos?. Series de Televisión


Que "Lost" ha cambiado la historia de la televisión es indudable. Igualmente debo decir desde el principio que es irreemplazable y que es única. Y también que muchos han querido conseguir un serial igual de misterioso, diferente y especial. Lo intentó la NBC con la mediocre "Héroes", que se desinfló antes incluso de madurar. La propia ABC (cadena que emitió Lost) asustada por el final de su mayor éxito, probó suerte con la infame y efímera (gracias a dios) "FlashForward" de la que fui capaz solo de ver tres episodios.



Este año, la cadena que prueba suerte es la NBC, con su apuesta más arriesgada de la temporada: "The Event". Tras ver los dos primeros episodios emitidos, el resultado no puede ser más positivo. "The Event" es un nuevo serial que basa su atractivo en una historia misteriosa, que bebe de muchas fuentes, tales como "El Fugitivo", "24", un poco de "Expediente X" y en "Lost", sobre todo en su estructura basada en flashbacks.

Esa estructura de flashbacks hace que la acción avance y el espectador empiece a comprender que es lo que está ocurriendo. Todo ello con un ritmo más que correcto, giros inesperados y unos personajes con bastante potencial. Por supuesto, ambos capítulos terminan con sendos cliffhangers que dejan al espectador con ganas de más, con dos episodios que se pasan en un suspiro.



No se como la desarrollarán, si la potente premisa inicial se irá diluyendo a medida que pasen los capítulos, pero lo que si es seguro, es que me tendrán enganchado a los próximos episodios. A lo mejor nos encontramos con la sorpresa del año. 

28 de septiembre de 2010

Smallville Temporada 4. Series de Televisión.


La cuarta temporada de Smallville comienza tres meses después de los impactantes acontecimientos ocurridos en la season finale de la anterior temporada. El episodio, además de resolver de manera algo precipitada todos los cliffhangers que dejó la tercera, nos obsequia a los fans con Clark volando por primera vez, (aunque no nos acostumbremos, estaba poseído por Jor-El) y también con la aparición de una joven Lois Lane, como prima de Chloe.



El personaje de Lois Lane es uno de los pocos aciertos de esta algo perdida cuarta temporada. No me entendáis mal, la serie sigue siendo un magnífico entretenimiento, pero al igual que ya se vislumbraba en la tercera temporada, los guionistas han perdido un poco el norte.

Varios pueden ser los factores que han provocado esto: Lo primero, que sus creadores Miles Millar y Alfred Gough, están completamente desaparecidos y no firman ningún episodio. Lo segundo, la inesperada y triste muerte de Christopher Reeve muy seguramente hizo que la trama kriptoniana hubiera que improvisarla sobre la marcha.



La improvisación es bizarra a más no poder. La premisa de la temporada es la búsqueda de tres piedras de poder kriptonianas, ansiadas por Lex Luthor y su padre y que Jor-El le dice a Clark que debe encontrar y juntar, ya que en manos humanas serían muy peligrosas. Lo que en principio es una interesante premisa, queda diluido a lo largo de la trama, con un desarrollo bastante pobre, solucionado en el magistral capítulo final. En ningún momento a lo largo de la temporada vemos a Clark preocupado por ese problema y no se entiende bien en que momento se convierten en algo tan fundamental para Lex Luthor.



Lex Luthor y su padre son otro de los grandes problemas de la temporada. Aunque todos sabemos que Lex y Clark se convertirán en enemigos acérrimos, me interesó en Smallville como se desarrollaría esa amistad convertida en enemistad. En esta temporada vemos a un Lex diluído en la primera mitad de la serie, para luego darle un protagonismo extremo y hacerle caer al lado oscuro, sin una razón de peso que por lo menos para mí sea del todo convincente. Lo mismo le pasa a Lionel, que pasa de ser el mal personificado (posee el cuerpo de Clark en uno de los mejores episodios de la temporada y tras revertir el proceso, es curado milagrosamente del cáncer que tenía) a magnate con corazón, a de nuevo malvado de opereta. Es posible que sean los personajes peor tratados en esta temporada. No es que los actores lo hagan mal, es que las motivaciones de los mismos no son del todo creíbles y sus cambios precipitados y en algunos casos, fuera de tono.



