17 de marzo de 2016

Almóndigas del Espacio de Craig Thompson: Una maravillosa obra para todos los públicos































Cuando cualquier aficionado a las viñetas piensa en Craig Thompson, lo primero que le viene a la cabeza es melancolía. Adios Chunky Rice, Blankets o Habibi son obras donde la belleza, la tristeza y la nostalgia de los recuerdos y las vivencias impregnan las páginas de la obra de uno de los mejores autores de los últimos 15 años.



Pero Thompson ha querido cambiar de registro y por el recibimiento que han tenido estas "Almóndigas", creo que el tebeo ha pasado algo desapercibido por el público, debido a que es un tebeo considerado infantil. Y este prejuicio puede provocar que no se valore este nuevo trabajo como se merece.



Comencemos por lo más importante, "Almóndigas del Espacio" no es una obra infantil ,sino una obra para todos los públicos. Para los lectores de menor edad el tebeo será una manera maravillosa de adentrarse en el noveno arte y disfrutarán con los carismáticos y entrañables personajes que crea el autor canadiense y los adultos recuperaran la magia perdida u olvidada gracias a un tebeo positivo y dinámico. Pero detrás de esa capa de color y luminosidad, Thompson no olvida el tratar temas que hagan pensar y por ello recrea un futuro no tan lejano del mundo en el que vivimos, donde la diferencia de clases y el medio ambiente es un problema que necesitamos arreglar cuanto antes, sino queremos acabar viviendo como los personajes de esta obra.



Por supuesto, al tratarse de una obra para todos los públicos, el autor no se centra en darnos un tratado sobre el medio ambiente y la lucha de clases, pero al igual que los maestros de Pixar (este tebeo sería una magnífica película del sello) han logrado con su magistral Inside Out, es lo suficientemente inteligente para que los adultos encuentren temas que les hagan pensar y los más pequeños puedan comenzar a comprender los problemas de una sociedad que les ha tocado vivir y que tendrán que afrontar cuando sean adultos.



Porque los niños no son tontos, aunque muchos quieran considerarlos así, y Thompson lo sabe. Por supuesto, lo adorna en un mundo de imaginación infinita, donde el autor da rienda suelta a diseños de una belleza indescriptible y unas composiciones de página asombrosas, repletas de viñetas que cada una de ellas explican muchas veces una historia por si mismas. Pero detrás de todo esto, el autor sigue indagando en la cuestión más importante de toda su obra. El amor. Y si en sus trabajos anteriores ya trató el amor por un amigo, por un amor perdido de juventud o el amor en una cultura que desconocemos desde occidente, aquí es el amor de la familia, el amor por lo diferente, por lo que nos hace únicos, en una sociedad que cada vez más valora más la gris mediocridad de unos individuos replicas los unos de los otros. Y lo trata con tanto gusto, con tanto cariño y crea unas relaciones personales tan maravillosas entre todos los personajes de la obra, que convierte la lectura de este volumen en toda una delicia.



Así que os pido que no os quedéis en la superficie, que creáis que este tebeo no es para vosotros. Recuperad a ese niño que lleváis dentro y adentraos en el universo que ha creado Thompson. Un universo y unos personajes que nos harán reír, llorar, enternecernos y que al final nos harán pensar y que una vez terminado añorarás el tener que despedirte de unos personajes repletos de magia.

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