30 de octubre de 2016

Noche Oscura: Una Historia Verídica de Batman de Paul Dini y Eduardo Risso. Una autobiografía tan valiente como diferente


Hace ya más de 10 años aproximadamente, tuve la suerte de leer "Es un Pájaro" la obra de Steve Seagle y Teddy Kristiansen, donde la pareja de autores se planteaban a lo largo de 100 páginas qué es Superman, no como personaje, sino como icono, modelo a seguir y su influencia en nuestra sociedad.


Diez años más tarde, Paul Dini nos plantea también un tebeo sobre Batman, donde la figura del Hombre Murciélago y su cohorte de villanos sirven para explicar quiénes somos y qué dicen de nosotros, siendo personajes, al igual que Superman que han sido absorbidos por la cultura contemporánea. Lo hace a través de un suceso doloroso, la brutal paliza que el autor sufrió en el año 93 en Los Ángeles, que yo desconocía y que aquí queda plasmada en toda su violencia descarnada.


Y tan descarnado como el ataque es la manera en la que Dini se desnuda a ojos del lector, donde el autor nos muestra su alma y los lugares más recónditos de su mente, siendo el brutal ataque el momento catártico que le sirve a Dini para valorar su vida, su manera de enfrentarse a la misma y las incongruencias que todos llevamos dentro.



La obra  comienza  como una autobiografía al uso, narrando su infancia, su inadaptación infantil y sus sueños e ilusiones, saltando en el tiempo a la época que comenzó como guionista y productor de series de animación, en especial su memorable Batman The Animated Series, para centrarse en el ataque y las consecuencias del mismo.



A partir de ahí, el autor se enfrenta a si mismo, representado en los personajes del universo del murciélago, sirviendo al autor, la obra y el lector, como espejo en el que mirarse y dándoles una nueva vuelta de tuerca a tan icónicos personajes , devolviéndoles ese aura mítica que el uso excesivo de los mismos a lo largo de más de 75 años había desgastado.



Le acompaña en esta obra como autor gráfico Eduardo Risso, conocido por todos por su entente junto a Brian Azzarello en 100 Balas. Aquí Risso se lanza a ilustrar y aportar la paleta de color a un tebeo donde el argentino, sin perder su particular y excelente estilo demuestra su versatilidad pasando de lo naif a su claroscuro noir marca de la casa sin pestañear.



En definitiva, una obra inmensa, valiente y atrevida, muy diferente a lo que estamos acostumbrados, donde el lector se puede mirar en los ojos de Dini, en una historia tremendamente humana, que no evita los lugares incómodos y que además sirve como tributo a un personaje y un universo que a veces se nos olvida su grandeza. Poco más puedo decir de una obra que solo puede considerarse una Obra Maestra.

28 de octubre de 2016

Doctor Extraño de Jason Aaron y Chris Bachalo: La sofisticación del Sandman de Gaiman con el dinamismo del mejor tebeo Marvel






















Jason Aaron es uno de los valores seguros de la Marvel de los últimos tiempos. Su trabajo en series como Thor o Lobezno y los X-Men, demuestra que aunar sofisticación y diversión en personajes con muchos años de historia y conseguir que parezcan nuevos y frescos, no está al alcance de todo el mundo. Si, fue el responsable de Pecado Original, pero un fallo lo tiene cualquiera.



Si a eso le sumamos el encargo de traer a la primera línea de la editorial a un personaje de culto pero que no ha tenido la suerte de contar con el apoyo de los lectores de manera masiva y con un potencial infinito tenemos un diamante bruto entre manos. Y eso ha conseguido Jason Aaron con el Doctor Extraño.



Creado por Steve Ditko y Stan Lee a principios de la edad de oro de Marvel y con breves etapas de culto pero poco conocidas por la mayoría de los aficionados como la época de Stern, Rogers y Smith, el personaje es un verdadero icono de la editorial pero que aparte de su reconocible mansión en pleno Greenwich Village neoyorkino y su poderosa indumentaria, la editorial y los lectores le han dado la espalda de manera regular, destacando únicamente en los últimos tiempos la miniserie El Juramento por el equipo de lujo formado por Brian K. Vaughan y Marcos Martín.