Pero lo peor es la sub-trama medieval-brujeril, centrada en Lana y su periplo en París, haciendo que Lana sea poseída por el espíritu de una bruja¿? que usa una de las piedras kriptonianas. A su alrededor, un novio que se sacan de la manga en su viaje a París, que pasa de ser el entrenador del equipo de futbol de Smallville, a héroe de acción, para luego acabar su existencia como psycho-killer al uso. Todo esto junto a su madre, la nueva villana de la función, obsesionada nadie sabe bien porqué y cómo, con las piedras kriptonianas. Aunque hay que decir, que algunos episodios relacionados con este tema son muy entretenidos (la fiesta en casa de Clark, con Lana, Chloe y Lois convertidas en las Brujas de Eastwick) y otros delirantemente divertidos sin quererlo (la misión en China es para ver y no creer).



Pero con todos estos defectos, Smallville es muy divertida de ver. Hace mucho el cariño a los personajes, aunque muchos de ellos ya rocen la caricatura (las lecciones de vida de Jonathan Kent, las pedanterías de Lionel y Lex, los mohines de Lana). Es de agradecer la fresca presencia de Lois Lane y detalles como la aparición de Flash (genial el guiño a todos los Flash existentes), Mr. Mxyzptlk, Krypto, el regreso de Alicia Baker o el episodio del desdoblamiento de Lex, donde vemos por primera vez su verdadero rostro, homenaje a la etapa de Byrne aparte. Por supuesto sin obviar sus magníficas season premiere y sobre todo su season finale, posiblemente la mejor y más espectacular hasta la fecha.

Esta cuarta temporada nos deja una extraña sensación, tocando el cielo y el infierno un episodio si y otro no, pero se redime con su episodio final, con la segunda lluvia de meteoritos en Smallville, el paso al lado oscuro de Lex, la posible llegada de Kriptonianos y la promesa de La Fortaleza de la Soledad. Creo y espero que la quinta temporada volverá a recuperar el nivel algo perdido de las dos últimas temporadas.

27 de septiembre de 2010

10 estrenos para finales de 2010. Nueva entrada en Suite 101


Os dejo el enlace a mi nueva entrada para la web Suite 101: pinchando aquí.


Absolute DC The New Frontier de Darwyn Cooke. Clásicos del Cómic



Aunque su fecha de publicación es muy reciente (la miniserie original de 6 números apareció a lo largo del año 2004) , no es precipitado catalogar esta obra del genial Darwyn Cooke de obra maestra y clásico atemporal del cómic de todos los tiempos. Más aún, tras leerlo de nuevo de manera continuada, en la fantabulosa edición Absolute que DC Comics publicó en el año 2006, de magnífico diseño y presentación, cargada de extras (desde páginas originales, a un análisis detallado casi página por página de curiosidades de la obra por el propio Cooke) y 11 páginas inéditas que no incluyó en la edición original.



Cooke proviene de la animación, (fue colaborador de Bruce Timm en la clásica y también atemporal serie de animación de Batman de los años 90) y su estilo está influenciado por el animador Max Fleischer (autor de la serie de animación de Superman de los años 40), así como de Alex Toth o el gran Jack Kirby. Al igual que Timm, es un enamorado del pasado y de la manera de hacer y pensar de las obras de los años 40 y 50.



Por lo que The New Frontier es un proyecto ambicioso, donde Cooke narra de manera unificada, relacionando todo el material publicado por DC Comics desde finales de la Golden Age a los albores de la Silver Age, con la historia reciente americana (el final de la II Guerra Mundial, el miedo extraterrestre, el McCarthysmo, la guerra fría, la carrera espacial y el racismo en la sociedad americana de los años 50), narrando de manera coherente y compleja los orígenes del cómic moderno americano.



Toda la obra es un homenaje al trabajo de Joe Kubert, Carmine Infantino, Jack Kirby. Cooke unifica todos los géneros publicados por DC Comics (bélico, ciencia ficción, superhéroes, fantástico) en una sola historia, con múltiples personajes y múltiples puntos de vista, sin que la historia se resienta, se desvirtúe o se pierda. Al contrario. Lo que consigue es que el cómic se enriquezca gracias a los distintos puntos de vista de la historia, convirtiéndose en una oda a una manera de ver la vida y de contar historias que se ha perdido en la narrativa actual, devolviendo a los cómics ese "sense of wonder" perdido en una sociedad contemporánea cínica y pesimista, necesitada de héroes o individuos reales a los que admirar.



No es casual (y así lo indica Darwyn Cooke en los extras de la edición Absolute) que el título del cómic sea "The New Frontier", relacionándolo con el discurso de Kennedy donde hablaba de la "Nueva Frontera" que tenía que alcanzar la sociedad americana, los nuevos retos y obstáculos de la sociedad contemporánea, algo que los cómics de los años 50 tuvieron que enfrentarse debido a la caza de brujas a la que fueron sometidos por el psicólogo Fredric Wertham y que los llevó a defenderse y salir fortalecidos en la explosión de creatividad que fueron los años 60 para la industria del cómic.



