26 de junio de 2017

Wonder Woman de Patty Jenkins: DIana de Themyscira devuelve la magia al género
























En un género que durante los últimos diez años ha sido sobreexplotado hasta la extenuación, era difícil ya ponerse delante de una adaptación de un cómic a la pantalla grande con algo de desidia y poca magia. Pero esta primera adaptación cinematográfica del personaje creado por William Moulton Marston en 1941 ha obrado el milagro.



DC Comics y Warner lo tenían difícil, porque su universo cinematográfico compartido, que se inició en 2013 con El Hombre de Acero y continuó en 2016 con Batman V Superman y Escuadrón Suicida, fue recibido por la mayoría del público y la crítica con una ira y una inquina pocas veces vista en la historia del cine.



Los que hayáis seguido mi blog, sabréis que a mi El Hombre de Acero me entusiasmó y que Batman V Superman tenía unos problemas en su versión cinematográfica muy graves, pero que quedaban solventados por una versión extendida grandilocuente, tan irregular en algunos momentos, como fascinante en otros muchos. Escuadrón Suicida si que debo decir que fue un error artístico enorme. Una película deslavazada y vulgar cuyo único punto a favor era una Harley Quinn enormemente carismática, que se merecía una película a la altura del esfuerzo de Margot Robbie.



Volviendo a Batman V Superman, lo que casi de manera unánime fue recibido con aplausos fue la aparición de una Wonder Woman en el tercer acto del filme que eclipsaba a dos iconos como Batman y Superman. Y nos quedamos con ganas de más.



Y así, un año después, tenemos en nuestras pantallas de cine la Wonder Woman de Patty Jenkins, que ha demostrado que aun es posible estrenar cintas de superhéroes que devuelvan el brillo y la magia a un sub-género que necesitaba una obra como esta.



Eso no quiere decir que esta Wonder Woman sea una obra maestra del séptimo arte, una cinta necesaria e imprescindible para entender el cine en el siglo XXI. Es, simple y llanamente un blockbuster con corazón y alma, cuya duración de más de dos horas se pasa como un suspiro y nos entrega una interpretación y una presencia de Gal Gadot como no veíamos en el género desde los tiempos de Christopher Reeve y su Superman.



Y así, con esa sensación que tuve cuando vi Superman allá por el año 1979, me encontré emocionándome en varios pasajes de esta adaptación de la Amazona más famosa del mundo del cómic. Una adaptación respetuosa en el fondo y que escoge sabiamente elementos de varias de las versiones del personaje aparecidas en los últimos treinta años, entre ellas las de Perez, Rucka, Azzarello y Morrison, para traer a primera línea de la atención pública un personaje imprescindible y fundamental del noveno arte.



Cierto es que los dos primeros actos son superiores a un más funcional tercer acto, pero eso no quita brillo a una película que nos acaba entregando un primer acto en Themyscira tan corto como memorable y un nudo espléndido donde la química entre Chris Pine y Gal Gadot brilla y nos maravillamos por primera vez con las maravillas de Wonder Woman en esa ya icónica escena en las trincheras de No Man's Land.



Súmale a eso unos secundarios entrañables donde brilla con luz propia una Etta Candy de la que queremos más, un diseño de producción que quita el hipo, tanto en Themyscira como en ese Londres de principios del siglo XX y sobre todo el carisma y belleza de una Gal Gadot que llena de luz cada uno de los planos en los que aparece que sumado a un mensaje de optimismo y esperanza en los nihilistas tiempos en los que vivimos, dan como resultado un blockbuster de calidad y una película que el paso del tiempo la colocará entre uno de los grandes hitos del cine de superhéroes.

2 comentarios:

  1. ¿Etta Candy es la secretaria? si es así, si, queremos más :)

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    1. Esa misma. Es un personaje genial. Lo único que si las secuelas transcurren en la actualidad ya no la volveremos a ver...

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