Han sido Bendis y Hickman y las etapas más actuales de Los Vengadores, donde ambos autores han cambiado el status quo marveliano en el último siglo, donde Stephen Strange se ha convertido en uno de los ejes fundamentales de la historia reciente del universo 616, ya sea en las series anteriormente mencionadas, como en el último gran evento editorial, Secret Wars.



Y ha sido el final de esta serie y la enésima reestructuración de la editorial lo que ha servido para que Marvel se atreva a darles series regulares a personajes menos reconocibles, pero que por supuesto se cierne adaptación cinematográfica. Y la editorial se lo ha dado a un equipo que entrega quizás el mejor tebeo en conjunto que edita La Casa de las Ideas junto a La Visión de Tom King.



Aaron arranca su etapa con un preludio en cinco partes que además de ir avanzando su gran saga para la colección, "Los Últimos días de la Magia", sirve también para presentar un universo desconocido para una gran parte de la afición, pero sin recontar su origen, sino actualizándole para una nueva generación, respetando a los lectores veteranos y presentando y creando nuevos elementos que enriquecen al personaje y al entorno mágico de la editorial, al estilo de lo que hicieron Alan Moore y Neil Gaiman en La Cosa del Pantano y Sandman respectivamente.



Aaron humaniza a un personaje demasiado estirado en sus anteriores encarnaciones, haciéndole, falible, presentando a un héroe caído, ampliando la importancia de Wong, algo más que un criado y presentando a una encantadora co-protagonista, los ojos del lector en el extraño mundo del Doctor Extraño y que no desentonaría en el Sandman de Gaiman, llamada Zelma Stanton.



Aaron no podría arrancar su etapa al frente de la serie sin un villano de altura. Y aunque la premisa sea demasiado parecida a lo que presentó en su arranque al frente de Thor, se le perdona por su reversión del origen de Superman en la figura del villano, la inteligencia de sus giros argumentales, sus chispeantes e ingeniosos diálogos y detalles tan fascinantes y originales como El Bar sin Puertas en el centro de Nueva York, Los Defensores Secretos afincados en el Himalaya o la escabrosa dieta del querido Doctor.



Si a eso le sumas un compañero artístico tan bien elegido como Chris Bachalo, que homenajea y lleva más allá los conceptos plásticos del maestro Ditko, dándole un tono muy especial y diferente a la colección, tenemos una de las compras seguras de la editorial. Un tebeo que puedes leer sin saber nada del personaje, que amplia la experiencia si ya has leído aventuras suyas, que está integrado en el universo Marvel, pero no es esclavo de los mil y un eventos de la editorial, con un equipo artístico en perfecta sintonía y que es el acompañamiento perfecto para la película que estrena Marvel Studios este fin de semana.

26 de octubre de 2016

La Imposible Patrulla-X de Cullen Bunn, Greg Land y Ken Lashley: Un buen mal tebeo de los 90
























Desde que Rob Liefeld tomara las riendas de Los Nuevos Mutantes, el título de los jóvenes alumnos de la Escuela de Xavier y lo convirtiera en una fuerza paramilitar que ayudó a salvar a la serie de la cancelación, convirtiéndola en un icono "trash" de los años 90, muchos autores han intentado retomar esa idea con mayor y menor fortuna.



Entre aquellos autores que han conseguido mejorar (algo no muy difícil) dicho concepto, habría que hablar de dos etapas que retomaban el nombre de X-Force (el título que sucedió a Los Nuevos Mutantes): Los X-Force de Christopher Yost e Imposibles X-Force de Rick Remender.



Ambas colecciones incluían en sus filas a los villanos y antihéroes más famosos y conflictivos del entorno mutante. Ambas etapas hacían suyas los excesos de los 90 pero filtrados por dos equipos creativos con talento que no solo ensalzaban el ruido y la furia de los 90, sino que sabían desarrollar arcos argumentales y personajes de manera excelente, algo que Liefeld y compañía ni sabían ni querían.