Darwyn Cooke homenajea y maravilla al lector en cada página de su obra, siendo cada una de ellas una obra de arte por si sola. Si hubiera que poner un defecto a este cómic, sería su dibujo, ya que es tal el nivel del mismo, que distrae la lectura del mismo, ya que cada viñeta te deja con la boca abierta. Los ejemplos que pongo en la entrada no le hacen justicia. El cómic es un verdadero "quién es quién" de la historia de DC Comics. Aunque sus protagonistas son sobre todo King Faraday, Barry Allen, Hal Jordan, John Jones y personajes oscuros y olvidados como The Challengers of the Unknown y The Losers, también hay sitio para Superman, Wonder Woman (el mejor ejemplo que pone Cooke para entender las tensiones políticas y sociales de los años 50 en América), Batman (tanto su encarnación original oscura y siniestra de los años 40 hasta su versión más light de los 50, con explicación de por medio) Aquaman, Adam Strange, los Blackhawks y así hasta el infinito, todos ellos maravillosamente caracterizados y dibujados, como si hubieran sido creados para ponerlos a disposición de Cooke.



Obra pensada para todos aquellos que seguimos pensando que el cómic es el mejor medio para soñar, para los que creemos que la fantasía y el "sentido de la maravilla" pueden ir de la mano de una historia adulta y moderna y sobre todo que deberían leer y aprender los editores de cómics actuales, para que volvieran a entregar a sus lectores un tipo de cómic como este, que ya no se estila, pero que todos añoramos. La modernidad desde el respeto hacia los clásicos. Pocos autores lo entienden y por eso doy gracias de que existan autores como Darwyn Cooke.

25 de septiembre de 2010

Fringe 3º temporada y Undercovers: El regreso de J.J. Abrams. Series de televisión


El creador de ficción televisiva más exitoso de la televisión actual, vuelve a la pequeña pantalla, con el regreso de la tercera temporada de la serie de culto "Fringe" y con el estreno de su nueva serie para la NBC, "Undercovers".

El episodio piloto de la tercera temporada de "Fringe", comienza justo después de los acontecimientos de la trepidante season finale de la temporada pasada. En el episodio titulado escuetamente "Olivia", averiguamos que le ocurre a nuestra protagonista tras quedarse atrapada en la tierra alternativa de la que procede. Episodio emocionante y vertiginoso, demuestra como "Fringe" abandona cada vez más su carácter episódico, para adentrarse de lleno en la trama principal del serial, algo que los fans de la serie agradecemos. Este episodio piloto demuestra que "Fringe" es la verdadera sucesora de "Lost" para los fans de la ciencia ficción y este capítulo es un buen ejemplo de la calidad que seguramente, atesorará esta tercera temporada.


Pero J.J. Abrams es un autor inquieto, que no es capaz de tener solo una serie en el mercado. Su nueva propuesta es "Undercovers", una comedia de acción ligera, centrado de nuevo en el mundo del espionaje,  donde Abrams quiere recuperar el estilo de su serie "Alias". Visto el episodio piloto, dirigido por el propio Abrams, he de decir que nos encontramos con su peor piloto hasta la fecha, muy por debajo de los excelentes pilotos de "Alias" y "Lost" e incluso de la en un principio irregular "Fringe". Se nota que Abrams quiere llegar con esta serie al mayor número de público, con la historia de un matrimonio de ex-espias, que después de cinco años vuelven a su antiguo trabajo. Vergonzosa la imagen que da la serie de Madrid, París y Moscú, llena de estereotipos y lugares comunes, reflejando una Europa que para los yankis parece que no ha superado el siglo XVIII. Quitando esto, nos encontramos con una historia entretenida, pero intrascendente, pero a la que daré una oportunidad, ya que Fringe comenzó de manera irregular, para poco a poco, convertirse en una de las más originales e interesantes propuestas televisivas.

24 de septiembre de 2010

22 de septiembre de 2010

Joss Whedon: The Genius Behind Buffy de Candace Havens. Libros de cine.


Aunque con siete años de retraso, me ha parecido interesante reseñar un libro dedicado a la figura de Joss Whedon, uno de los nombres clave para entender las producciones audiovisuales de finales del siglo XX y principios del XXI, sobre todo, aquello relacionado con los fenómenos de culto y las producciones de género fantástico.



