3 de marzo de 2015

Catwoman de Genevieve Valentine y Garry Brown: El Juego de Tronos de Selina Kyle

























De prostituta a ladrona de joyas y de ahí a defensora de los más oprimidos, el camino que ha recorrido Selina Kyle la ha convertido en uno de los personajes más interesantes de la ciudad de Gotham City. Pero nunca nos la habríamos imaginado como Kingpin del crimen. La causa de todo esto deberíamos buscarlo en una miniserie que apareció a mediados de la pasada década, Catwoman: When in Rome, un spin-off de las exitosas miniseries El Largo Halloween y Victoria Oscura, realizadas por la pareja artística formada por Jeph Loeb y Tim Sale, donde Loeb nos descubría los vínculos de Selina con la familia Falcone.



La diferencia, que aquí nos encontramos en los nuevos 52 de DC Comics y esto ha cambiado un poco, aunque la esencia es la misma. Tras los acontecimientos que están ocurriendo en el evento anual del murciélago, Batman: Eterno, Selina Kyle ha descubierto que pertenece a la familia Calabrese, una de las familias mafiosas que quieren ostentar el poder en Gotham City. Tras la muerte del cabeza de familia, y padre de Selina, esta se autoimpone la tarea de llevar las riendas de la familia y descubrir que ser la líder de un imperio criminal, quizás es más complicado y menos agradecido que saltar por los tejados de Gotham.



Pero el cambio le ha sentado muy bien al personaje y a su serie regular, ya que desde los tiempos del anterior volumen de la colección, comenzada extraordinariamente por Ed Brubaker en la que es la mejor etapa que ha tenido el personaje y continuada con mucho acierto pero escaso reconocimiento por Will Pfeiffer, la serie regular reiniciada con la aparición de los Nuevos 52 habían convertido a la colección de este personaje en un tebeo mediocre gracias al trabajo de Judd Winick y posteriormente Ann Nocenti.



El cambio se ha producido el pasado otoño, concretamente en Octubre de 2014, junto al resurgimiento y casi reinicio encubierto de la serie regular de Batgirl y la aparición de nuevas series regulares periféricas a los títulos del murciélago como Gotham Academy, que demuestran el buen momento en el que se encuentran las series mal llamadas menores del universo de Batman.




La encargada de esta nueva etapa de la famosa ladrona de Gotham City es Genevieve Valentine, escritora de novelas de ciencia ficción y fantasía steampunk, que aprueba con nota muy alta en este tebeo que es una mezcla entre la serie negra de 100 Balas y las intrigas palaciegas de la saga Juego de Tronos de George R. R. Martin. Un entramado de familias, traiciones y difíciles decisiones que convierten a Selina Kyle en el reflejo comiquero del Michael Corleone de la trilogía de Coppola.



Por supuesto, el alcance operístico y genial de la saga del director de Apocalypse Now le queda muy lejos a Genevieve Valentine, aunque intente tener ecos de trascendencia con ese exceso (el mayor mal del tebeo) de citas de personajes históricos que abundan a lo largo de las páginas del tebeo. Pero quitando ese pequeño defecto, la verdad es que no empaña el resultado de una colección que sabe aprovechar la parcela más realista de la ciudad de Gotham City, nos descubre nuevas capas en la personalidad de Selina Kyle que desconocíamos y plasma un fresco de las familias de Gotham City que hasta el momento y salvo ocasiones puntuales como la familia Falcone en la trilogía de Loeb y Sale, no habían sido más que personajes de fondo.



Ayuda en el resultado final el trabajo a los lápices de Garry Brown, que plasma a la perfección con su estilo heredero de Jock y Rafael Albuquerque la crudeza y frialdad del entorno en el que se mueve Selina Kyle. Un nuevo amanecer para Catwoman, un personaje que necesitaba de nuevo ser algo más que la pin-up de Gotham City.


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