Adoro a Spiderman. He crecido con él y siempre he disfrutado con el personaje, tanto en sus mejores etapas como en las peores. Porque Peter Parker quizás es el héroe con el que cualquier espectador o lector de cómics se puede sentir reflejado. Por eso siempre he visto con mejores ojos y con más displicencia las ya innumerables versiones cinematográficas del personaje. Incluso le saco aspectos positivos al batacazo artístico que fue el último capítulo de la trilogía de Sam Raimi.
Por eso intenté ver con la mayor apertura de mente posible el precipitado reboot que estrenó Sony hace menos de dos años, The Amazing Spiderman, un título que me dejó más bien frío en el momento de su estreno, pero el cual he recuperado un par de veces en formato doméstico y le he sacado más puntos positivos de los que pude o quise ver en su primer visionado. Entre ellos, mi absoluta rendición hacia el Peter Parker interpretado por Andrew Garfield, mucho más creíble, tanto físicamente como en actitud al personaje del cómic. Eso no quita para que la versión interpretada por Tobey Maguire no se aproximara más el Spiderman de Ditko, aunque las progresivas secuelas le fueran convirtiendo en parodias de si mismo.
Lo mismo decir de la Gwen Stacy interpretada por Emma Stone. Simplemente perfecta y con una química con Andrew Garfield difícil de igualar. Pero el problema de esa nueva aproximación al personaje quedó lastrada por un intento de emular al Batman de Nolan que oscurecía demasiado el tono más ligero que no infantil y menos dramático que las aventuras de Spiderman han tenido habitualmente, mal que les pese a los seguidores de Todd Mcfarlane.
La llegada de la secuela de manera a lo mejor algo precipitada parecía mezclar lo mejor del Spiderman de Raimi (la luminosidad, ese aire más aventurero y comiquero) con el dramatismo del primer Spiderman de Webb. Pero la cosa ha quedado algo desequilibrada, al intentar la película contentar a todo el mundo y dejar tanto a los seguidores del cómic, como a los fans de Raimi y de Webb algo fríos he insatisfechos.
Porque la película si que refleja como nunca el ambiente y el dinamismo del Spiderman de las viñetas, y sigue desarrollando como se merece la relación de Peter y Gwen. Pero también se ve el deseo de Sony Pictures de forzar un universo al estilo de Marvel Studios que ya debería haber comenzado en la anterior entrega.
Y es que de nuevo volvemos al que quizás sea el mayor defecto de esta secuela que viene arrastrando desde el anterior filme: los padres de Peter Parker y su relación con Oscorp. Y no es que me parezca mal, ya que Bendis en su Ultimate Spiderman, tebeo del que la versión de Marc Webb bebe en gran parte, lo desarrolló de manera apropiada. Pero en esta secuela se convierte en un robaminutos que desequilibra el resto del largometraje para no llegar a nada verdaderamente revelador y que no hubiéramos intuido ya en la primera entrega. Máxime si esto lo que hace es quitar tiempo al filme en desarrollar el mundo alrededor del Hombre Araña que es mucho más que las oficinas de Oscorp, escenario excesivamente recurrente en esta secuela y del que además parten el resto de las excesivas subtramas que intenta hilvanar el filme.
La primera y peor llevada es la de la creación de Electro, el supuesto gran villano del largometraje que antes de su creación es un sobreactuado Jamie Foxx que roza en ocasiones la delgada línea del ridículo, aproximándose peligrosamente al Enigma interpretado por Jim Carrey en el Batman Forever de Joel Schumacher. Eso no quita para que su enfrentamiento en Times Square te quite el hipo y que visualmente una vez transformado no quede perfecto. La cinta también se acerca peligrosamente al Batman de Schumacher en el momento en el que la acción se traslada al Instituto Ravencroft, una parcela del universo de papel del trepamuros, que aquí es presentado de manera harto chusca y que entrega quizás los momentos más bajos del largometraje.
Otra cosa es la gran sorpresa que nos depara Dane Dehane, el joven actor que interpreta a Harry Osborn, dejando a la altura del betún al que interpretó James Franco en la trilogía Raimi. El problema,que este personaje debía haber sido presentado ya en la anterior entrega, porque aquí de sopetón lo introducen,conocemos a Norman Osborn, averiguamos que era íntimo amigo de Peter hasta los nueve años y además presenciamos su transformación en Duende Verde, de manera precipitada y que desmerece el gran trabajo que Dehane había desarrollado hasta ese momento en el filme. Menos mal que se resarce en el clímax final del filme, quizás el mejor momento de acción del largometraje, junto al enfrentamiento de Spiderman y Electro en Times Square y el electrizante prólogo del filme, puro cómic en movimiento.
Y así avanza The Amazing Spiderman 2, entre lo sublime y lo ridículo, entre grandes ideas mal desarrolladas e ideas menos brillantes que quitan espacio a las buenas, entre un villano mal desarrollado pero muy publicitado y otro mejor planteado pero que su escaso tiempo en pantalla en dura pugna con las mil y una tramas que se van montando como piezas mal colocadas del Tetris abrumen al largometraje y no le dejen respirar.
En definitiva, un filme muy entretenido, pero que necesitaba de más tiempo de cocción, con un Peter y Gwen perfectos, escenas de acción absolutamente espectaculares y que beben de la imaginería del cómic, pero que queda lastrada por una trama poco interesante y que ocupa demasiado tiempo del largo (hay más escenarios que las oficinas de Oscorp) en detrimento de conocer más del universo personal de Peter Parker, más allá de su relación con Gwen (Daily Bugle, vida universitaria), villanos que se pisan los unos los otros y eso sí, un final que se encuentra entre los mejores finales del cine de superhéroes y con el que el filme se resarce de sus tropezones a lo largo de más de dos horas de metraje que en ningún momento se hacen pesados pero que se quedan cortos para poder contar como se merece un guión que peca de ambicioso y se queda corto en resultados.
lo mejor sin duda la relación de Peter y Gwen... :) a ver que nos depara la próxima!
ResponderEliminar100% de acuerdo con la crítica, a pesar de sus fallos he disfrutado mogollón con la peli. Puede que no sea perfecta,pero es la pelicula que mejor traslada el espiritu de Spider-Man a los tebeos de forma continua
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