Whedon es un autor inclasificable, fan absoluto del cine y los cómics, de la literatura fantástica y de ciencia ficción, es el auténtico "fan-boy" que ha puesto una pica en Hollywood. Autor con una gran base de fans, adoradores de todo aquello que sale de su factoría (entre los que me incluyo) es sobre todo famoso por su mejor obra hasta la fecha, la serie "Buffy".



En esta serie es en lo que se centra sobre todo el libro a comentar, lógico ya que es la obra de Whedon que más años ha dedicado en toda su carrera y aquella que le ha dado más fama y reconocimiento. Pero el libro no olvida narrarnos sus difíciles comienzos (el horrendo largometraje del que surgió Buffy, sus trabajos de reescritura para películas tan famosas como Speed, Twister o Toy Story y su guión para Alien Resurrection, de la que Whedon prefiere olvidarse).



Tras esto, el libro ocupa su mayor parte, en contarnos el desarrollo y recibimiento, con entrevistas y comentarios tanto de Whedon como del reparto, que se queda corto, ya que el libro apareció antes de que finalizara la séptima y última temporada de Buffy, aunque el libro se reserva para su parte final, una entrevista exclusiva a Whedon acerca de la séptima temporada). El resto del libro se dedica a hablar de su genial pero cancelada Firefly, del spin-off de Buffy, Angel y de otros proyectos de Whedon que se han quedado en el tintero, además de complementar el libro con capítulos dedicados a la personalidad de Whedon, sus dotes y trucos como guionista y opiniones personales de su equipo habitual de trabajo.



Como he dicho al principio de la reseña, al ser el libro de 2003, quedan fuera del libro proyectos posteriores de Whedon como la película "Serenity" (final para su cancelada Firefly) la genial miniserie web musical "Dr. Horrible", la fallida y cancelada "Dollhouse" o su nuevo proyecto, que le llevará a lo más alto de Hollywood, la esperada adaptación del supergrupo de Marvel por excelencia a la gran pantalla "The Avengers". Pero el libro merece la pena para todos sus seguidores, más si lo compras en la emblemática tienda de cómics inglesa "Forbidden Planet" o a través de su página web, ya que lo tienen de saldo por unas miserables dos libras (2,40 euros al cambio). 

20 de septiembre de 2010

Boardwalk Empire: La nueva maravilla de la HBO. Series de Televisión.


Extasiado me he quedado tras ver el episodio piloto de 100 minutos de duración, de la nueva serie de la HBO, que aúna los talentos de Terrence Winter (con David Chase, el artífice de Los Soprano) y el gran Martin Scorsese, que dirige además este episodio piloto con su maestría habitual.



La temática de la obra no puede ser mejor para ambos autores, ya que nos narra la historia de la "ley seca" en la América de los años 20, centrada en Atlantic City, aunque lo ocurrido en Chicago y New York tendrá relevancia.



La historia se centra en tres personajes centrales, protagonizados los tres por grandísimos actores: en primer lugar, el personaje de "Nucky" Thompson, interpretado por Steve Buscemi, mitad político, mitad gangster, que demuestra la hipocresía latente en nuestras figuras públicas y que puede extrapolarse a la guerra actual contra las drogas. Los otros dos personajes en los que se centra la historia son James Darmody, interpretado por el oscuro Michael Pitt (Funny Games), realmente el protagonista de la historia, un ex-combatiente de la 1º guerra mundial que trabaja para "Nucky" y Michael Shannon (Revolutionary Road) que aunque tiene una pequeña participación en el piloto, demuestra con su gran presencia, que dará momentos memorables en la serie.



Y que decir de la dirección de Scorsese. Una serie que parece que estamos viendo una gran producción de Hollywood como las de antes, una mezcla perfecta de El Padrino, Uno de los Nuestros, con una gran historia, unos personajes más que interesantes y complejos, unos diálogos perfectos y escenas que quedan enmarcadas entre lo mejor de la filmografía de Scorsese y un montaje que recuerda a los mejores trabajos del director italo-americano. Esto es realmente lo que Scorsese intentó en su fallida pero a veces brillante, Gangs of New York. Un fresco sobre la historia de la delincuencia tratada de manera global, pero que solo puede ser narrado de manera correcta en el formato serial, ya que como demostró Gangs of New York, el formato cine se queda corto para lo que se quería contar.



