Midnight in Paris de Woody Allen (2011).
Proyectada en la ceremonia de apertura del Festival de Cannes y estrenada con celeridad extrema el viernes pasado en nuestra cartelera entre blockbuster y blockbuster, llega la nueva película de Woody Allen. Una película, que visto lo visto en los últimos años en la filmografía del genial neoyorkino, a excepción de Match Point, no auguraba nada bueno.
Pero Allen se ha vuelto a salir por la tangente y contra todo pronóstico, consigue su mejor obra desde Balas Sobre Broadway, una mezcla de esta última y La Rosa Púrpura del Cairo. De Balas Sobre Broadway saca el componente visual y la ambientación años 20 que la película necesita, en una historia entre dos tiempos, unidos por un guionista de Hollywood (excelente Owen Wilson, quizá el mejor alter ego del propio Allen) que quiere dejar la industria y dedicarse a escribir novelas y vivir la bohemia parisina.
Por supuesto, sus deseos chocan con su prometida (Elizabeth Banks), su familia y amigos, donde Allen vuelve a demostrar lo patético de la clase media-alta, unos burgueses con vidas y aspiraciones mezquinas y mediocres. Pero esto no es lo mejor de la obra, lo mejor es su punto de giro, donde el personaje de Wilson a través de un componente mágico e inexplicable, pero profundamente poético, conseguirá su sueño y conocerá a todos sus ídolos artísticos, musicales y literarios, interpretados todos ellos por unos actores en estado de gracia, en especial, Adrien Brody como Dalí, absolutamente excepcional y una bella Marion Cotillard.
Por supuesto, lo mejor de Allen son sus afilados y divertidos diálogos, pero no hay que olvidar lo visualmente apabullante que es esta obra, gracias al director de fotografía Darius Khondji, que entrega la película más bella y elegante de Allen desde que Gordon Willis fotografiara Manhattan.
En definitiva, un regreso a la grandeza para Woody Allen, que esperemos no sea el último, con una comedia fantástica que mezcla con habilidad suprema lo fantástico con lo cotidiano.
me ha encantado!!! claramente un reflejo de Woody Allen, una crítica de la sociedad, una expresión de sus más íntimos deseos (conocer a todo aquel que él admira) y una gran idea: tiremos abajo aquello de "cualquier tiempo pasado fue mejor" y disfrutemos del AHORA, de lo que tenemos :)
ResponderEliminarchapó!!
EXELENTE. Las dos mejores perlitas para la risa: las escenas con Dali y donde aparece el detective.
ResponderEliminarSimplemente decir...WOODY LO HICISTE DE NUEVO.