Ahora le toca el turno a Culen Bunn, reciente su éxito al frente de la serie regular de Magneto, donde el escritor ha sabido devolver la importancia y la presencia a un personaje que en los últimos tiempos había perdido gran parte de su magia. Tras los sucesos ocurridos en los ocho meses que han pasado desde el principio y el final de las Secret Wars y de nuevo con la sombra de la extinción sobrevolando el entorno mutante, Magneto ha reunido a los "outsiders" más destacables del universo mutante para embarcarse en la salvación de su raza pero desde un punto de vista más activo y violento que La Patrulla X de Ororo Munroe.



Si olvidamos la absurda idea de incluir este concepto que en el fondo es una nueva versión de los X-Force dentro de un nuevo volumen de la clásica Uncanny X-Men, seguramente para aumentar el interés y sobre todo las ventas por el título, nos encontramos con un tebeo divertido, donde destacan las interacciones entre Monet y Dientes de Sable y por supuesto la eterna relación fatídica entre Mariposa Mental y Warren Worthington.



Apoyado en la parte artística por un Greg Land que de nuevo entrega maravillosos pin-ups y una algo mejorada narrativa gráfica y la vuelta de un autor menor de los 90 que ha pulido su estilo como Ken Lashley, Bunn devuelve esa magia inconsciente de unos tebeos excesivos, repletos de conceptos originales pero mal ejecutados, retrotrayéndonos a esa adolescencia donde importaba más el cómo que el qué.



Quizás un placer culpable, quizás un título de culto para futuras generaciones, La Imposible Patrulla X de Bunn puede que no sea el título Marvel ni mutante imprescindible de la actualidad, pero si que es un buen recuerdo mejorado de una época que aunque denostada tiene aún una extraña magia que en manos de buenos autores, recupera lo bueno y pule aquello que era deficiente.

25 de octubre de 2016

La Extraordinaria Patrulla X de Jeff Lemire, Humberto Ramos y Victor Ibañez: Recuperando las raíces Claremontianas






















Tras la salida de Chris Claremont en 1991 de la franquicia que él hizo nacer, ha habido dos maneras de enfrentarse a los antiguamente personajes estrella de la editorial: Intentar seguir su estela (Nicieza, Lobdell, Whedon) o alejarse de la misma radicalmente (Morrison, Aaron, Fraction).



Lemire, el encargado de devolver la importancia al universo mutante, se pone en el lado de los sucesores de Chris Claremont. Un salto de ocho meses en la cronología nos ha dejado un Cíclope muerto y cuyo enfrentamiento con los Inhumanos ha bajado aún más si cabe la escasa popularidad de los hijos del átomo. Para rematar, volvemos a los tiempos del "No más mutantes" de Wanda Maximoff y la cercana extinción de la raza mutante.



Lemire, en el título base de la franquicia mutante junta un a priori atractivo equipo mutante. Los más destacables, El Viejo Logan y la joven Jean Grey del pasado venida de la etapa Bendis, donde la nueva relación entre ellos y la turbulenta relación de sus semejantes de esta dimensión fallecidos puede dar mucho juego.



Otra ex-pareja que une Lemire es la formada por Tormenta y Forja. Ororo Munroe, fundamental en la etapa Claremont, ha ido perdiendo peso en la franquicia a cada década que pasa y ya era que volviera al lugar que le corresponde. Su relación con Forja solo la recordarán los más viejos del lugar y los fantasmas del pasado entre ambos personajes puede ser una de las subtramas que más interés puede despertar entre los lectores veteranos.



Magik y El Hombre de Hielo mantienen su preponderancia e importancia tras la época de Bendis. Illyana casi es la protagonista principal de los arcos argumentales tanto principales como secundarios y es aquí donde Lemire nos muestra su reverencia a la maestría que Claremont plasmaba, haciendo avanzar la trama principal e introduciendo de manera muy orgánica tramas secundarias que se volverán fundamentales en el futuro próximo de la colección si los reinicios constantes no la ponen en peligro.



