16 de junio de 2016

DC Rebirth: Los iconos principales de la editorial reciben un tibio lavado de cara






































Tras el especial escrito por Geoff Johns que planteaba las líneas maestras por las que se iba a dirigir la veterana editorial en un intento de recuperar la magia perdida en los últimos años, las colecciones principales comienzan una nueva etapa, con nuevos equipos creativos y supuestamente una nueva dirección.

Y antes de que comiencen las series regulares, cada uno de ellos es condecorado con un número especial que en principio debe servir tanto para lectores veteranos como para lectores nóveles que quieran picar y probar con las nuevas colecciones.

El problema, que como arranque y a expensas de lo que deparen las series regulares, estos especiales, en la mayoría de los casos, se quedan en mero resumen de donde vienen los personajes, supuestamente a donde van, pero que leídos unitariamente tampoco provocan las ansias por saber más que todo episodio piloto necesita.



Pongamos el caso de los odiados Nuevos 52. Cierto es que en general la línea editorial fue un desastre, pero se salvaban algunas series principales que eran más arriesgadas. Si comparamos el Action Comics 1 de Morrison y Morales con el Superman Rebirth de Tomasi y Manhke, podemos ver que aunque dicho Action Comics en conjunto fue una de las obras más irregulares de Morrison y que Morales no entregó un buen trabajo en conjunto, si que planteaba riesgo por intentar algo diferente. En cambio, este especial, es un mero resumen de lo acontecido en la etapa anterior de Tomasi que finalizaba los Nuevos 52 y aparte de demostrar que DC reconoce que su Superman de los Nuevos 52 fue un grandísimo error, tampoco avanza mucho lo que ya sabíamos y se queda como un Greatest Hits de los momentos más populares de los últimas décadas del personaje. Sin olvidar que Manhke, que me gustaba mucho cuando trabajó con Joe Kelly en Action Comics o en la JLA, aquí se le ve torpe y precipitado.



Lo mismo para la Wonder Woman de Rucka. Su precursora, la etapa de Azzarello y Chiang es uno de los mejores, sino el mejor trabajo que se ha hecho con el personaje. Aquí Rucka estira lo ya contado en el especial de Johns y resume de nuevo el origen de un personaje que queda en evidencia tras lo realizado por Morrison y Paquette y que además gráficamente tiene la desgracia de tener a dos autores bastante mediocres como Mathew Clark y Liam Sharp.



El otro componente de la Trinidad Superheróica por excelencia, Batman, sale mejor parado pero sin aspavientos. Tom King entrega un número elegantemente ilustrado por Mikel Janin, que reintroduce al personaje salido del We Are Robin de Lee Bermejo, pero que quitando la interesante caracterización del Hombre Calendario, queda en evidencia si lo comparamos con el excelente arranque de La Corte de los Búhos de Snyder y Capullo.



En conjunto sale mejor parada la nueva etapa de Detective Comics guionizada por el protegido de Snyder, James Tynion. Lo mejor, la recuperación del mejor personaje que el universo Batmaniano ha tenido en los últimos años, la Batwoman de Rucka, que aquí se convierte en la protagonista y jefa de un Bat-equipo que siguiendo el camino trazado por Tynion en Batman y Batman y Robin Eternal, puede entregar un tebeo divertido y honesto, que además está ilustrado correctamente por Eddy Barrows.



Mucho mejor parados salen Flash y Green Arrow de este renacimiento. Y si Di Giandomenico no hace olvidar el arte de Francis Manapul, este le imprime un bien ritmo narrativo y una estética diferente a las nuevas aventuras de un Barry Allen que se convierte en el epicentro de esta nueva DC. La investigación de la polémica revelación de Johns en el especial Rebirth, avanza unos pocos pasos y el misterio de unos nuevos velocistas en Central City si que por lo menos me intriga para leer los siguientes ejemplares.



Pero la verdadera sorpresa positiva de este Rebirth por el momento es el Green Arrow de Benjamin Percy y Otto Schmidt. Un ejemplo de como plantear la introducción a una nueva etapa. Una historia sencilla pero efectiva, un acercamiento a Oliver y Dinah donde Percy ha comprendido la esencia de los mismos y un maravilloso trabajo gráfico de Otto Schmidt, convierte la lectura de este especial en una delicia. Oliver y Dinah están destinados a estar juntos y esta serie puede convertirse en el deseo de todos los que somos seguidores de ambos personajes. Por lo menos, van por el buen camino.

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