5 de febrero de 2018

Generaciones de Vv.Aa.: Un buen ejemplo de las luces y las sombras de la Marvel actual




El desarrollo y final de Imperio Secreto, el último macroevento del universo Marvel, ha demostrado, tanto en su ejecución como en su conclusión, que este mundo de ficción necesita reenfocarse y olvidar en algunos aspectos esa contemporaneidad tan pesimista que lo ha caracterizado en los últimos años. Cierto es que la Civil War de Mark Millar fue una propuesta atrevida y arriesgada en el momento de su aparición en el mercado, pero el aficionado tiene un límite en el número de veces que sus anteriormente heróicos protagonistas pueden enfrentarse entre ellos por diferencias ideológicas, sobre todo en el último año, donde tres eventos han partido de la misma premisa, con escasas diferencias entre ellos. 




De ahí parte Marvel Legacy, el nuevo arranque del universo Marvel, que quiere aunar tradición y modernidad y dar un paso adelante de un universo que su problema no ha sido solo el estancamiento, sino la sensación de intrascendencia de un presente que ni la propia editorial ha confiado en él, de ahí sus múltiples puntos de partida. Pero si algo hay que aplaudirle a la editorial ha sido su exitoso salto generacional, mal que les pese a algunos, con algunos de los mejores personajes que ha creado la editorial en toda su historia, reflejado en Miles Morales, Kamala Khan, la joven Jean Grey o Laura, la heredera de Lobezno. 





Y así, como si unas Secret Wars fueran, los herederos de los grandes iconos desaparecían en el último ejemplar de Imperio Secreto, para reaparecer en la viñeta siguiente, dejando la sensación en el lector, de que una nueva luz les había alumbrado el camino, dejando atrás las tinieblas que había formado el Capi Hydra, Tony Stark o Carol Danvers. Ese impass en el tiempo es lo que cuenta Generaciones, diez one-shots publicados a lo largo de dos meses -durante la finalización de Imperio Secreto y la publicación de Marvel Legacy One-Shot- que aquí Panini ha decidido publicar en un robusto y bello volumen en tapa dura, realzado por una doble cubierta del legendario Alex Ross, quizá el autor contemporáneo que mejor sabe sacar a la luz el componente mitológico de estos héroes de ficción. 






Por supuesto, en diez especiales de diferentes autores, la calidad es irregular, con tebeos tan poco conseguidos como el especial de la Capitana Marvel y el Capitán Marvel, o ejemplares correctos pero sin nada que destacar, como el dedicado a los Ojos de Halcón o los Hulk. Un punto más arriba, sin ser nada del otro mundo, serían los especiales dedicados a las Jean Grey o el emotivo reencuentro entre Logan y Laura, sobre todo por el dinámico arte de Ramón Rosanas. 






En cambio, la cosa comienza a mejorar con el especial de Jane Foster y Odinson realizado por el guionista del título en la actualidad, Jason Aaron, sobre todo sus páginas finales, que enlazan con esos Vengadores de la Prehistoria que se ha sacado de la manga, con excelente acierto, Jason Aaron. Lo mismo decir de los dos ejemplares guionizados por un inspirado Brian Michael Bendis. El de los Iron Man, dedicado a plantearnos un fascinante futuro que ojalá llegara algún día para el Universo Marvel y otro, dedicado a los Spidermen, que entronca con el pasado clásico de la editorial con ese encuentro de Miles con un joven y frágil Peter Parker de la época Ditko. Desde el punto de vista de la diversión y la cercanía con el marvel way clásico, habría que destacar el especial de Ms. Marvel donde Kamala se encuentra con una Carol Danvers editora de la revista Woman para el Daily Bugle. 






Pero la joya de la corona de este volumen la encontramos en el especial de Sam Wilson y Steve Rogers. Un tebeo que nos devuelve al mejor Nick Spencer y que le sirve para entregar un epílogo brillante para su etapa al frente del Capitán América, donde de nuevo demuestra su habilidad para entregar ejercicios de retrocontinuidad y mezclar pasado y futuro de manera brillante, reivindicando al verdadero Capitán América de su etapa, que no es otro que Sam Wilson. 






En conjunto, un buen intento por parte de Marvel de reunificar presente y pasado, pero que choca con los diferentes talentos de la Marvel actual. Estos especiales demuestran que dentro de la editorial hay conceptos, tanto pasados y presentes, que en manos de profesionales capacitados, como Bendis, Aaron o Spencer, que no importa realmente si miran hacia el futuro o evocan un pasado que ya no volverá, sino que se puede confiar en el aquí y el ahora. 



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