Como punto negativo a una etapa por el momento bastante sólida es la repetición de algunos temas y conceptos una y mil veces visto. El peligro de extinción, el odio hacia lo diferente, ya lo hemos visto en muchas y variadas etapas de la serie. Quizás falta algo del delirio pop de autores como Fraction o Morrison, o el atrevimiento en la renovación de conceptos basándose en las enseñanzas de Claremont, como fueron las etapas de Whedon o Aaron.



 El apartado gráfico de esta serie es una de sus mayores bazas. El trazo de Humberto Ramos, su rediseño de personajes, en especial Tormenta y Magik, convierte a esta serie en uno de los placeres visuales de la Marvel actual. Como punto negativo a destacar, tal vez el embarullamiento de las escenas de acción, en la que tanto la composición como el exceso de elementos en cada viñeta hace perderse al lector habitualmente.



 En cambio, al otro autor al frente de la misma, Victor Ibáñez, que ha realizado dos ejemplares hasta el momento y una historia de complemento protagonizada por Magik y el Doctor Extraño, nada que reprocharle. Limpio, elegante y dinámico, es un verdadero placer deleitarse en cada página que entrega este autor español.



 U n buen punto de partida para Lemire, que quizás peca de demasiado conservador y que necesita arriesgarse para no solo imitar con acierto los mejores aspectos de la época Claremont y convertirse en una etapa en la que autores futuros miren como referencia, como así fueron las etapas de Whedon, Morrison o Fraction.

24 de octubre de 2016

El Viejo Logan de Jeff Lemire y Andrea Sorrentino: Recuperando la esencia perdida del mutante más famoso del universo Marvel






















Allá por el año 2008, cuando Mark Millar estaba en la cresta de la ola, sorprendió a propios y extraños con la última historia de Lobezno. Si el escocés ya había conseguido la atención del fandom con su "Enemigo del Estado", devolviendo a Logan la brutalidad y potencia de sus orígenes aquí remataría su excelente etapa en la Casa de las Ideas con un western crepuscular y post-apocalíptico donde demostraba su habilidad actualmente perdida para girar y renovar conceptos ya manidos y entregar un producto tan espectacular como profundo.



Esta magnífica obra no podía quedar en el olvido y esta nueva faceta del personaje dejó a los lectores con ganas de más. La oportunidad perfecta ocurrió tras la muerte del personaje en el universo original y por la llegada de las Secret Wars de Hickman. En ese universo creado por Muerte a través de retazos de todas las tierras paralelas y líneas alternativas que habían ido apareciendo a lo largo de los 50 años de la editorial sirvió para devolver el concepto a las librerías.



Y con Millar alejado de Marvel desde hace años, la tarea le fue encomendada a Brian Michael Bendis en una miniserie de 5 ejemplares que en vez del dibujante original de la historia, Steve McNiven, le fue encomendada a Andrea Sorrentino, un artista que había despuntado por su elegante y arriesgado trabajo gráfico al frente de Green Arrow junto a Jeff Lemire.



Este último ha tomado el legado de Bendis en esta nueva serie regular, donde el personaje, al igual que Miles Morales, ha sido integrado a la continuidad oficial del universo Marvel. Una difícil tarea la de seguir el legado dejado por dos autores como Bendis y Millar.



Lemire, actual estrella del entorno mutante- también es el guionista de la serie top de los mutis, Extraordinarios X-Men- demuestra en las dos primeras sagas publicadas hasta el momento, que Logan sigue siendo un personaje lleno de matices y potente en manos de autores capaces que saben sacar lo mejor de la creación de Len Wein y Herb Trimpe.



En la primera historia dividida en cuatro partes, somos testigos de la difícil llegada de un Logan aturdido a un pasado que cree ser el suyo y sus ansias de venganza como si fuera una Sarah Connor venida del futuro para solucionar los errores y penurias que ha vivido Logan, un superviviente a su pesar con el peso de la muerte de los suyos en su conciencia.



Esta primera historia, además de dejarnos disfrutar de las asombrosas composiciones gráficas de un Sorrentino en plenas facultades, le sirve a Lemire no solo para desvelarnos partes de ese pasado-futuro del personaje, sino sus primeras interacciones con los héroes de esta tierra, como Steve Rogers, el nuevo Hulk o Kate Bishop.



