1 de marzo de 2013

Batman Odisea de Neal Adams: Algunos deseos es mejor que no se cumplan


Batman Odyssey de Neal Adams (Batman Odyssey vol. 1 1 al 6(2010) y Batman Odyssey vol.2 1 al 7 (2011) USA)

Los fans tenemos una mala pero comprensible costumbre. Existen autores y obras que llegan tan dentro de nuestros corazones de fans, que deseamos que nunca acaben, que se prorroguen hasta el infinito y más allá. 


Ya nos ocurrió con el Batman de Frank Miller, tanto con su Dark Knight Returns, como con su Año Uno. Dos tebeos fundamentales que redefinieron a Batman por los siglos de los siglos, y si no que se lo digan a Nolan. ¿Y qué paso? Que los fans queríamos más y Miller nos brindó dos bodrios tan lamentables como fueron DK2 y All Star Batman And Robin, tirando por los suelos todos los aciertos que el antaño gran autor introdujo en el universo del murciélago.


Y si Miller fue el autor que redescubrió a un personaje tan legendario como la creación de Bob Kane para las audiencias de los 80, lo mismo ocurrió con Neal Adams en los años 70. Este, junto al guionista Denny O'Neil, acabó con el camp que inundaban los títulos del cruzado de la capa debido a la famosa serie de televisión interpretada por Adam West y volvió a los orígenes tenebrosos y lóbregos de sus orígenes.


En dicha etapa, corta pero intensa, presentaron en sociedad a Ras Al Ghul, la gran némesis del hombre murciélago con permiso del Joker, a su hija Thalia y reinterpretaciones tan acertadas y visionarias como la del Joker y Dos Caras. Pocos números para una etapa tan memorable.


Y Neal Adams casi desapareció. Creo su estudio propio, Continuity, pero excepto diseños, portadas e ilustraciones sueltas no volvió a realizar nada para la industria del cómic. Atrás dejó un legado evolutivo de como realizar historietas e hizo crecer el medio como pocos autores han conseguido.


Pero no sabemos si porque le picaba el gusanillo de la historieta, o porque tenía muchas facturas sin pagar, el genio del noveno arte volvió a la industria, y además por la puerta grande, en Marvel y DC, las dos editoriales que confiaron en él cuando era un joven y ambicioso profesional.


Hace poco más de un año vimos que realizó algunos trabajos para Marvel en los Vengadores de Bendis. El resultado era correcto, pero muy lejano gráficamente a aquellos memorables tebeos de los 70. La edad no perdona y menos la inactividad.


Lo que no sabíamos es que Adams tenía delirios de grandeza como autor completo. Y DC Comics se lo concedió y con el personaje que le dio la fama, Batman. Una maxiserie de 13 ejemplares que se comenzaría a publicar en el año 2010 y que fue cortada luego en dos miniseries de 6 y 7 números respectivamente y cuya última entrega se publicaría en el año 2011.


Este Febrero de 2012, ECC Ediciones ha decidido publicar la obra completa en un voluminoso tomo de unas 350 páginas. Una idea brillante, porque dudo que nadie hubiera comprado más de 2 o 3 ejemplares de grapa si la colección se hubiera publicado de manera mensual. Las razones son varias.


Para empezar, el trabajo de Adams a los lápices es correcto, pero se aleja mucho de la calidad a la que nos acostumbró en los 70. Y eso que está ayudado, sobre todo en la segunda mitad del volumen, de autores tan talentosos como Bill Sienkiewicz (que no olvidemos que en sus orígenes era un clon perfecto de Adams) o Kevin Nowlan. Uso excesivo de splash pages sin sentido ni razón y composiciones de página de dudoso gusto. Pero bueno, es Neal Adams, y el que tuvo retuvo. Pero nadie se esperaba lo malos que iban a ser sus guiones.


Pasemos por alto que Adams lo que ha querido hacer realmente es un ejercicio de onanismo de él hacia él mismo, mezclando sin ningún pudor los aciertos del pasado como su etapa de Deadman de finales de los 60, Man-Bat, Ras Al Ghul y Thalia. Y lo que le sale es una salsa muy pero que muy indigesta.


Si alguien se queja de que los tebeos de Morrison al frente de Batman, son lo menos Batman que han leído en mucho tiempo, es porque no han leído la Odisea de Adams. El escocés puede ser diferente (para bien), pero Bruce Wayne es Bruce Wayne y respeta y ama un universo con más de 70 años de historia. Adams no, se cree por encima del bien y del mal, y osa modificar el origen de Robin, juntándolo con el de Deadman y la vida de Ras Al Ghul, para terminar la aventura en unos insufribles siete números finales en un inframundo repleto de extras que no pasaron el filtro de Peter Jackson en el Señor de los Anillos, Pterodactilos voladores y un sinfín de sinsentidos que acaban con la paciencia del lector más calmado.


Resumir el argumento de Odisea es un ejercicio de futilidad. Se puede decir y sospechar que Adams se lo iba inventando a medida que dibujaba y pensaba lo bien que quedaría y lo que apetecía dibujar un día al Joker, otro al Riddler, al siguiente a Deadman y hoy por ejemplo a un sucedáneo de Merlín (si os atrevéis a leerlo lo comprenderéis).


Así que mi recomendación es que os alejéis de este tebeo como de la peste, para quedaros con un buen recuerdo del antaño maestro. Mirad que casualidad, que ni en la edición americana, ni en la de ECC hay una introducción, un prólogo o un epílogo a la obra. Eso es porque nadie tiene valor para sacarle ni un punto positivo.

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