Técnicamente irreprochable, donde cada detalle de la época está tratado con mimo, donde la puesta en escena es apoteósica. Una serie que recuerda al espectador los días de oro de Hollywood, donde calidad y comercialidad iban de la mano, pudiendo hacer un producto de altísima calidad dirigido al gran público. HBO se define como una televisión de calidad para un público adulto. No siempre es así y tenemos como claro ejemplo True Blood. Otras veces si que lo ha sido (Los Soprano, A Dos Metros Bajo Tierra). Boardwalk Empire pertenece a este último grupo.

Smallville Temporada 3. Series de Televisión.


La tercera temporada de Smallville comienza en el mismo punto donde nos dejó su magnífica season finale de la temporada anterior. Clark se pone el anillo de kriptonita roja y pierde el norte abandonando Smallville para vivir en Metrópolis. El tono más inocente de las dos primeras temporadas da paso a un tono más sucio y oscuro, casi depresivo, sobre todo en la primera mitad de la temporada.



En esos 12 primeros episodios, vemos como Clark debe enfrentarse a sus demonios internos, a afrontar las decisiones que toma, la gran mayoría erróneas y a descubrir que el mundo es un lugar más sórdido y peligroso de lo que él creía. Por otra parte, en una trama que no se desarrolla todo lo bien que debería, Lex Luthor acaba en una isla desierta tras su accidentada luna de miel y breve matrimonio, para desarrollar una personalidad esquizoide, acabando en un hospital psiquiátrico con terapia de electroshock de por medio, regalo de su querido padre Lionel.



El problema de esta temporada es que al contrario de la excelente segunda temporada, las tramas aunque interesantes y prometedoras en un principio, parece que están improvisadas, que se van desarrollando sobre la marcha (como ejemplo, el personaje de Ian Somerhalder, Boone en Lost, que parece que al irse de la serie para acabar en Lost, pasa de posible pareja de Lana para crear un triángulo entre él, Lana y Clark, a supervillano creado por Lionel de la noche a la mañana). 



Además de estas decisiones, a la vista precipitadas, no vemos a lo largo de este año de la serie, un desarrollo de la mitología kriptoniana como en la temporada anterior. Parece que sus creadores, debido al éxito del serial, no sepan cuando la van a terminar y nos presentan tramas y tramas no del todo trascendentes, dejando de lado lo que realmente importa, los orígenes de Clark.



Pero esta irregular temporada se arregla en sus últimos seis episodios, donde vuelve el Smallville de sus dos primeros años. Vuelve la mitología, los misterios, la intriga y el interés. Y como colofón, una season finale que quita la respiración, con la llegada de una supuesta kriptoniana, el encarcelamiento de Lionel y sus terribles consecuencias y la desaparición de Clark hacia ¿Kripton? Final que te deja con ganas de coger el primer disco de la cuarta temporada y comenzar a devorarlo.

18 de septiembre de 2010

A.I. Artificial Intelligence from Stanley Kubrick to Steven Spielberg: The Vision Behind The Film. Libro de arte.


Fascinante libro de arte de gran tamaño (41.8 x 29.4 x 2.2 cm) en formato apaisado que es un verdadero lujo para la vista y para todos aquellos que sean fans de una de las mejores y peor recibidas obras del maestro Steven Spielberg, Inteligencia Artificial, una incomprendida pero subyugadora obra de ciencia ficción que fue despreciada, ninguneada e incomprendida tanto por la crítica como por el público en el momento de su estreno en el año 2001.



Este libro de arte, de reciente publicación, ya que data del año 2009, es un exhaustivo repaso al proceso creativo alrededor del largometraje, desde que lo inició Kubrick allá por los años 80, hasta que contacto con Spielberg para proponérselo y como tras la muerte del genio Kubrick, Spielberg la realizó, donde en un acto de humildad, el rey midas de Hollywood siguió paso a paso todos los apuntes que le dejó Kubrick.



El libro se centra sobre todo en las ilustraciones y diseños conceptuales realizados por Chris Baker, donde cada uno de ellos son una obra de arte a enmarcar, realzados por una edición de lujo (tamaño king-size, papel de alto gramaje, formato apaisado, cartoné y sobrecubierta).



Observar las ilustraciones de Baker ya valdría por si solo el precio del libro, pero es que además el libro se complementa con un análisis del proceso creativo del largometraje desde etapas muy tempranas del proyecto hasta su rodaje, que cubre todo lo que necesitas saber sobre el filme, casi como si el lector hubiera sido testigo y partícipe del proceso creativo.