Aún más interesante y muestra de la habilidad para la concisión narrativa es la segunda historia publicada hasta el momento en nuestro país. Una historia en tres actos donde nos encontramos de nuevo con esas fabulosas aventuras de Logan en solitario, en un entorno rural y donde la acción está en igualdad de condiciones con el componente emotivo y sentimental, reafirmando esa dualidad salvaje y emocional que hace que el personaje siga siendo uno de los personajes más queridos de la historia de Marvel.



En definitiva, el mejor tebeo de Lobezno desde los tiempos de Mark Millar y quizás el que es gráficamente el más potente que hemos tenido en toda su historia, junto al arte de Miller en la mítica miniserie escrita por Claremont. Dos autores en estado de gracia que entregan un tebeo emocional y argumentalmente redondo y que devuelve el interés por un personaje que el uso y abuso del mismo lo habían diluido haciéndole perder la importancia dentro no solo de la franquicia mutante, sino de todo el universo Marvel.

22 de octubre de 2016

Spider-Man de Brian Michael Bendis y Sara Pichelli: Bienvenido a Tierra Primordial, Miles Morales




















Una de las grandes alegrías, sino la que más, que deparó a lo largo de los 15 años que duró el universo Ultimate, fue el Spiderman de Brian Michael Bendis. Cierto es que el título que no solo definió a la línea sino la manera de escribir tebeos de superhéroes a principios del siglo XXI fueron Los Ultimates de Millar y Hitch, pero me gustaría ver si el fuelle de ese tebeo icónico habría mantenido el lustre si hubiera continuado a lo largo de 200 ejemplares como si lo hizo el Spiderman de Bendis.



Entre muchos logros que el paso del tiempo y la lectura continuada y en bloque de la colección ha hecho evidente, destacaron varios highlights: La perfecta integración de Bendis y Bagley y la posterior concatenación de artistas que dieron lo mejor de si mismos como Stuart Inmonen, el atrevimiento y la emocionalmente desgarradora muerte del Peter Parker del universo Ultimate y por supuesto la creación y primeros pasos de Miles Morales, el sucesor de Peter Parker, un chico afroamericano y latino que podía haberse quedado en mero golpe de efecto y que se ha convertido por méritos propios en uno de los mejores personajes de la nueva Casa de las Ideas junto a Khamala Khan, también conocida como Ms. Marvel.



A lo largo de unas 50 entregas, Bendis demostró que Miles era mucho más que la sombra de Peter Parker, un personaje con entidad y personalidad propia que en poco tiempo parecía que había estado con nosotros, los lectores, toda la vida. Sorprendente también era atestiguar que mientras el resto del sello Ultimate seguía languideciendo, el mini-universo arácnido seguía demostrando una salud envidiable, donde Bendis no solo no renqueaba sino que mejoraba a cada número que pasaba y el equipo artístico que le acompañaba, David Márquez y Sara Pichelli aleatoriamente, estaban a la altura de autores como Bagley o Inmonen.



El golpe de gracia al personaje y la demostración fehaciente de que Miles había venido para quedarse fue la importancia del mismo dentro de las Secret Wars Hickmanianas, por lo que el siguiente paso de unificación dentro de las Crisis en Tierras Infinitas marvelianas fue integrarle en Tierra Primordial, la única tierra del universo Marvel y donde los conceptos de Tierra 616 se fusionaban con algunos personajes y elementos del fenecido universo Ultimate.



Y es aquí donde nos encontramos, en la primera saga de Miles en su serie regular y su primera toma de contacto con este universo Marvel que a la vez es nuevo y diferente para él. Ocho meses han pasado entre los acontecimientos de las Secret Wars y este nuevo universo Marvel y todo parece normal, hasta que Bendis nos va dando pistas de que no todo es lo que parece, con Maria Hill y el padre de Miles como personajes fundamentales de esta nueva etapa del personaje.



Del universo Ultimate se trae Miles la frescura y agilidad de la serie y el personaje, en un tebeo que se disfruta con verdadera voracidad, donde el tono superheróico y el casual se mezclan de manera absolutamente orgánica, dando importancia a ambas partes y equilibrándolas con maestría.



