Fringe Temporada 3. Series de Televisión

Grande, muy grande. La ficción televisiva que J.J. Abrams creó hace ya tres años para la cadena Fox ha crecido, madurado y abrazado sus raíces sci-fi y de serial, entregándonos la que es sin duda su mejor temporada hasta la fecha.

Lejos quedan una estimable pero dubitativa primera temporada y una segunda temporada con un inicio y un final excelentes, pero lastrada por una parte central de temporada muy pero que muy pobre, basada en episodios procedimentales, aquellos episodios que hacían que Fringe no pudiera codearse en las grandes ligas de series fantásticas como Galactica o Lost.

Pero esta tercera temporada no ha tenido tiempos muertos. La trama central de la serie no se ha desviado en ningún momento y todos y cada uno de los 21 episodios que han compuesto la temporada han estado centrados en la guerra entre dos tierras que se desveló en el episodio final de la primera temporada. Todo esto ha desembocado en una genial season finale donde se ha vuelto a recurrir a la seminal saga de la Patrulla X, "Días del Futuro Pasado" de Claremont y Byrne, donde vemos el resultado de las acciones de los personajes en un futuro apocalíptico y cercano.

Porque Fringe no ha inventado la rueda ni mucho menos. Cualquier aficionado a la ciencia ficción o familiarizado con los universos Marvel y DC pueden incluso adelantarse a los acontecimientos que plantea el serial. Pero todo está tan bien contado, los creadores demuestran tanto su amor por el género, que es imposible no rendirse semana a semana, a la serie más diferente y arriesgada del panorama televisivo actual. Un serial al que se le podía achacar cierta frialdad en sus personajes en las dos primeras temporadas, pero que han subsanado perfectamente en una tercera temporada mucho más cálida y humana.

Por supuesto el capítulo final nos deja con un absoluto WTF, con el destino de Peter en la cuerda floja y un nuevo status quo para todos los personajes. Todo ello preparado para estallar en la cuarta y presumiblemente última temporada de un serial al que le ha costado encontrar su sitio en la parrilla, pero que ya desde ahora se merece el título de la última serie de culto, al menos por el momento.