Joyas que atesoran este libro de arte son muchas y muy variadas: desde las ilustraciones conceptuales de Baker (destacar el desplegable central con el diseño de Rouge City), al relato original completo de Brian Aldiss en el que se basa el filme, con las anotaciones originales del autor para Kubrick en etapas muy tempranas del proceso creativo, a hojas del cuaderno del propio Kubrick casi ilegibles pero que son un tesoro del cine.

El mejor libro de arte que he podido tener en mis 35 años de vida y tengo muchos y muy buenos. Una verdadera joya que ningún fan del cine y por supuesto de Spielberg, Kubrick y AI pueden permitirse obviar. Imprescindible.

16 de septiembre de 2010

True Blood Season 3: Valoración Global. Series de Televisión.


Aunque comencé esta temporada a comentar semana a semana los episodios de este serial de la HBO, pensé que sería mejor valorarla globalmente porque cada episodio unitario no daba ni para una reseña. El arranque de temporada parecía prometedor y que haría olvidar la lánguida segunda temporada y el absurdo final de la primera, pero nada más lejos de la realidad. La serie vuelve a incurrir en los mismos defectos que lleva arrastrando desde que comenzó la segunda temporada.



Los defectos son muchos y muy grandes. Para empezar su protagonista femenina, protagonizada por la insufrible muñeca chochona de Anna Paquin (con lo bien que me caía de Pícara en los X-Men), que consigue hacer odioso a su personaje, con sus caritas, sus mohines y sus escasas dotes interpretativas. Pero sobre todo el gran defecto de esta serie es, un excelente punto de partida y unas cuantas ideas interesantes y originales, pero que se quedan en agua de borrajas a los tres episodios de empezar la temporada.



En esta temporada tenemos nuevo villano, el excelente Russel Edginton, y una nueva especie de seres sobrenaturales, los hombres lobo. Pero todo esto, se queda en nada, ya que la historia no avanza al ritmo que debería y para cuando lo hace, lo hace de manera tosca, burda y precipitada, como en la season finale, que parece más un episodio más de mitad de temporada que la apoteósica final que toda serie debe tener para engancharte al año siguiente.



Pero lo peor es, que los tres o cuatro personajes interesantes (Edginton, Eric, la reina de los vampiros y el magistrado) y sus tramas y subtramas, no tienen el protagonismo que deberían, ahogados y ensombrecidos por un elenco de personajes y situaciones que pretenden emular al mejor Lynch de Twin Peaks, con sus personajes estrambóticos y sus surrealistas pero clásicas y entrañables situaciones, sin conseguirlo en ningún momento, haciendo de lo especial algo exagerado, forzado e irreal. Como ejemplo en esta temporada tenemos varios ejemplos: la aburridísima subtrama de Sam conociendo a su verdadera familia, auténtica "white trash" americana, el embarazo de la camarera pelirroja (de la que no me acuerdo ni de su nombre) y su absurda creencia de que su bebé por nacer está poseído por el espíritu maligno de su ex-marido (de coña) o la aburridísima Tara y su perra con la muerte de su ex-novio "Eggs" (vaya nombrecito).



Por supuesto, la serie tiene una factura técnica impecable y alguna escena e idea curiosa que por lo menos te hace sonreír, pero lo que la cadena (HBO), su creador Alan Ball (A Dos Metros Bajo Tierra) y la temática que trata, prometía una serie revolucionaria y excelente, se queda en un quiero y no puedo que intermitentemente entretiene pero que se olvida tan rápido como se consume. Un desastre con algún toque de ingenio. Totalmente prescindible.

15 de septiembre de 2010

Mulholland Drive de David Lynch. Obras Maestras.



Mulholland Drive de David Lynch (2001).

Hablar de David Lynch es hablar del mejor director de la escena contemporánea y de uno de los mejores directores de la historia del cine, al menos para el que suscribe. Y Mulholland Drive es su mejor película, ex-aequo con esa otra obra maestra que es Lost Highway, las cuales componen una trilogía de la mente que se completa con la extraña y excesiva, pero apasionante Inland Empire, su última obra hasta la fecha.


Aunque ya hablé de ella de manera somera, en mi entrada sobre lo mejor de la última década, aprovecho su reciente visionado gracias a la edición en Blu-Ray que acaba de publicarse en Inglaterra (por cierto, excelente edición, con un master en HD impresionante y nuevos extras para la ocasión más que buenos, envueltos en una presentación de lujo) para hablar más en detalle de esta maravilla del séptimo arte.


