6 de octubre de 2016

Elle de Paul Verhoeven: El regreso por la puerta grande del gran provocador




















Reencontrarse diez años después con el regreso de uno de los grandes directores de los últimos 30 años es una verdadera delicia para el aficionado al buen cine. Que además un director con 78 años siga siendo más moderno y provocador que la mayoría de jóvenes promesas es algo a tener en cuenta y plantearnos que ha pasado con el arte del cine.

Porque Paul Verhoeven fue uno de los directores más importantes y exitosos de los 80 y 90, con títulos ya clásicos de la historia del séptimo arte como Robocop, Desafío Total o Instinto Básico, donde el holandés supo introducir su delicioso veneno en géneros tan conservadores como la ciencia ficción o el thriller erótico, provocando a los pacatos y renovando las conservadoras fórmulas. 




Tras ello vino el batacazo con dos películas tan incomprendidas como Showgirls o Starship Troopers, dos obras absolutamente de culto 20 años después. Claudicó ante Hollywood en la que es su peor obra, El Hombre sin Sombra, para renacer cual ave fénix en el año 2006 con El Libro Negro, volviendo al viejo continente, fuera de un Hollywood retrógrado que nunca entendió al sarcástico y punzante holandés.

Y diez años después, cuando todos sus seguidores llorábamos su ausencia vuelve con una producción francesa, Elle, una vuelta entre comillas al thriller estilo Instinto Básico, donde la premisa de una mujer violada en su domicilio, sirve como preámbulo de una película que es imposible encorsetar en un solo género.




Parte thriller, parte comedia contra la hipocresía de esa burguesía limitada de miras y repleta de contradicciones, Verhoeven de nuevo es un voyeur que hace partícipe al espectador de la vida de Michelle, interpretada por una Isabelle Hupert en estado de gracia, que domina la pantalla a través de una narración juguetona y llena de esa mala baba que se echaba de menos en el cine.

A lo largo de dos horas que se hacen cortas, Verhoeven vuelve a demostrar su maestría manejando el tempo cinematográfico, su fabulosa dirección de actores y su capacidad para meter el dedo en la llaga en una sociedad contemporánea tan políticamente correcta e hipócrita que al igual que al que esto suscribe, al holandés le provoca tanto la risa como el asco.

1 comentario:

  1. Magistral la actuación de la prota! que grande es esa mujer :) me ha gustado mucho tu reseña!

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