En esta primera saga, Bendis planta las bases del nuevo camino que se le abre al personaje, su presentación ante los héroes Marvel, la bendición de Peter Parker, sus divertidos problemas familiares, la introducción de uno de los mutantes creados por Bendis en su etapa al frente de los títulos X y la reacción de las antiguas némesis del arácnido original representado en Felicia Hardy, también conocida como La Gata Negra.



Un tebeo que sirve como contrapunto al Spiderman de Slott. Si Peter ya no puede seguir jugando eternamente en el instituto, mintiendo a su familia y amigos, etc... convertido en un héroe global, tenemos a Miles, que devuelve la juventud y los problemas de dicha edad al mito, pero sin ser un refrito o un reboot sin gracia del personaje creado por Lee y Ditko. Bendis y Pichelli (maravilloso su trabajo gráfico al frente de la serie regular) demuestran que todavía se pueden remodelar viejos conceptos de manera original, fresca y novedosa y que en el nuevo universo Marvel hay lugar suficiente para dos trepamuros, tan parecidos como diferentes y a la vez complementarios.

20 de octubre de 2016

Amazing Spiderman de Dan Slott y Giuseppe Camuncoli: Un amistoso vecino global























La llegada de Dan Slott al arácnido favorito del mundo del cómic hace ya más de un lustro como autor completo, ha sido una de las mejores cosas que le ha pasado en lo que llevamos de siglo XXI. Slott tuvo que demostrar que había vida después del castigado "One More Day" perpetrado por Joe Quesada y supo hacer avanzar al personaje como ningún autor se había atrevido hasta el momento.



Con Slott, Peter Parker ha alcanzado tras su aparente muerte y la recuperación de su cuerpo de manos del Doctor Octopus, la cima de sus sueños. Ya no tiene que irle mendigando dinero a Jameson por las fotos de su alter ego y no necesita malvivir subsistiendo con trabajos precarios y temporales. Peter ha alcanzado ser aquello que solo veían Tía May y Tío Ben, un científico revolucionario a la altura de Tony Stark, Hank Pym o Reed Richards.



Ese cambio en el personaje le ha servido a Slott para abrir aún más el universo de Peter Parker. Un universo donde Manhattan y barrios colindantes se le han quedado pequeño al trepamuros. Ahora Spiderman vive en un mundo que estaba reservado a personajes como el Capitán América o Iron Man, casi un James Bond con el apoyo tecnológico de su propia compañía y el logístico de SHIELD.



Pero Slott nunca olvida de donde viene Peter Parker y al lado de un Nick Furia y una Pájaro Burlón, tenemos una tía May y un Harry Osborn. Y por supuesto, bajo la amenaza de un nuevo y renovado Zodíaco, se esconde la sombra de un Norman Osborn, un Octopus y una misteriosa figura que parece querer escarbar en el pasado más escabroso y dramático de Peter.



Slott mira al futuro sin olvidar el glorioso pasado del personaje. Enciclopedia Marvel y sobre todo arácnida con patas, Slott da la bienvenida a nuevos lectores pero guiñándole el ojo a los lectores veteranos. Por supuesto, a unos lectores veteranos que quieren y desean como yo nuevos tonos y estilos sin perder la esencia del personaje y no vivimos en una nostalgia exagerada que solo quiere replicas de lo ya leído, para luego quejarse de que siempre es lo mismo.



Slott se rodea del talento de un dibujante que no ha hecho más que evolucionar en su estilo y puliendo sus defectos. El resultado actual es una extraña pero interesante fusión del trazo de Klaus Janson pero sin la suciedad de este. La gran sorpresa, Matteo Buffagni, que se encarga de tres números de la serie regular con un estilo que se asemeja al maestro Stuart Inmonen.



En definitiva, un arranque de etapa prometedor, que puede desconcertar a muchos, aborrecer al fan talibán, pero donde Slott demuestra su habilidad en la creación de arcos narrativos a corto, medio y largo plazo, donde los destellos del futuro próximo de la colección solo hace sospechar que estos primeros nueve ejemplares de su nueva etapa son solo el principio de algo que puede ser muy grande.
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