Mucho se ha dicho y escrito acerca de esta obra, (que en sus inicios iba a ser el piloto de una nueva serie de televisión y que tras su cancelación, reconvirtió Lynch en película) y mucho se ha hablado también sin conocimiento de causa, sobre la estúpida idea de que el cine de Lynch no tiene ni pies ni cabeza y que se va inventando las cosas como le van surgiendo. Nada más alejado de la realidad.


El cine de Lynch no es un cine al uso. Exige del espectador una implicación que la gran mayoría de los espectadores no están dispuestos a aceptar. El cine de Lynch es un cine de los sentidos, es un laberinto en el que el espectador se sumerge y del que sale mucho después de abandonar su visionado e incluso del que nunca se vuelve a salir.


El gran problema para los espectadores del filme, es su media hora final, media hora donde Lynch, como el maestro prestidigitador que es, da un vuelco completo a aquello que nos está contando, descolocando al espectador. Pero no es un vuelco porque sí, la solución no es la que mucha gente dice: "es todo un sueño". Sí y no, pero también todo lo contrario.


Imprescindible para comprender el cine de Lynch, es la obsesión del mismo con la figura del doble, las personalidades escindidas. Lo encontramos a lo largo de toda su obra. En "Blue Velvet", en las dos caras de ese pueblo llamado Lumberton, lugar idílico que se torna oscuro en el momento que rascamos un poco la superficie, mostrándonos un lugar sórdido y decadente poblado de seres extraños y decadentes, o el propio protagonista de la historia, un joven Jeffrey apocado y honesto (interpretado por el antiguo actor fetiche de Lynch, Kyle McLachlan) que también se deja seducir por el lado oscuro de la vida, mostrándonos otra faceta de su persona. O la dualidad latente en Twin Peaks, tanto la serie como el filme, donde la figura del doppelganger se hace físicamente manifiesta con ese ser llamado Bob, o las dobles vidas de la apacible localidad ficticia. Pero sobre todo, donde más se muestra esa dualidad, esa escisión, es en la magistral "Lost Highway", donde toda la película es la dualidad. La película se divide en dos partes claramente diferenciadas, los personajes se doblan y duplican, teniendo dos de cada uno y por supuesto, la sombra de Vértigo, la obra maestra de Alfred Hithcock, es alargada.


Y Mulholland Drive tiene mucho de esta Carretera Perdida. Para empezar tenemos dos mujeres, Betty y Rita, una rubia y otra morena. La primera, interpretada magistralmente por el mayor descubrimiento femenino de la última década, Naomi Watts, es una aspirante a actriz, inocente y naive que viene con toda la ilusión del mundo a comerse Hollywood. La otra, Rita (Laura Helena Harring) es una mujer amnésica tras sobrevivir a un accidente de tráfico en Mulholland Drive, tras un intento de asesinato. El largometraje también se divide en dos de manera abrupta, tras la sobrecogedora y fascinante escena del Club Silencio (una de las mejores escenas de la filmografía de Lynch que quita el hipo, planificada y compuesta de manera brillante) la luminosidad y belleza de la más de primera hora y media de película se convierte en una película completamente diferente pero complementaria a lo acontecido con anterioridad, pasando de la luz a la oscuridad, de lo bello a lo bellamente feísta ( cada plano en el apartamento de Diane/Betty parece sacado de un cuadro de Edward Hopper), de las escenas sosegadas y con un montaje clásico y pausado a una media hora final estridente, de montaje abrupto y cortes en el espacio/tiempo fascinantes.


Esa última media hora del largometraje es lo que ha provocado tanta polémica, provocando en la gran mayoría de los espectadores una sensación de extrañeza, incomprensión e incluso de tomadura de pelo. Nada más lejos de la realidad. Ni es incomprensible, solo es necesario estar atento y de ninguna de las maneras es una tomadura de pelo. La película está pensada y bien estructurada, donde cada escena, cada mirada, cada frase de diálogo está colocado con una razón y un propósito, no dejando nada al azar o a la casualidad, algo que el propio Lynch fomenta con su hermetismo habitual a la hora de hablar de sus largometrajes.


La película se podría intentar concretar de manera bastante simple: Una actriz (Diane/Naomi Watts) de mala muerte, no consigue triunfar en el Hollywood de sus sueños y para rematar, tiene la mala suerte de enamorarse de otra actriz (Camille/Laura Helena Harring) que consigue triunfar gracias a sus contactos con la mafia y que se casa con un director vendido (Adam Kesher/Justin Theroux) abandonándola y dejándola con el corazón roto. Diane, despechada y enloquecida contrata los servicios de un asesino para que acabe con ella. Desolada por lo que ha hecho y con la mafia en sus talones se suicida. Pero antes de suicidarse sueña una vida idílica (la primera hora y media del filme) donde ella se llama Betty y tiene una vida idílica donde todo le sale bien (vive en una buena casa, los directores de casting la llaman y la aplauden) y además conoce a una mujer amnésica (Rita/Laura Helena Harring) que se enamora perdidamente de ella.


Pero esto sería quedarse solo con la superficie de tan magistral largometraje. Porque no podemos decir tajantemente, como muchos cronistas y críticos sesudos han afirmado, que la primera hora y media del filme es un sueño y la media hora larga restante es la realidad. Esta es una visión muy pobre y simplista de la profunda y compleja obra maestra que Lynch planta ante nuestros incrédulos ojos.


Por supuesto que en la primera hora y media del filme, todas las escenas que comparten Naomi Watts y Laura Helena Harring en sus respectivos personajes de Betty y Rita son la proyección de los deseos del personaje de Diane (Naomi Watts) de una vida mejor. Pero poco a poco, la realidad se va abriendo paso, primero de manera gradual, como en la escena del casting de actrices donde Adam Kesher vende su alma, y cruza miradas con el personaje de Naomi Watts y ambos se miran aterrorizados, hasta el desolador descubrimiento del cadáver de Diane (la auténtica Naomi Watts), auténtico punto de inflexión del filme que lo remata la anteriormente comentada escena en el Club Silencio, donde los personajes descubren al igual que el espectador, que todo lo que han visto es una ensoñación, una farsa.


Pero dentro de esta primera hora y media también hay una gran cantidad de escenas que pertenecen a la "realidad" y son todas aquellas en las que no aparecen los personajes de Betty y Rita. Son todas aquellas protagonizadas por el director Adam Kesher, el rodaje de su película y los mafiosos y matones que pululan a su alrededor y a los que tiene que doblegarse y venderse si quiere triunfar en Hollywood. Desolador el retrato de Hollywood como el lugar de los sueños rotos, donde la aparente luminosidad de LA, queda teñida por la oscuridad de una depravada industria del espectáculo, donde Lynch con su magistral humor negro no deja títere con cabeza, vengándose seguramente de un sistema de estudios que él detesta y que son la antítesis de su obra y su estilo único de realizar películas.


Por lo que al final Lynch obliga al espectador, como si de un laberinto o un juego se tratase, a recomponer las piezas de su hermosa pesadilla y que cada uno elija que es real y que no, que escenas se complementan y cuales se contradicen para recomponer en el fondo una historia cuyo tema de fondo es el amor obsesivo y las terroríficas consecuencias del mismo. 


Leído esto, parece que hay que hacer un master para disfrutar de esta obra como se merece. Pero nada más alejado de la realidad. Lynch consigue hacer fácil lo difícil, realizando una obra que aun siendo de las más personales de su filmografía (¿y cuál no lo es?) es con Twin Peaks la de mayor accesibilidad para aquellas personas ajenas al fascinante y único universo de Lynch y con el que a lo mejor se atreven y arriesgan entrar en el resto de su filmografía.


Porque Mulholland Drive, al igual que lo fue Twin Peaks y en general todas las obras de la filmografía de Lynch, es una obra multigenérica, es decir, no se puede englobar en un solo género cinematográfico. Es un drama (la historia de amor), es una comedia (la escena del director en su casa con la mujer y su amante, o la reunión con los productores de la película), es una película de terror (el fascinante encuentro de Betty con su otro yo, Diane, muerto en la cama, el Club Silencio, la aterradora y espeluznante escena final entre Diane y la proyección de sus abuelos, que en su mente son los culpables de todos sus males, ya que la inscribieron de pequeña en el concurso de Jitterburg). Todo esto, esta mescolanza de géneros, hacen de Mulholland Drive una obra única y excepcional. 


Podría estar horas y horas hablando de los mil y un detalles que tiene cada escena, cada plano, cada línea de diálogo, cada mirada o gesto de todos y cada uno de los personajes de esta obra, interpretados todos ellos por un elenco de actores en estado de gracia (sobre todo Naomi Watts con dos personajes completamente diferentes, pero extrañamente complementarios, donde la actriz da rienda suelta a todas sus habilidades dramáticas) o de las escenas paralelas, antagónicas y contrapuestas que el filme va diseminando por su extenso metraje que se hace corto. Solo decir para finalizar, que nos encontramos con una de las mejores películas de la historia del cine y que recomiendo a toda persona que quiera ver algo diferente y excepcional.
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